Hacía bastante tiempo que en TuPlayStation no realizabamos un análisis de PlayStation VR y doy gracias a que me ha tocado poder disfrutar de esta nueva experiencia en esta plataforma. Lejos de pensar que las PlayStation VR necesitan una mejora gracias a Maskmaker puedo decir que todavía le queda recorrido hasta el segundo modelo, aunque como todo necesita pulir ciertas cosas.
Pero para empezar debemos hablaros de la aventura que nos propone el equipo de InnerspaceVR. Una mezcla de magia, fantasía, exploración, puzles e imaginación que funciona a las mil maravillas con una historia que atrapa al jugador en muchos momentos. Como un desconocido empezaremos a rondar por las calles solitarias dónde se desarrolla la historia para encontrarnos un anuncio tirado en el suelo «se busca aprendiz». Pero… ¿aprendiz de que? De maestro artesano diseñando nuestras propias máscaras. Unas máscaras que encierran un secreto en ellas, poder transportarnos en pocos segundos a tres mundos distintos dónde sus tres guardianes nos mostrarán las leyes del carnaval y quienes nos guiarán al Maskmaker o Maestro Prospero, el ser todopoderoso de la historia. A medida que logramos superar los distintos puzles que se nos proponen descubriremos la historia que subyace en el juego dónde un aprendiz es consumido por la avaricia y engatusado por la magia escondida tras las máscaras. Una historia que durante nuestro análisis solo le podemos poner una pega… no está traducida al castellano y es una lástima porque lo merece con ganas.
La aventura comienza en el taller del artesano, donde tenemos que coger un bloque de madera y, con martillo y cincel en mano, empezar a tallar nuestra primera máscara siguiendo el patrón indicado. Después, toca pintarla del color correcto y, al ponérnosla, viajaremos a un universo diferente. Allí encontraremos otra criatura enmascarada y, para progresar y llegar hasta donde se encuentra, necesitaremos copiar su máscara tras verla de cerca con un catalejo mágico.
El juego es relativamente sencillo e intuitivo. Como aprendices deberemos crear las máscaras que creó el anterior Maskmaker para poder aventurarnos en los mundos y poder descubrir los eventos del pasado. Contaremos con tres diseños principales de los cuales tendremos que utilizar el martillo y el cincel para sacar sus moldes de los trozos de manera. Posteriormente los colocaremos en nuestra mesa de artesano y les deberemos dar color y colocar los accesorios que les corresponden. Una vez logrado se nos abrirá una pequeña parte del mapeado que podremos explorar para conseguir los materiales y encontrarnos con otros «personajes» a los cuales deberemos observar a través de un catalejo para copiar sus diseños y posteriormente, tras crear sus máscaras tomaremos el control.
Una mecánica sencilla y fácil de realizar y dónde disfrutaremos cuando volvamos al taller a crearlas. Tenemos un soporte en el cual colocar la máscara y poder manipularla a nuestro antojo, una estantería dónde están archivadas todos los accesorios para poder localizarlos en el momento además de contar con una zona dónde se encuentra la pintura dónde podremos hacer nuestras mezclas e incluso usar pinceles para colorear ciertas partes de las máscaras. Esta ha sido una de las partes que me ha encantado y que solo se ha visto empañada por una cosa.
Y es que el juego requiere que tengamos los PlayStation Moves para funcionar y eso puede resultar bastante negativo ya que no todo el mundo los tiene y la funcionalidad no es la mejor. Da una mayor inmersión pero también no serán pocas las ocasiones dónde nuestra mano empieza a temblar sin control. Un grave problema para los compases finales dónde tenemos que copiar el diseño de unas máscaras específicas y mucho más complicadas. Aún así el juego se disfruta en gran medida. Durante la partida deberemos ir intercambiando máscaras siendo necesario hacer el gesto de quitarlas pero dónde más lo disfrutaremos será manipulando las máscaras en el taller o cumpliendo los puzles.
Gráficamente el juego no puede quitarse ese aspecto de «plástico» o «plastilina» que tiene muchas de estas obras pero que en este caso funcionan bastante bien. Mapeados como el bosque o las cumbres son un lujo para quedarse admirándolos además de contar con unos efectos de sonido y doblaje al inglés que dan una mayor inmersión.
Conclusión
El juego ha sido una completa experiencia satisfactoria en todos sus apartados. Ha sido muy disfrutable durante su análisis dónde pocos son los puntos negativos que se le pueden sacar. Si que es necesario que el juego estuviera localizado al castellano y más en PlayStation VR ya que te pierdes gran parte de la historia si no cuentas con determinada información que aparecen en ciertos momentos de la historia. Si tienes unas PlayStation VR y unos PlayStation Moves, Maskmaker, es imprescindible