Festival de Malaga Asedio
Este artículo está dedicado a ‘Asedio‘, nueva película de Miguel Ángel Vivas que dará que hablar, así como a ‘La pecera‘, título dirigido por Glorimar Marrero Sánchez que se pudo ver en el Festival de Sundance. La primera pertenece a la sección Málaga Premiere, mientras que la segunda se incluye en la Sección Oficial.
Por cierto, aquí tienes la lista completa de ganadores de esta edición del festival.
Ladrillo, cemento, España
‘Asedio’ sigue a Dani (Natalia de Molina), una antidisturbios convencida de la necesidad de su trabajo que, tras descubrir una trama de corrupción policial durante un desahucio, se ve obligada a huir de sus antiguos compañeros con la ayuda de Nasha (Bella Agossou), una mujer nigeriana a las que acaba de desahuciar.
Cada cierto tiempo, hay películas que recuerdan las hermosas herramientas con las que cuenta el cine para asombrar al público. Son obras que, tanto en lo técnico como en lo narrativo y lo ideológico, adoptan la posición del niño que descubre un juguete nuevo. En este sentido, pueden venir a la mente obras maestras como ‘Carrie‘ (1976), ‘Parásitos‘ (2019) o ‘Titane‘ (2021). Pues bien, ‘Asedio’ es una digna heredera de ese espíritu iconoclasta y creativo.
Miguel Ángel Vivas demuestra maestría a la hora de ejecutar planos secuencia que sumergen al espectador en un entorno donde la asfixia se intensifica gracias a una relación de aspecto estrecha y un diseño de producción brillante, que convierte el edificio donde se desarrolla la acción en un microcosmos infernal y decadente.
Por otro lado, el guion de Marta Medina cuenta con una solidez impropia de una debutante, manteniendo constantemente la capacidad de sorpresa en ese continuo descenso por la madriguera del conejo que experimenta la protagonista. La historia va al grano y carece de subtramas forzadas, lo que resulta esencial para mantener la implicación del público.
Por su parte, Natalia de Molina se deja literalmente la piel con un personaje al que impregna de fragilidad, fortaleza y carisma. Ojalá el cine de género se fije más en ella. También es impagable la fuerza que desprende Bella Agossou, así como la genuina y física sensación de peligro inherente al grupo de antidisturbios corruptos encabezado por el siempre solvente Francisco Reyes.
En definitiva, el triunvirato formado por Miguel Ángel Vivas, Marta Medina y el productor Enrique Lavigne ha dado forma a una película que debería formar parte de la conversación en futuros festivales y galas de premios. Esperemos que su condición de cine de género y su incómodo mensaje no la perjudiquen.
El cuerpo y la patria
En ‘La pecera’, Noelia (Isel Rodriguez) es una mujer puertorriqueña enferma de cáncer que, en lugar de tratarse, decide volver a su Vieques natal, una isla paradisíaca que esconde bajo sus aguas incontables residuos contaminantes provocados por prácticas militares realizadas por el ejército estadounidense.
Durante los primeros minutos, se despliega una cruda historia en la que no se endulzan los efectos devastadores del cáncer. También se presenta una situación dolorosa e incómoda en la que la persona enferma y su pareja no comparten el modo de enfrentarse a la enfermedad.
Ahora bien, desde el momento en el que Noelia viaja a Vieques, la carga emocional tiende a disiparse. Resulta interesante la relación establecida entre el cáncer de ella y la «enfermedad» que se extiende por el territorio en forma de contaminación con sello estadounidense. Sin embargo, no se termina de apreciar un verdadero desarrollo de la trama, cayendo la obra en un relativo bucle narrativo.
Dicho esto, la labor de su reparto debe remarcarse, destacando una Isel Rodriguez que aguanta el tipo ante un papel complicado. Por otro lado, la dirección de fotografía capta adecuadamente una luz melancólica que casa perfectamente con el «paraíso contaminado» en el que todo transcurre.
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