El Gobierno de España ha decidido invertir en la industria del videojuego español declarando que el sector tiene la misma importancia que el cine o la literatura. Se espera que esta iniciativa en forma de apoyo económico se ponga en marcha este 2019 y supondrá una ayuda para el medio español, que se encuentra aún muy invisibilizado en el panorama internacional. Gracias los galardones otorgados al videojuego español Gris por Mejor Juego Absoluto, Mejor juego de Pc, Mejor juego de Consolas, Mejor Diseño, Mejor Idea, Mejores Gráficos, Mejor Sonido, Mejor Banda Sonora, Mejor Producción y Mejor Comunicación en el pasado 2018 durante la celebración de los premios DeVuego, el Gobierno español parece haberse percatado del potencial que hay en sus tierras.
La partida de ayudas otorgada por el Gobierno se pondrá en marcha durante el primer semestre de este año con un presupuesto de 2,5 millones de euros. En cuanto a la forma que se repartirá este presupuesto o el baremo utilizado para optar por ella, son datos que aun no se tienen muy claros. Esperemos que esta ayuda siga adelante y no corra la misma suerte que aquella anunciada en 2017. Un partida que se pondría en marcha para el pasado 2018 y que fue fulminada «gracias» al ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital Álvaro Nadal. El administrativo, que no dio explicaciones sobre la cancelación de esta partida, ha tenido que llevarse un buen bofetón en la cara después de que este 2018, Gris se coronase con casi todos los premios y su desarrolladora, Nómada Studio se llevase el premio al Mejor Estudio 2018.
En la escena española del desarrolo del videojuego, demasiada gente opta por buscar suerte en el extranjero viendo la imposibilidad precaria y laboral del medio en tierras ibéricas. La omisión por parte del Gobierno a los artistas españoles en general y al videojuego nacional en concreto, han dejado tras de sí un panorama estéril en comparativa con el mercado internacional que no ha parado de crecer en los últimos años. Tampoco hace falta fijarse en la cuna del videojuego situada en América o la industria japonesa para ver que el éxito de las desarrolladoras independientes nos puede quedar muy cerca de casa. Como ejemplo, tenemos el estudio Polaco CD Projekt Red responsable de los títulos de la saga The Witcher, los franceses de Ubisoft (Saga Assasins Creed, Tom Clancy o For Honor entre otros) o los creadores del icónico Limbo.
Cuando en 2006 el danés Arnt Jensen se escapó de IO Interactive para crear su propia obra independiente, Limbo, jamás pensaría en el impacto y la buena acogida que supuso este pequeño indie. El desarrollo del proyecto nacería del bolsillo del propio Jensen y también del que fue después, el programador del proyecto Dino Christian Patti. Como la mayoría de indies, el inicio supuso la escalada de una pendiente muy resbaladiza. A pesar de ello, tanto Jensen como Patti tuvieron desde un inicio los objetivos a cumplir durante la creación de la obra muy claros. No querían alejarse de la visión artística de Jansen, de una jugabilidad intuitiva y, sobretodo, no querían involucrarse con otras desarrolladoras que acabarían imponiendo su ideología corporativa. Estas metas a seguir, cerraban las puertas a nuevas y posibles fuentes de ingresos que podrían financiar el proyecto. Fue entonces, cuando el trabajo comenzaba a tambalearse, que el Nordic Game Program se fijó en ellos y les ayudó a cumplir sus objetivos. ¿Qué es el Nordic Game Program? Es la ayuda que por aquel entonces ofrecía el gobierno danés para sufragar los gastos de los estudios nacionales. Esta ayuda supuso la salvación para Limbo y sus desarrolladores ya que gracias a ello, se pudo contratar a un número mayor de personas involucradas en el proyecto. La pulida del juego, de sus mecánicas, la ambientación y el hecho de respetar el ideal marcado por Jensen y Patti, han hecho de Limbo el icónico titulo que es hoy en día. De no haber aparecido la ayuda del gobierno danés, Limbo hubiese sido sustancialmente diferente o imposible de realizar. El estudio de Jansen y Patti, Playdead, posiblemente hubiese bajado la persiana y Inside tampoco hubiese visto la luz. La inversión realizada por el programa de ayudas danés, no sólo ha recuperado su inversión, también ha demostrado que este mercado es viable.
Con todo esto llegamos a 2018 y los Premios DeVuego. El videojuego independiente Gris recibe el premio de 10 de los 11 galardones a los cuales había sido nominado. Todas las miradas se vuelven hacía los creadores del título y los halagos del extranjero no tardan en llegar. Gris es un título creado y desarrollado en España. Nada mal para un país que solo ha conseguido dar tímidos pasos en el mercado internacional. Sin embargo, es en pleno 2018 cuando se cancelan las ayudas destinadas a mejorar el medio español. El mismo año que Gris se alza ante toda la industria internacional. La obra presentada por Nomada Studios y que cuenta con humildes orígenes, ha podido salir a flote gracias a Devolver Digital, uno de los publishers de la escena indie mejor valorados y con más peso en la actualidad. La inversión que ofreció el publisher supuso para la gente de Nomada Studio la libertad creativa y tranquilidad que tanto se necesita al inciar un proyecto desde cero; sentir que no estaban solos y de que tienen apoyo. De no ser por la confianza otorgada por Devolver Digital, Gris posiblemente no hubiese alcanzado su potencial ni mucho menos aspirar a arrasar en los Premios DeVuego.
Veo, por lo tanto, con muy buen ojo esta la partida de ayuda por parte del Gobierno destinada oxigenar al videojuego español . Deseo de corazón, que esta vez se cumpla y que no den marcha atrás en el apoyo a los desarrolladores nacionales. Y no lo digo por el éxito de estudios como Deadplay o Nomada Studio; tampoco por los indies que han arrasado. Hablo por todos aquellos que sueñan con desarrollar en forma de videojuego su vision del mundo, de su experiencia con la depresión o el torrente de emociones que suponen el amor, la alegria o la soledad. Hablo de títulos que aporten algo a esta viciada industria, no por sus ventas o por sus gráficos, si no por una experiencia única y diferente, que se ha atreve a descubrir nuevas formas y caminos en nuestro medio. En un mundo ideal, ningún artista se vería limitado por el presupuesto, Van Gogh murió pobre e ignorado. Solo ahora, 130 años después de su muerte, entendemos su impacto en el mundo del arte. No me atrevo ni a imaginar cuantas obras, juegos, vivencias o emociones hemos llegado a perdernos debido a que el creativo se veía limitado por todo aquello ajeno a su obra y que acaba afectando al proceso de creación. Entre muchos otros, Limbo fue un ejemplo y Gris lo está siendo. Que el Gobierno de España se de cuenta de ello, es un pequeño paso más hacía la madurez de nuestro medio, nuestra pasión y de nuestro hobby.
El Gobierno de España quiere fomentar el desarrollo del videojuego nacional
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