Gust nos vuelve a decepcionar con Blue Reflection
Este 2021 está siendo uno de los años con más JRPG en el mercado y eso es algo que obviamente desde aquí celebramos por todo lo alto. Precisamente una de las compañías que más esfuerzos ha puesto para ello ha sido Gust quien a principios de año debutaba por todo lo alto con el gran Atelier Ryza 2. Y si esto va de secuelas y es que hemos tenido el placer de jugar uno de los títulos que seguramente a muchos nos haya pillado por sorpresa y más tras una primera entrega que dejó mucho que desear. ¿Habrá conseguido esta continuación mejorar a su antecesor y coronar a Gust con un año excelso? Pues no os entretenemos más porque comenzamos el análisis de BLUE REFLECTION: Second Light.
MÁS ANÁLISIS
UNA TRAMA SIN SENTIMIENTO
BLUE REFLECTION: Second Light sigue las aventuras de tres estudiantes, a saber, Ao Hoshizaki, Kokoro Utsubo y Yuki Kinjou, que se ven transportadas a una misteriosa academia flotante, buscando pistas para encontrar el camino de regreso a casa, con solo sus nombres como recuerdo. Un día, aparece un camino que conduce a una nueva tierra, pero cuando las tres protagonistas salen a desentrañar el misterio, se encuentran con una serie de monstruos mortales. Al luchar contra las diabólicas criaturas, desbloquean poderes desconocidos que solo parecen profundizar en la naturaleza críptica de su entorno. A lo largo de la aventura, las tres amigas cooperan y luchan para que su vida cotidiana sea lo más provechosa y divertida posible. Mientras pasan los días atrapados en este desconocido mundo, los verdaderos sentimientos y personalidades de los personajes irán aflorando y, a medida que estrechan lazos, adquirirán nuevas fortalezas y habilidades.
No resultará fácil, ya que un día al explorar la academia, las heroínas notan algo fuera de lugar. El aparentemente interminable cielo azul comienza a desmoronarse y aparece una grieta sobre la escuela. ¿Qué peligros les acechan a las estudiantes mientras intentan desentrañar los secretos de su nuevo y extraño mundo?
Esta es la trama de la que aparte esta continuación de la que antes de adentrarnos y aunque parezca algo evidente es IMPRESCINDIBLE haber jugado al menos la primera entrega o veros el anime. Porque hay relevancia en la historia incluso de los juegos de móviles lanzados únicamente en Japón por lo que este es el nivel de exigencia. ¿Se puede disfrutar la entrega jugando directamente esta secuela? Bueno si, como todo en la vida no hay barreras pero la experiencia es radicalmente distinta y os perderéis infinidad de conceptos e interacciones que el videojuego ya da por entendidos. Requisitos aparte una de las mayores mejoras que ha tenido este videojuego es en relación a su grupo de protagonistas el cual esta vez si tiene unas interacciones en condiciones y unas personalidades mucho mejor desarrolladas. Eso si la presentación de cada uno de ellos y de como se van uniendo al grupo es de lo más lamentable y repetitivo generando situaciones surrealistas que no hay por donde cogerlas. Inmediatamente el título intenta arreglarlo sobre todo con el sistema de citas donde conforme vamos desbloqueando instalaciones o nuevas zonas del instituto, podremos conocer más sobre ese personaje en concreto. Sus gustos, su pasado, sus inquietudes, haciendo de esta herramienta la forma más útil de modelar el desarrollo de las protagonistas.
Lo demás estamos ante uno de los peores trabajos de Gust en lo que sin lugar a dudas en ninguno de sus videojuegos es el punto estrella. Una historia lenta, predecible, repetitiva y que no se toma en serio ni a ella misma cuando únicamente pretende salvarlo todo en los últimos minutos de la aventura. De poco sirve este esfuerzo final si las otras 20 y pico horas me han aburrido de tal forma y no ha despertado en mi la necesidad de jugar más para desvelar los misterios que afloran en aquel universo.
De igual forma ocurre con estos “Palacios” o “Heartscapes” como se le ha llamado en la versión inglesa a las mazmorras donde iremos conociendo los recuerdos de las chicas. Casi ninguno me ha llegado a transmitir nada. La estructura planteada a modo de ir visualizando pequeñas escenas aleatorias con un par de sombras que duran 5 segundos no es la mejor opción para que empatice con un personaje. Por no hablar de la multitud de escenas que encontramos fuera de tono que son contenido principal y no hay ninguna forma de evitarlas. Me ha vuelto a recordar la Gust que tanto me decepcionó, a la que solo fomentaba el fan service, la conformista, la que no tiene pasión por los videojuegos y esta historia es un claro ejemplo de ello.
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LO MEJOR DE LA CASA A SU SERVICIO
El apartado de la jugabilidad ya os adelanto que sin duda va a ser el más positivo como suele ser habitual una vez más en entregas de la Gust clásica de siempre. Controlaremos a tres de las protagonistas en un combate por turnos en tiempo real que bebe mucho del sistema de Atelier: Ryza donde en función de los turnos iremos escalando en unos niveles que nos permitirán bien realizar ataques más poderosos o realizar unos más débiles pero de más cantidad. Además de esto llegará un momento en el que alcancemos una fase de transformación donde todavía nuestra barra de recuperación será más rápida y nuestros ataque más mortales. Un sistema divertido y efectivo que cumple su propósito. Además se ha metido alguna novedad con los enemigos más poderosos donde tras romper la defensa libraremos enfrentamientos temporales de 1vs1 contra el boss que le aporta frescura al combate y aunque parezca una tontería queda muy resultón de cara a la galería.
Un sistema de combate que mejora en todo a su antecesor y que sabe coger lo mejor que funciona dentro de la casa para proponer una jugabilidad solida y en constante evolución hasta los compases finales del videojuego. Muy buen trabajo una vez más el realizado por Gust en este apartado.
Sin embargo tanto el diseño de mazmorras como las misiones secundarias son demasiado simples y tediosas. No aportan ningún elemento que lo haga disfrutable ni busca sorprender al jugador, se limita al conformismo y a la sencillez. Es una auténtica lastima que tras las mejoras que incorporaron en Atelier Ryza 2 no hayan sabido hacer unas mazmorras con mayor verticalidad, más creativas y más teniendo en cuenta que cada una de ellas tiene un significado para sus protagonistas. Muy desaprovechadas, un paso atrás de nuevo el dado por Gust.
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CANSADO DEL FAN SERVICE COMO PRIORIDAD
Por último vamos a arrancar primero con la banda sonora donde aún pensando que está muy por debajo de otros títulos de la compañía sabe acompañar en todo momento los puntos clave de la aventura. Le aporta la justa identidad que busca en cada zona y en cada situación por lo que a pesar de no brillar, si cumple su propósito, poca queja puedo aportar.
Sin embargo en el apartado gráfico el trabajo si que deja mucho que desear, dejando a un lado los personajes los cuales una vez más el maestro Mel Kishida nos trae unos diseños impolutos con la clásica identidad de la saga. La paleta de colores está bien seleccionada y el apartado artístico en según que zonas es muy positivo pero por todo lo demás es un trabajo desastroso y perezoso. Las sombras tienen unos dientes de sierra imperdonables. Las texturas y las físicas en los personajes no existen. Por ejemplo estamos en una zona abierta donde sopla el viento y vemos como la vegetación “se mueve” en un punto en concreto ya que son escasos. Pues bien si posicionamos a la protagonista ahí, ni se le va a mover el pelo ni nada por el estilo, no hay interacción con el entorno, no respira vida ni se ha dado importancia a los detalles.
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