Hace unos días compré en una librería El nombre del viento de Patrick Rothfuss. Todo ésto surgió tras una conversación con mi mejor amigo, también días atrás. A este señor le emocionaba la idea de que yo empezara a leer esta obra; sabía perfectamente que iba a perder la cabeza, hablando de buena manera. Después de terminar el primer capítulo sentía la necesidad de hablar con él, estaba muy contento y podría decirse que 13 Sentinels: Aegis Rim es un claro ejemplo de lo hablado. Necesito hablar de él porque todavía no me creo que Vanillaware vuelva por la puerta grande y derribando a todo lo que se cruza por el camino, metafóricamente hablando claro.
Ésto no sería tan novedoso ya que la compañía no ha fallado en ninguno de sus títulos; eso sí, hemos tardado en ver su nuevo proyecto casi 7 años, con una versión cancelada para la querida y extinta portátil de Sony, PlayStation Vita. Ya os comentamos en las impresiones que la espera había merecido la pena y puedo confirmar que, incluso en ese momento, me estaba quedando corto.
Lo más interesante, en este apartado, es la exploración e interacción en el mapa. Dependiendo de nuestra acción, la escena cambiará y veremos un final diferente. Podremos ver escenas alternativas que pueden explicar alguna duda sobre el personaje que controlamos o incluso llegar a la escena canónica, dónde siempre nos dejará con la boca abierta. En general, es interesante y la narrativa se hace cómoda de seguir gracias al carisma que desprende muchos de los personajes. Hay muchas referencias a la cultura de la época; por ejemplo películas o música.
El Modo Batalla se desarrolla en combates estratégicos por turnos, donde ordenaremos a nuestros Mechas moverse por el escenario; organizarse y defender la posición. Sin duda un punto positivo es el selector de dificultad, ya que habrá gente a la que le interese más la parte narrativa. Por último, si conseguimos repeler la oleada de enemigos y ganar el combate; conseguiremos unos puntos para desbloquear información sobre el lore del mundo y sus personajes; además de experiencia y «monedas» para desbloquear habilidades de los personajes.
Hay que mencionar que contamos una vez más con Hitoshi Sakimoto como el compositor principal y no es mala banda sonora, tal vez siga opacada por el precioso tema principal de Odin Sphere, pero hace justicia al renombre del compositor y de la obra por supuesto. Los textos están traducidos al castellano; una adaptación muy correcta y que ayudará bastante con todo el texto que tendremos por delante. El juego cuenta con voces japonesas, pero sabemos que habrá un parche en el día de salida para poder optar por el doblaje al inglés, aunque en lo personal recomiendo jugarlo en el idioma original.
Ojalá, digo, se haga justicia y se reconozca que Vanillaware está a años luz en comparación con muchas compañías japonesas.