La saga Call of Duty regresa con una nueva entrega y, una vez más, viene acompañada de cierta polémica antes de su lanzamiento debido a su vertiente multijugador y unos jugadores que depositaban cierta esperanza en la variante del modo de zombies pues era de lo más esperado, pero ¿consigue cumplir con todo lo que se esperaba o, quizás llega a sorprender en algo?
Vayamos por parte, en primer lugar hablaremos del modo campaña, un modo que sabemos que no suele ser el preferido de muchos jugadores pero que siempre es de agradecer que este presente. En esta ocasión nos encontramos con un modo que tiene una duración en torno a las 6 horas, en el que se nos presenta a un conjunto de personajes cuya primera misión sale mal y luego pasaremos a manejarlos de manera individual. El problema es que no se profundiza en estos, salvo en la protagonista femenina y que tiende a convertirse en la mejor de los presentes. No es una campaña en la que existan novedades jugables, pero que sigue teniendo momentos espectaculares, típicos de la saga, y un final que podría incluso expandirse aunque no parezca que vaya incluir salvo que haya otra entrega. Hay que destacar que a nivel gráfico el juego se mueve de una forma muy fluida a los 60 fps, con un nivel técnico cercano a lo visto en Modern Warfare, la entrega de 2019 y con la que comparte motor gráfico.Ahora nos toca centrarnos en el modo zombies, aquel que tenía las esperanzas de muchos jugadores. Es en este modo en el que nos encontramos ante la primera gran decepción del juego, puesto que en el momento del lanzamiento, solo existe un mapa en el que poder jugar pero con la diferencia de que no existe ningún tipo de Easter Egg que amplíe la historia y el lore de este modo, y no solo eso puesto que en esta ocasión no existen las rondas como tal, sino que se divide por desafíos los cuales al superar cierto número ya se nos ofrece la opción de poder abandonar y terminar con el modo. Esto lo hace un modo muy distinto a lo esperado e incluso algo peor puesto que no existen esa rondas que tanto gustaban ni tampoco un mapa como tal, sino que es un extracto del mapa de una misión de la campaña. Como decimos, se siente un modo muy pobre a día de hoy y necesita de contenido de manera urgente.
Por último, pero no menos importante, vamos con la vertiente multijugador. Estamos ante un modo en el que las partidas son muy frenéticas gracias, en parte, a un movimiento muy rápido y ágil, así como un time to kill de las armas que se siente muy bueno (aún existiendo armas que necesitan estar balanceadas) pero, y aquí viene lo más importante, en esta ocasión el juego viene acompañado de una búsqueda por habilidad (que le ha hecho mucho daño durante estos últimos años) pero con la diferencia que no se siente tan potente a la hora de buscar, lo que acaba traduciéndose en unas partidas que vuelven a sentirse divertidas, aún más cuando se hacen con amigos. Además encontramos unas rachas de bajas, típicas de la saga, pero que necesitan ser mejoradas como por ejemplo los perros. Por todo, nos encontramos ante el mejor modo de los tres actuales, sin contar warzone, y que quizás ayude a mejorar la saga y “revivirla” en esta vertiente.
En conclusión, esta entrega de la saga no supone ninguna revolución puesto que tampoco lo necesita y se sigue notando un muy buen juego que no deja de cumplir con todo lo que promete, salvo la excepción del modo zombies, y que proporciona horas y horas de entretenimiento a los jugadores.
Análisis de Call of Duty: Vanguard
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