Concrete Genie, uno de los títulos más sonados de este mes, exclusivo de PlayStation 4, pero que, aunque esperado por muchos, no me terminaba de convencer tras ver sus primeras imágenes. Sin embargo, una de las cosas que más me gustan de este medio es como un producto que, de primeras, es contario a mis intereses, tras probarlo, mi opinión sobre el mismo cambia. Por eso, cuando tuve la oportunidad de probar este título, no lo dudé … ahora bien, ¿se confirmarían mis presagios sobre el mismo o ha cambiado mi opinión acerca del nuevo título de Pixelopus?
Historia
Concrete Genie nos pone en el papel de Ash, un chico al que, en la primera escena podemos identificar a la perfección; solitario, apasionado de la pintura, con unos padres distantes y que sufre acoso por parte de los otros chicos, ya que es diferente al resto.
El juego nos presenta a Ash dibujando en su bloc algunas de las criaturas que, tras una serie de sucesos, tomarán vida y nos ayudarán en nuestra misión principal; salvar Denska, una ciudad que hace unos años estaba llena de gente y color, pero que, por un suceso que descubriremos más adelante, ha sido invadida por la oscuridad. La ciudad ha quedado inhabitada, ya que el mar que la rodeaba está totalmente contaminado por esta oscuridad en forma de una sustancia morada y, para un pueblo pesquero, que se nutría principalmente de la pesca y recursos marino, esto es algo devastador.
Una historia interesante, con mensajes importantes sobre problemas actuales del día a día como son el bullying o el medio ambiente, que iremos descubriendo, como viene siendo habitual, a través de las cinemáticas y un tipo de coleccionables, los periódicos. Normalmente las cinemáticas nos contarán la historia de nuestro protagonista y los otros chicos, sobre todo acerca de su pasado para así entender su situación actual. Por otro lado, los diarios de noticias que nos encontremos se centrarán en la historia de la propia ciudad y como ha llegado a su situación actual.
Jugabilidad
Es en este punto en el que tenía mis dudas acerca del título. Normalmente, los títulos desarrollados por estudios pequeños, con una historia profunda, que busca, no solo contarla, sino hacer llegar el mensaje de forma profunda a los jugadores, se centran tanto en este punto, que su jugabilidad termina viéndose perjudicada. En esta ocasión, por suerte, esto se rompe, Pixelopus ha sabido equilibrar sus recursos para obtener una buena historia y que, por otro lado, sea entretenida de jugar.
Hay varios apartados que analizar aquí, pero empecemos por el más importante y diferente a lo que solemos ver; la pintura. Como hemos dicho, tendremos que eliminar la oscuridad de Denska, esto lo haremos gracias a la capacidad artística de nuestro protagonista, su bloc de dibujo y un pincel especial que obtendremos nada más empezar el juego. Tras esto, nuestro arte empezará a tomar vida y comenzaremos a “invocar” genios, que, aunque no podrán salir de las paredes, podrán interactuar de alguna manera con el escenario para así ayudarnos en nuestra tarea. Cada genio tendrá su habilidad, divididos entre fuego, electricidad y viento. Además, los genios, que podremos personalizar, también nos harán peticiones antes de ayudarnos; querrán que les dibujemos algo en concreto que habremos tenido que desbloquear antes, encontrando las páginas de nuestro cuaderno que están esparcidas por ahí. Una mecánica, novedosa, que hará que la ciudad tome color a nuestro paso y que hará que cada ciudad de Denska que podamos ver, sea diferente en función del jugador que haya pasado por ella. Seguro que los artistas que tomen el juego, crearán auténticas obras de arte con las herramientas que el juego aporta, sin embargo, es gracias a estas también, por las que los jugadores más limitados en este sentido, podremos solventar estos pequeños puzzles de forma rápida y sin complicaciones, aunque con un resultado menos vistoso.
Ahora bien, ¿cómo pintamos? El juego hace uso del sensor de movimiento del DualShock 4, aunque en caso de que nuestro mando no disponga de uno o que no nos guste este sistema, podremos cambiar las opciones para dibujar con el stick. Como decíamos, el sensor de movimiento hará que el cursor que nos encontremos en la pantalla se desplace y elijamos donde colocar los elementos que seleccionemos del cuaderno. Es decir, no es un dibujo totalmente libre, proyectaremos sobre la pared hierba, árboles o estrellas, nosotros tendremos control total acerca de su forma o tamaño, pero no sobre un pincel con el que dibujar lo que nos apetezca.
Otro de los puntos que me ha sorprendido es el movimiento. Normalmente estos títulos suelen tener un movimiento lento y un poco “tosco”. Nada más lejos de la realidad en esta ocasión, un movimiento rápido y fluido, que llega incluso a recordarme en algunos momentos, también ayudado por la estética de Ash, a Delsin Row, protagonista de inFAMOUS Second Son. Podremos correr, trepar y saltar de forma ágil para conseguir las páginas de nuestro bloc y así tener más elementos de dibujo, llegar a pintar edificios más altos o escapar de los otros chicos.
Y es que, sobre este último punto, también hay que hacer una breve mención, el escapar. El juego nos propone un sistema de “sigilo” pero bastante sencillo. En los primeros momentos de juego nos encontramos con el grupo de chicos que trata de hacer la vida imposible a Ash y, en este momento, nuestro personaje se subirá a un tejado para esconderse de ellos. Aquí, parece que vamos a tener que andar todo el rato escondiéndonos de ellos y que si nos pillan vamos a tener problemas, algo que es así, pero no tan grave, desde un punto de vista jugable. Me refiero a esto con que “simplemente” nos tirarán piedras y que con correr en otra dirección y alejarnos un poco, ya nos habrán perdido.
Al igual que al sigilo, mencionaré brevemente el combate, cuya aparición es testimonial y limitada. En una parte de la historia, solo durante ese capítulo, tendremos que combatir contra algunos de los genios que hemos pintado con anterioridad. El sistema de combate consistirá en atacar con pintura, según el color de cada uno de ellos, a los mismos y luego hacer que vuelvan en sí. Como digo, hay que hacer mención porque es parte de la jugabilidad, pero apenas haremos uso del mismo, los enemigos a los que nos enfrentaremos pueden contarse con los dedos de nuestras manos.
Finalmente toca hablar de la duración del mismo, refiriéndonos exclusivamente al juego, sin contar el tiempo que pueda dedicar cada uno en el modo de realidad virtual o los modos de dibujo libre, dónde podremos pintar a nuestro antojo las distintas partes de la ciudad (algo que ya podremos hacer durante la campaña, por lo que, aunque más modos y, por lo tanto más oportunidades siempre es mejor, no es algo que haga una diferencia importante con lo que ya hemos hecho durante el desarrollo de la historia).
La duración siempre es subjetiva, para algunos será un juego corto, para otros tendrá una duración adecuada y, aunque no creo que suceda en esta ocasión, habrá jugadores que lo vean como un juego largo. En mi caso, 6 horas de duración para obtener el trofeo de platino, lo que conlleva completar la historia, en unas 4 horas y media, y el resto, hora y media, para conseguir todos los coleccionables y realizar algunas acciones concretas. Para mí, una duración que se adecúa tanto a la historia y jugabilidad, ya que no se alarga en exceso ninguna de ellas pudiendo llegar a ser repetitivo, ni es tan corto que no te permite disfrutar al máximo de la experiencia. Además, también podemos decir que su duración apropiada para su precio de lanzamiento, 30 euros.
Realidad Virtual
30 euros que son aun más baratos sin contamos con unas PlayStation VR. Como ya hemos dicho, Pixelopus es un estudio pequeño, pero que ha sabido hacer no solo un gran juego con una buena historia acompañada de una jugabilidad entretenida, sino que también dispone de un par de experiencias de realidad virtual.
La primera de ellas es una pequeña historieta, en la que estaremos acompañados por Mancha, uno de los personajes que ya estará con nosotros a lo largo de la historia principal. Junto a Mancha, podremos dar color al mundo, pintando con nuestros mandos move sobre el mismo. Una historia que completaremos en 1 hora más o menos, según el tiempo que nos entretengamos pintando sobre el escenario. El otro modo es un modo de dibujo libre en el que tendremos a nuestra disposición algunos escenarios en los que plasmar nuestro arte mientras estamos sumergido en el mundo de Concrete Genie con nuestras gafas de realidad virtual.
Apartado técnico
Desde el punto de vista técnico, el juego, como no podía ser menos para un juego, cuya jugabilidad está centrada en el arte, es bastante bueno. Obviamente no busca ser un juego realista, pero consigue un resultado bastante bueno en lo que se propone. Unos gráficos preciosos, no solo a la hora de pintar en las paredes y ver como nuestra obra cobra vida, sino también en el estilo de los personajes y la ciudad.
Por otro lado, como suele ser habitual en los títulos exclusivos de PlayStation, Concrete Genie viene doblado al castellano de una manera que cumple bastante bien. Eso sí, dentro del aspecto sonoro destacaría los efectos de sonido que tienen nuestros diseños a la hora de pintarlos en la pared. Además, la banda sonora nos acompaña adecuándose en todo momento al desarrollo de la historia.
Conclusión
Concrete Genie se alza como uno de los lanzamientos del mes de octubre, algo complicado ya que coincide con grandes lanzamientos como las nuevas entregas de Call of Duty o Ghost Recon, así como los esperadísimos Medievil y The Outer Worlds. Como digo a pesar de no ser tan conocido como los otros títulos, Concrete Genie llega para plantarles cara.
Un grandísimo trabajo de Pixelopus que, a pesar de no ser perfecto, ha sabido crear un título con una muy buena historia, una jugabilidad novedosa, basada en el arte, que se aparta de lo que estamos acostumbrados a ver.
Todo esto sumado a su modo de realidad virtual y su ya citado precio, 30 euros, hace que Concrete Genie sea un título bastante a tener en cuenta, tanto si te gusta el mundo del arte, sobre todo la pintura o si quieres vivir una corta pero interesante historia.
