Garfield Kart: Furious Racing es el nuevo juego de conducción protagonizado por el famoso gato vago y comilón Garfield, al que podremos utilizar como conductor junto a muchos de sus pintorescos amigos. Pero ¿Merece la pena Garfield Kart: Furious Racing? Trataré de responder a ello en el siguiente análisis.
Contenido
Empezaremos hablando de aquello en lo que más destaca el juego, su abundancia de contenido. Garfield Kart: Furious Racing cuenta con un amplio abanico de modos, circuitos, personajes, desbloqueables y accesorios, que aumentan en gran medida sus horas jugables. Hay contabilizados 16 circuitos inspirados en la franquicia de Garfield, como el lago Rocaspálidas o la factoría Pastacosi, lugares que los fans más acérrimos deberían conocer.
Los modos de juego son 3, campeonato, contrareloj o carrera única. El primero de ellos es el más atractivo, ya que permite escoger la dificultad de las carreras y elegir entre cuatro copas diferentes para competir (Pizza, Hamburguesa, Sorbete y Lasaña) teniendo cada competición una pista exclusiva. Respecto al modo contrareloj, como su nombre indica, nos obliga a finalizar las carreras en un tiempo límite e intentar batir las marcas de récord ya establecidas. Por último, la carrera única es una carrera rápida, sin ningún tipo de objetivo ni premio, es la modalidad más básica.
Estas modalidades pueden jugarse de forma multijugador, tanto online como a pantalla partida. El modo online permite que se enfrenten hasta 8 jugadores en divertidas carreras, aunque el modo local no se queda atrás, puesto que en él pueden competir hasta cuatro jugadores en pantalla dividida, algo que sin duda aumenta el entretenimiento que ofrece Garfield Kart: Furious Racing.
En el roster de los personajes, hay 8 personajes jugables que van desde los más conocidos como Garfield, John y Odie hasta aquellos menos frecuentes en la saga como Harry o Squeak, el pequeño ratón. Cada uno de estos personajes cuenta con su propio kart para competir, con sus características propias, que se dividen en tres, aceleración, velocidad y conducción.
Además, los karts y personajes son personalizables con todo tipo de accesorios que se pueden desbloquear completando carreras, desafíos y contrareloj. Así, podremos acceder a alerones para los vehículos, gafas de sol, gorros y muchos más artículos con los que presumir en las carreras.
Jugabilidad
Es en este apartado donde la cosa empieza a torcerse, aunque no es ni de lejos el peor aspecto del juego. La jugabilidad es bastante pésima y uno de los principales inconvenientes del juego. Los controles son los estándares básicos de cualquier juego de conducción, con el uso de los gatillos L2 y R2 para frenar y acelerar, por lo que de entrada son bastante accesibles, aunque hay mecánicas, como la de derrapar, que no están bien implementadas, se sienten toscas y poco pulidas. No obstante, el sistema de ventajas y desventajas del juego es bastante limitado. Se trata de una serie de caramelos colocados por el mapa que nos aportarán o bien ventajas para nosotros mismos, como un mayor sprint, o bien desventajas para nuestros adversarios, como ralentización o propinarles fuertes golpes lanzándoles objetos como lasañas o muelles. Es similar a lo ya visto en otros títulos como Mario Kart, pero con mucha menos profundidad tanto en el catálogo de ventajas y desventajas como en los efectos que tienen sobre nuestros rivales.
Además, la sensación de velocidad que pretende transmitir el juego es a todas luces insuficiente, ni siquiera usando la ventaja del turbo tenemos la sensación de ir más rápido de lo que deberíamos. Los efectos que aparecen en pantalla al usar las ventajas son reguleros y no impresionan lo más mínimo. Si a todo ello le sumamos una inteligencia artificial deficiente que convierte las carreras en meros paseos incluso en las dificultades más elevadas, pues tenemos un apartado jugable con mucho margen de mejora. Es por ello que es recomendable jugar con amigos, bien sea multijugador o bien sea a pantalla partida, ya que incrementa de manera exponencial la diversión del título.
Apartado técnico
El punto más negativo del título es sin duda este. La estabilidad a veces se resiente en algunas acciones como la toma de curvas, aunque es algo puntual. A nivel gráfico es paupérrimo, ni siquiera se acerca a unos estándares mínimos de calidad para una consola de PS4. Los modelados de los personajes es lo único que destaca minímamente en la parcela gráfica, aunque esto no lo salva de la quema ni mucho menos. Las texturas del mapeado son pésimas y parecen de una generación anterior, el trabajo aplicado en este apartado es a todas luces insuficiente. El aspecto sonoro sí que cumple, a diferencia del gráfico, ya que las canciones que acompañan a las carreras cumplen la función de amenizar los trayectos, a lo que hay que sumar que el sonido de los vehículos es correcto, sin más.
Conclusión
Garfield Kart: Furious Racing es un juego con un amplio contenido, pero la base jugable y técnica del título está tan poco pulida que puede echar para atrás a muchos a los que les llame el juego. La diversión aumenta en gran medida en el modo multijugador, pero aún así existen títulos mejores en el mundo de la conducción de fantasía arcade.