Análisis de Life Eater
La idea de Life Eater es interesante y en su análisis quiero dejar claro un par de puntos antes de comenzar. Pese a que he comentado inicialmente que el videojuego tiene un concepto que llama la atención, la cosa empeora a los primeros minutos de iniciar la partida y no va a ir mejor. No ayuda que su interfaz sea fea o que todas las acciones que puedes hacer para atraer a una persona a tu secta formada sean irrelevantes. Pero si fuera solamente esto, estaríamos hablando de un videojuego mediocre; carente de alma y de cariño… ojalá solamente fuera eso.
Partimos de la base en el análisis de Life Eater comentando que esto no es un simulador de asesinatos o captación a una secta; es un título más cercano al rompecabezas o de resolver enigmas realmente. Nosotros encarnaremos a una especie de druida o ritualista que debe realizar captaciones de gente y asesinarlas para que el mundo no acabe. Para llevar a cabo todo, tenemos una lista de posibles asesinatos que nos ayudará en la tarea de salvar la tierra -supuestamente- aunque cabe decir que la lista solamente da alguna que otra pista sobre la persona que debemos encontrar.
Rastrear, descubrir cosas y demás nos hará gastar acciones y el tiempo apremia, por lo que tendremos que darnos prisa y elegir con cuidado cada movimiento que hagamos. Suena interesante ¿No? Pues todo lo que acabo de decir se desploma tras la primera sesión del juego. La interfaz parece poco visible y es algo que empaña más lo único jugable que tiene Life Eater, es un desastre.
La ambientación conseguía también palidece al ser imágenes estáticas y un diseño poco atractivo. Todo el apartado sonoro funciona bien y contamos con la participación del compositor de Dredge, un videojuego que si está realmente fantástico y que también juega con el misticismo y el miedo a lo desconocido.
Lo que ofrece Life Eater es, en cierta manera, nuevo pero poco atractivo y anticuado a la vez. La historia no es llamativa; la jugabilidad se basa en ensayo y error constante. Este tipo de títulos pueden ser considerados como algo muy nicho dentro de lo ya nicho; el fondo del saco de la escena indie y que a lo mejor hay público, faltaría más. En mi caso, creo que he tocado fondo también y probablemente sea una de las razones por las que la industria del videojuego está en crisis.