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Análisis de Riot: Civil Unrest

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El género de estrategia es algo que últimamente se está dejando ver en el mundo de los videojuegos. No es casualidad, ya que juegan un factor casi adictivo y con una jugabilidad compleja al principio pero cómoda y completa a posteriori. De hecho, el 5 de febrero esa lista se ampliará con la llegada de Riot: Civil Unrest, un juego con una muy interesante premisa donde distintas manifestaciones conocidas en el mundo son las protagonistas y nosotros nos meteremos en la piel de los manifestantes, o bien los policías. Os vamos a contar qué nos ha parecido este título independiente.

Propuesta

Riot: Civil Unrest es un título desarrollado por Leonard Menchiari y IV Productions cuya editora es Merge Games. Lo que nos propone es tan simple como interesantes: en el juego cuentan y representan numerosas manifestaciones que han sucedido en el mundo real y que han sido ciertamente importantes. Por medio de una jugabilidad que hace honor a los mejores juegos de estrategia en tiempo real, deberemos ponernos en la piel de uno de los dos bandos: el grupo manifestante o los policías. El objetivo depende de cada manifestación, que se representan en el juego a modo de distintos niveles y que cada uno está compuesto por distintas «rondas». Los objetivos pueden ser, en el caso de los manifestantes, intentar llevar la multitud a una zona y tratar de mantenernos ahí, destrozar objetos del escenario, etc. Y en el caso de los policías, pues básicamente controlar al grupo rebelde. La estética del juego está basada en sprites pixelados y jugaremos desde una vista aérea, como es habitual en los juegos del género.

Jugabilidad

En este tipo de títulos, la base fundamental es la jugabilidad ya que es el factor que mayor capacidad tiene para enganchar a los usuarios, de modo que aquí es donde más profundizaremos. En el menú de Riot: Civil Unrest, tenemos tres opciones para jugar: Global, Historia y Versus. Versus es simplemente multijugador local, donde dos jugadores con cada uno su mando lucharán siendo uno el grupo manifestante y el otro el policial. Por otro lado, tenemos el modo Global, que consiste en realizar misiones que iremos desbloqueando a medida que completemos las primeras y que cada vez serán más difíciles, ya que el juego es el que nos pondrá una configuración predefinida de nuestro inventario o de nuestro equipo policial para la partida. En el modo Historia es donde podremos revivir distintas manifestaciones que, como dijimos anteriormente, han ocurrido en la vida real. Por ejemplo, podemos participar en la manifestación de Los Indignados, la del 15-M que ocurrió aquí mismo, en España. También estarán las de NoTAV, de Italia; Primavera Árabe, de Egipto; y Keratea, de Grecia. Dentro de cada una habrá varias etapas independientemente de qué bando escojamos, y nos contarán brevemente qué ocurrió y a qué se debe la rebelión.
Nuestro objetivo principal en Riot: Civil Unrest es, obviamente, ganar cada etapa. Eso sí, hay dos opciones principales: recurrir a la violencia o hacerlo pacíficamente. Se podría decir que la violencia sería el camino rápido y más fácil, mientras que de modo pacífico será algo más lento, aunque también más seguro. En cualquier caso, actuaremos en función de nuestro contrincante y cómo estén reaccionando ellos. Esto tendrá una repercusión al final de la partida, ya que no solo cuenta el ganar esa «batalla», sino que tendremos que procurar tener a los medios y a la sociedad de nuestro lado, y para ello es mejor hacerlo de forma pacífica, aunque como hemos dicho antes, si nuestros contrincantes están actuando de forma violenta y radical, no nos quedará otro remedio que ponernos a su nivel. Antes de seleccionar una manifestación que jugar, elegiremos la dificultad de la misma, habiendo tres niveles. Normalmente, las primeras etapas se pueden superar de forma pacífica, y esto siempre dependerá del objetivo del nivel, pero dado que dichas etapas tienen como objetivo mantener una posición o defender una zona, no es necesario recurrir a la violencia. A medida que avance la manifestación y lleguemos a las últimas etapas (son 4 etapas por manifestación), será más difícil dado que los contrincantes serán más agresivos y los objetivos tendrán un fin más radical y violento. También podremos capturar, herir e incluso matar a personajes del equipo rival, lo cuál nos perjudicará de cara a los medios.

Los items y las mecánicas que usaremos serán distintas si somos el grupo manifestante o la policía. Empecemos por los rebeldes: seremos un número mucho mayor de personas pero ello conlleva a que es más difícil de controlar el «rebaño». Antes de comenzar la partida, tendremos que decidir la cantidad de banderas que llevaremos y qué tipo de defensas usaremos, entre otros: a más banderas y más defensas, la victoria será más fácil pero esto hará que menos personas se unan a la causa. También elegiremos qué items llevar: podremos escoger cuatro de entre muchos que usaremos durante la partida por medio de la cruceta del mando. Además, iremos desbloqueando más objetos a medida que juguemos. Cada ítem tiene su efecto y sus ventajas, y depende de cada objeto podremos usarlos en modo pacífico o en modo violento, el cuál podremos cambiar a nuestro antojo durante la partida. No mencionaremos todos los objetos pero sí algunos: tenemos por ejemplo petardos que sirven para dispersar a los polícias que estén en la zona donde lo tiramos; también dispondremos de un megáfono que hará que los manifestantes se reagrupen; cómo no, también disponemos de algunas armas como fuegos artificiales o bombas que son más radicales y extremistas, pero tienen mayor efecto. Una vez en la partida, no solo dispondremos de los objetos que hayamos seleccionado sino que tendremos a nuestra disposición otras dos opciones y que cambiarán en funcion de nuestra actuación (pacífica o violenta). Podremos desde hacer una barricada hasta lanzarles piedras u otras «armas» rudimentarias.
Por otro lado, la polícia se configura de distinta forma antes de comenzar cada etapa. Podremos poner hasta seis equipos policiales, pudiendo ser de defensa, asalto y táctico. Cada uno dispondrá de unos pocos miembros, y le configuraremos el arma que lleve (pudiendo ser una porra, un arma de fuego, entre otras), la defensa que tendrá cada equipo, qué objeto llevaremos, etc. Todas estas opciones influirán en un presupuesto que gastaremos en cada etapa. Una vez dentro de la partida, podremos cambiar la forma de cada tropa policial, pudiendo ponerse en fila, dispersados, o en forma de flecha, en función de qué queramos hacer con el grupo manifestante. También haremos uso de los objetos que hayamos escogido antes de la partida y de distintas opciones que, al igual que con los manifestantes, cambiarán en función de si estamos en modo violento o pacífico.

Sonido

El sonido no es espectacular, pero cumple con su cometido. Los efectos de sonido sí están cuidados, las voces de los manifestantes son bastante detalladas al igual que los efectos de las policías. La música de Riot: Civil Unrest también está realmente bien, muy bien escogida y con un aire que representa a la perfección esa atmósfera violenta de las manifestaciones.

Gráficos

La estética píxel que engloba a Riot: Civil Unrest está realmente cuidado, las animaciones de los personajes están bastante bien pese a ser sprites. Cierto es que es algo díficil apreciar lo que está ocurriendo en la partida dada esa estética combinada con la lejana vista aérea (aunque podemos acercar la vista durante el curso de la batalla). En general, sí pensamos que le viene bien los píxeles a este título, al menos más que otros modelados más realistas en tres dimensiones. Eso sí, la tipografía en muchos casos puede dejar bastante que desear, sobre todo en la que usan cuando ganamos o perdemos, en la cual las letras con tilde no aparecen.

Conclusión

Riot: Civil Unrest es un juego indudablemente divertido. La propuesta que impone es más que interesante y original a nuestro parecer, ya que hay realmente pocos títulos que traten el tema de las manifestaciones. La jugabilidad no tiene nada que envidiar a otros buenos juegos de estrategia en tiempo real, ya que es bastante completa e incluso compleja. Sin embargo, no hay tutoriales en el juego y eso hace que sea un poco complicado comprender los controles, ya que aparecen la descripción de los mismos cuando usamos los objetos o las mecánicas en mitad de las partidas que no se pueden pausar. Tiene algunos errores, como por ejemplo que no podemos volver al menú si perdemos una etapa (lo cuál no sería lógico si no te diera esa opción, pero te la da y no funciona). Riot: Civil Unrest tiene bastantes carencias y es obvio que es un título muy, muy pequeño, donde, eso sí, destaca una jugabilidad divertida y, lo que creemos que es más interesante, una propuesta que llama mucho la atención.

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