Si hay un producto transmedia perfecto es Scott Pilgrim. En una navidad. de hace ya más de diez años; que se dice pronto, me regalaron los dos primeros tomos del cómic original. Ese mismo año se estrenó la adaptación al cine de la mano de Edgar Wright; uno de los mejores directores de la industria. La película fue un rotundo éxito y junto a ella, de la mano de Ubisoft, llegó el videojuego: Scott Pilgrim vs The World: The Game y sorprendentemente, nos encontramos con un Btm’up sorprendente y maravilloso.
Por problemas de licencias, el juego desapareció de las tiendas digitales, pero gracias al autor de la obra original, Bryan Lee O’Malley y el reclamo de los fans de su trabajo, es posible la existencia de Scott Pilgrim vs The World: The Game – Definitive Edition, lo que a términos en nuestro gremio se traduce a la edición completa con todo el contenido añadido.
Por supuesto; lo que es que el juego en sí no ha desmejorado en nada; empezando por el apartado artístico y técnico. Contamos con varios personajes para jugar el modo historia: Scott; Ramona; Kim y Stephen junto a Wallace y Knives que eran personajes de los DLCs. Hay un par de sorpresillas que no desvelaremos pero cada personaje tiene un set diferente de movimiento y técnicas. El motor del juego usa un pixel-art muy detallado; con mucha connotación en los escenarios y enemigos.
El apartado del sonido lleva la firma de un grupo llamado Anamanaguchi que, curiosamente, parte de los instrumentos que usan para grabar estas melodías son muy variopintos y curiosos; como una Famicom o una Game Boy original. Sobre las canciones; sobran las palabras. Estamos ante una de las mejores bandas sonoras de la historia del videojuego; con temas tan dinámicos como Another Winter (el primer nivel del juego), Rock Club o Gideon Wrath. Para muestra os dejamos con la introducción tan fantástica que tiene.
La satisfacción que me da concluir este análisis ya no solo recomendado, sin lugar a dudas, uno de los mejores juegos de este año 2021, sino también su cómic; una obra bonita y divertida. Incluso la película, que está en diferentes plataformas de servicios, es digna de ver y pocas veces se puede decir de que una obra transmedia sea tan buena.