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Análisis de Spellbreak

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Hace ya más de un año que nos preguntamos si el Battle Royale era una moda pasajera o venía para quedarse. Aunque es pronto para responder de fonda rotunda a dicha pregunta, los que sí podemos garantizar es que a día de hoy el género sigue muy vivo. Hay muchos títulos que podemos poner bajo la etiqueta de este subgénero del shooter; tres colosos como Fortnite, COD Warzone y Apex Legends, así como gran cantidad de juegos más pequeños que subsisten a la sombra de los grandes. Constantemente siguen llegando nuevas propuestas que no hacen más que enriquecer y aportar nuevas ideas. Hoy, vamos a hablar de Spellbreak, desarrollado por Proletariat, un pequeño estudio formado por veteranos de la industria, antiguos trabajadores de Harmonix, Turbine e Insomniac.

 
De la historia poco se puede hablar, tras una introducción de la misma antes del tutorial, luego no sabemos más. Actualmente, Spellbreak, tras un largo periodo de beta, está en sus primeras semanas de vida, por lo que, si bien, ya ha tenido lugar su lanzamiento oficial, aun queda un periodo de adaptación y mejora. Algo que suele pasar con este tipo de juegos es que, aunque ya se haya probado por la gente un tiempo, es cuando llega al público general cuando se termina de balancear el daño y corregir bugs que antes no se habían desvelado, más aún cuando el equipo detrás del mismo es uno pequeño. Tras esto, comenzarán con las temporadas, o capítulos, que es como se les conoce en el juego y además de nuevo contenido, esperamos, que se continúe con la historia. Aunque esto es algo importante, no es ni mucho menos uno de los puntos determinantes a la hora de valorar un juego como Spellbreak.
Su jugabilidad y mecánicas son las que terminan por conseguir que un battle royale consiga, o no, su objetivo de ser un título divertido. La diferencia fundamental, y lo que dota de personalidad propia a Spellbreak, es su elección de temática y ambientación; nos alejamos de las armas de fuego para atacar a nuestros enemigos con magia y hechizos. Aunque estos poderes funcionan de forma parecida a las citadas armas, el hielo, como arma a distancia, hace las funciones de francotirador, el fuego hace las veces de rifle de asalto y la tierra como escopeta a cerca distancia. Al final disponemos de un gran arsenal que se adapta para que todos los jugadores encuentren los que más se asemejan a su forma de jugar.
Spellbreak
Además, el loot del juego sigue un sistema de rarezas por colores típico de los RPG. Desde el blanco, más básico, hasta el amarillo, legendario, que aumenta el poder de los elementos que recojamos. Tanto los propios poderes ofensivos, como las armaduras siguen el citado sistema de colores. Algo que hace que las partidas funcionen de manera rápida y fluida, sólo con pararnos a mirar los colores de los elementos sobre el loot, sabemos si algo nos interesa o no.
Otro de los puntos a valorar en un battle royale como Spellbreak es su mapa. Una gran extensión de terreno, de ambientación medieval, con diversas localizaciones que explorar. Aunque de primeras parece demasiado grande, cuando aprendemos a desplazarnos por él, y hacer uso de las habilidades de movimiento, descubrimos que podemos llegar rápidamente a cualquier punto. Un movimiento frenético, poderes activos, como el vuelo o el teletransporte que, si bien, aporta fluidez al juego, hace que las batallas sean un tanto caóticas.

El juego, también cuenta con un sistema de progresión. Tenemos una serie de clases, cada una de ellas empieza con un poder predefinido, a medida que juguemos y las subamos de nivel se desbloquearán mejoras para los personajes. Algo que no suele estar presente en juegos free-to-play y que se agradece, ya que jugar no sólo nos reportará elementos estéticos, que también, sino también mejoras jugables. Además, actualmente los ítems de caracterización para los personajes solo pueden conseguirse comprándolos en la tienda, con dinero real, así como unos pocos jugando partidas, aunque es de suponer que, con la llegada del primer capítulo, vendrá un pase de batalla con numerosos elementos que desbloquear.
Técnicamente es un juego notable en todos los sentidos. Sus gráficos cel-shading, preciosos, con una paleta de colores tono pastel, que quedan perfectos para la ambientación de Spellbreak. Además, se apartado sonoro, tanto con su banda sonora, como sus efectos de sonido complementan todo lo que vemos en pantalla.

Spellbreak – Un battle royale a tener en cuenta

Spellbreak no viene a luchar por un puesto entre los grandes del género, pero, a pesar de ello, sí se diferencia bastante del resto de títulos que hay actualmente. Una propuesta con personalidad propia, el cambio de las armas por magia es de agradecer. Así como la fluidez de las partidas, provocada tanto por el movimiento de los personajes, como por el sistema de looteo. Un título que todos los amantes del battle royale deberían probar.

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