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Análisis de Spitlings

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Spitlings ha llegado ya a nuestras consolas y promete asegurarnos diversión a montones con nuestros amigos y conocidos, aunque antes de nada os hablaremos un poco acerca de la propuesta de este curioso título

¿Que tiene Spitlings que ofertar?

Spitlings ofrece un limitado número de modos de juego, donde deberemos entendernos con otros jugadores para esquivar todo tipo de obstáculos (entre ellos las malditas gotas de agua, que atrapan a los Spitlings). Lo caótico de sus partidas lo hace tremendamente divertido para jugar con amigos. Respecto al número de personas que pueden unirse a cada partida, el número máximo de jugadores que pueden entrar en una misma partida de Spitlings es de cuatro personas, tanto en modo local como en el multijugador en línea.  

Todos para uno y uno para todos

Y es que durante las partidas no dejan de suceder cosas en pantalla. Es necesario estar muy atento para esquivar las trampas y todo lo que el entorno nos lanza para derrotar a nuestro Spitling y requerirá una gran concentración el saber esquivar los ataques letales del entorno. La gracia de las partidas con más jugadores es que se centran en la cooperación. Si un Spitling cae, todos verán perdida la partida. Con ello se fomenta un ambiente de solidaridad y ayuda mutua que permite unir a los jugadores en un objetivo común y une sus destinos jugables de forma más que interesante.

Mejor acompañado

Si de algo no hay duda respecto a este juego, es que su gran virtud son los modos para varios jugadores, tanto locales como multijugador. No ocurre así con el modo para un jugador. Jugando sólo Spitlings decae demasiado. Tiene una campaña entretenida, aunque en general es bastante simplona. La oferta de los modos para un jugador no es mala, pero la diferencia, en lo que a nivel de diversión se refiere, entre jugar sólo y acompañado es demasiado grande. Por supuesto, disfrutáreis el modo campaña de un jugador presente en Spitlings, pero la verdad es que no hay color entre los modos individuales y los multijugador. 

La jugabilidad es cómoda e intuitiva

Otra de las virtudes de Spitlings es lo accesible que se siente su gameplay. Al poco de jugar os haréis fácilmente con los controles, algo que se agradece. Una de las claves del frenetismo presente en las partidas de Spitlings es la sencillez de su control, pues permite que los jugadores reaccionen de forma instintiva a lo que ocurre en pantalla, algo clave en un juego con un ritmo tan elevado.

Su apartado técnico tiene personalidad

Tanto los gráficos como la música y sus efectos son simpáticos y coloridos. Su gama de colores es agradable, el modelo de los Spitlings es agradable y la banda sonora, sin dejar de ser funcional, ayuda a ambientar las partidas, algo que también ocurre con los efectos sonoros. Sin ser la vanguardia tecnológica, lo bien que define el apartado técnico a un juego como Spitlings lo hace digno de mención.

Conclusión

En definitiva podemos extraer que es uno de estos juegos para jugar en familia o con amigos, mientras que hacerlo sólo hace decaer el interés en Spitlings rápidamente. Su propuesta está claramente pensada para disfrutar con más jugadores y no os decepcionará en este aspecto. No obstante, el enorme desequilibrio entre ambas modalidades de juego, la individual y la cooperativa, lastra un juego con potencial para ser mejor de lo que es.

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