Recientemente hemos tenido la oportunidad de realizar el análisis de una de esas joyas que suelen pasar desapercibidas porque no llaman la atención desde un primer momento. Se trata de Windbound, juego que ya se encuentra disponible en PlayStation 4 y que nos ofrecerá bastantes horas de gameplay centrado en la exploración y gestión de recursos.
En esta aventura acompañaremos a la joven Kara, una miembro de una tribu que se pierde en mitad de una tormenta y acaba naufragando en una isla desierta. Sin nada de información,salvo un tutorial que nos muestran los controles básicos del juego, 5 Lives Studio nos lanza a una aventura que poco a poco vamos a ir descubriendo. Y es que a pesar de no contar con información necesaria para montar la historia si que podemos intuir que hay ciertos elementos importantes que debemos reunir o completar.
Para ello será indispensable nuestro collar coronado por una concha y nuestro fiel barco. Un barco que construiremos desde cero y que nos ayudará a navegar por el archipiélago descubriendo la historia que esconde el juego. Una historia relacionada con lo que parece ser la tribu de la protagonista y una especie de «dios» marino similar al Nautilus de enormes proporciones y que parece estar «enfadado». Todo esto lo podremos observar gracias a una mecánica, que en nuestro análisis la calificaremos de simplista. Deberemos surcar el archipiélago en busca de tres islas concretas, que se irán alterando por capítulos y que contienen una «esencia» que nos permitirá abrir un camino hacía el portal del «dios» y conocer más de la historia y encontrar la forma de volver con nuestra tribu.
Como hemos mencionado el objetivo principal es muy simple… pero a la vez muy difícil. Esto se debe a que durante la aventura deberemos controlar la hambruna de Kara, evitar a los depredadores, mejorar nuestra canoa y descubrir la localización de dichas islas. Es un juego de supervivencia y gestión de recursos por eso mismo. A medida que vayamos avanzando en la obra deberemos obtener importantes recursos para nuestra supervivencia que van desde encontrar fardos de hierba para crear canoas, obtener el resistente pero flexible bambú para crear bolsas de mayor capacidad…
Pero lo más importante en este sentido será la cacería. Aunque tenemos la oportunidad de obtener alimentos de plantas, bayas u hongos debemos dar caza a las grandes piezas. Durante el análisis hemos podido ver gran variedad de estas criaturas y aunque el combate sea bastante simple y predecible tiene su dificultad añadida. Y es que la curación no es algo tan sencillo como pulsar un botón y sino tienes el arma necesaria… es mejor que huyas inmediatamente. Estas grandes criaturas nos ofrecerán elementos para poder mejorar nuestras herramientas y así poder obtener mejores recursos, además de contar también con mejores piezas para alimentarnos.
Tocando la parte de la jugabilidad Windbound apuesta por un sistema de control bastante sencillo para que el jugador se adapte a él menos en la navegación. La sección de gestión de recursos y fabricación es muy intuitiva y las recetas las iremos desbloqueando a medida que aumentamos nuestros recursos. Pero el punto fuerte y tedioso del juego viene en la navegación y en la búsqueda de los objetivos. Para empezar el juego es de «mundo abierto» pero realmente podríamos describirlo como un mundo inmenso con reducido contenido por su ambientación en forma de archipiélago.
Por otro lado si que es cierto que la navegación es facil de adaptarse salvo cuando el viento va en contra tuya. A pesar de contar con una explicación sencilla lo cierto es que en muchos momentos parece que por más que cambiamos como actúan nuestras velas no nos movemos ni un solo metro del sitio. Esto puede llegar a ser desesperante y más si contamos con que Kara puede sufrir de hamrbuna durante la travesía y eso puede costarnos la vida. Por suerte para el jugador no tardaremos en darle sentido al movimiento de las velas y lograr cubrir nuestros caminos. Por desgracia durante el análisis hemos echado en falta alguna guía para poder saber por lo menos el rumbo hacía dónde debemos dirigirnos.
Ahora tenemos que darle un punto a favor al juego en relación a la dificultad. Al principio de la aventura nos permitirán elegir el tipo de experiencia que deseamos: supervivencia dónde una vez que morimos volvemos al capítulo 1 o el modo historia dónde solo perderemos los recursos que no tengamos asignados a las secciones fijas.
En el apartado gráfico estamos ante un juego en el que personalmente durante el análisis no hemos tenido ningún problema además de que cuenta con una estética preciosa y en las secciones más «místicas» son las que mejor han salido paradas tanto en gráficos como en sonido. Y ahora toca otro punto negativo que es el apartado sonoro salvo lo antes mencionado y en la navegación dónde la banda sonora es agradable y se agradece. Decimos punto negativo puesto que aparte de las dos situaciones antes mencionadas este apartado desaparece. Cierto que puede tener la intención de darnos una sensación de soledad pero es que tampoco los efectos sonoros son acertados.
Conclusión
Windobound ha sido una grata sorpresa que a pesar de que no llegue al nivel de otras aventuras similares ofrece una experiencia única e inmersiva una vez que conectas con ella. Se hecha de menos una guía para que el jugador pueda marcarse un rumbo concreto. La gestión de recursos es uno de sus aspectos más fuertes y el apartado sonoro es uno de sus puntos débiles que terminan por anularse entre ellos. A pesar de ello es muy recomendable para aquellos que buscan una experiencia diferente a la que estamos acostumbrados normalmente y a quién quiera perderse en un mundo con una estética preciosa como hemos podido disfrutar durante el análisis.