La nostalgia es un arma de doble filo y cuando en la industria del videojuego se anuncia un remake, por un lado puede significar que han escuchado a los fans de ese producto; aunque también significa que pueden darle una visión equivocada o diferente a la tuya. No soy fan de Wonder Boy, pero reconozco que mi «favorito» siempre ha sido esta cuarta entrega; llamado originalmente Monster World IV que nunca llegó a salir de Japón, salvo en contadas recopilaciones. Un juego de culto de la maravillosa Mega Drive que hoy recibe su lavado de cara por parte de Artdink y hay que decir a primera impresión que Wonder Boy: Asha in Monster World no ha salido tan redondo como otras revisiones que ha tenido la saga recientemente.
Tenemos que meternos en harina, en el apartado gráfico que sin duda es un punto controvertido. Por un lado, abandonamos el arte pixelado de la consola de Sega y pasamos a un 3D muy básico y con animaciones simples y cutres; un gran punto negativo que lastra a su diseño característico y animado. El rendimiento cumple sin más, no hay bajadas de frames. Habrá segmentos donde nos moveremos en escenarios 2.5D, aunque suelen ser «pasillos» que conectan a otra zona.
Para aplaudir, la banda sonora que llega remasterizada de la mano de Sinichi Sakamoto, compositor de los juegos originales y que hace un trabajo muy cunplidor frente a remixes sobre su obra. El juego, esta vez, cuenta con un doblaje al japonés; que aparecerá en momentos claves de la aventura. Además, contaremos con una traducción al castellano que apenas cuenta con fallos gramaticales.
Al final, los fans siempre son los que ganan. Aquí tenemos el caso de un remake de un título que ha sido conservador en casi todos los aspectos y que, con total seguridad, hará que el usuario vuelva a recordar esos suspiros por ver el juego original salir de sus fronteras, ahora un sueño hecho realidad. Asha ha regresado; su sonrisa será inmortal.