Ha llegado Yu-Gi-Oh! Legacy of the Duelist: Link Evolution, un juego de la mano de Konami que ya os puedo adelantar que tiene alguna luz pero muchísimas sombras.
Entremos en materia, y es que este nuevo juego de la franquicia de Yu-Gi-Oh, aun siendo muy completo, puesto que tanto a nivel de historia, niveles jugables y cartas disponibles, básicamente lo tenemos todo, a mi juicio le falta algo mucho más importante, y es alma.
Pero vamos punto por punto, y para ello empezaremos por el contenido, y es que sí, este juego tiene mucho contenido, el modo historia es quizás uno de los más completos que he visto, puesto que para ello te cuenta la historia de cada una de las series relacionadas con esta franquicia, con lo que ello aporta y es poder disponer desde las cartas más antiguas a las más nuevas, y es que hay muchos años que repasar.
Segundo punto, y aquí es donde empiezan a fallar las cosas, la jugabilidad, y es que aunque es buena, a ver, no descubre nada pero te encuentras con un tablero en el cual hay que colocar las cartas, aprendes a combar las mismas y con ello consigues ataques muy poderosos para destrozar a tu rival, y esto está muy bien, puesto que se juega igual que si te comprases un mazo de estas cartas y te pusieses a jugar con un amigo tuyo. Pero, para mi gusto, y habiendo jugado a más juegos TCG de los que quisiera y me gustaría admitir, tanto con las cartas físicas como con los videojuegos, hay un punto que de verdad me gustaría comentar y que no me ha gustado, este juego parece más una herramienta que un juego.
Me explico, si creas un juego de estas características con batallas de monstruos salidos de cartas, que a priori no es que tenga demasiada chicha que se dice, intentas dotar al mismo de dinamismo y espectacularidad, efectos que haga que jugar y simplemente sacar las cartas, ponerlas a luchar entre ellas, sacrificarlas, tenga emoción para el jugador, que sea algo más parecido a la serie o que al menos parezca que estás jugando a un videojuego, no que usas un tablero digital.
El apartado gráfico va un poco en la misma línea, sin efectos, excepto algunas pequeñas animaciones de presentaciones de ciertas cartas o algún ataque especial, no expresan ni la más mínima emoción y esto nos enlaza con el apartado sonoro puesto que es aún más soso, suenan canciones de fondo durante las partidas o las conversaciones que se nos presentan durante el modo historia pero están ahí al fondo sin importar demasiado, los efectos sonoros tampoco son nada del otro mundo.
Y esto me lleva al final del análisis en el que simplemente os quiero decir que Konami podría haber sacado un buen juego de su franquicia de cartas estrella pero no ha hecho otra cosa que crear otra herramienta para poder jugar a las mismas, y un poco en la línea de lo que viene haciendo desde hace un tiempo, intentar cumplir y ya, ojalá recuperen esa ambición de antaño porque no les auguro un futuro prometedor la verdad.