Más grande, más pesado, más Knack que nunca.
Knack ha vuelto y no en forma de chapa. En 2013 salió a la venta PlayStation 4 junto a Knack, juego que fue desarrollado por Japan Studio pero que no llegó a ser el juego estrella del lanzamiento.
La trama de esta secuela comienza cuando tenemos que parar a los Altos Goblins, raza superior de goblins que pudimos ver en el primer juego, los cuales amenazan con revivir unos robots para así poder aniquilar la raza humana, ya que fueron vencidos en las guerras hace dos siglos.
El aspecto técnico del juego sigue siendo muy lineal al igual que su antecesor, ya que cuenta una mezcla de acción, plataformas y puzzles. Pero eso a su vez puede llegar a ser entretenido.
Las habilidades han evolucionado, ahora tendremos un árbol de habilidades con cuatro ramas de lo más interesante, en el que podremos desbloquear combos como: ultrapuño, triple patada, guardia… aumento de velocidad y daño que puede infligir. Ademas Japan Studios ha incluido un movimiento llamado espada de cristal, inspirado en juego God of War.
El modo cooperativo también tiene su atractivo, en la primera entrega un segundo jugador podría controlar a Robo Knack, ahora pasaremos a controlar a una copia exacta del propio
Knack, la única diferencia que tendrá es el color. El segundo jugador podrá entrar y salir de la partida cuando quiera sin tener que interrumpir la partida, algo que realmente se agradece.
Se han incluido una gran cantidad de puntos de control, evitando el estrés que se sentía al tener que retroceder casi hasta el comienzo del nivel en la primera entrega.
Respecto a la BSO podemos asegurar que es realmente buena y cuenta con un doblaje decente, algo que a la mayoría les puede resultar atractivo la verdad.
La duración de este juego está entre las 10 y 15 horas, por no decir que la búsqueda de tesoros hace que el juego sea rejugable, ya que además de artefactos también desbloquearemos a distintas versiones de Knack con poderes diferentes.
La conclusión es que este exclusivo de PlayStation 4 no ha mejorado tanto como esperábamos respecto a su anterior entrega y aún le falta mucho para ser una mascota icónica como lo han sido Crash Bandicoot y Spyro El Dragón. Pese a ello, es un muy buen juego
