ANALISIS LYSFANGA THE TIME SHIFT WARRIOR PARA PC
Lysfanga: The Time Shift Warrior es uno de esos juegos que llega casi sin avisar y que supone una de las grandes sorpresas de un 2024 que promete ser otro gran año para el mundo de los videojuegos. Sand Door Studio coge la batuta bajo la dirección de la editora Spotlight, de Quantic Dream. Quantic Dream siempre se ha caracterizado por contar grandes historias y por hacernos tomar decisiones muy difíciles y meditadas. Tras su gran trabajo con Heavy Rain, Beyond: Two Souls y Detroit Become Human decidieron acuñar este nuevo sello independiente para dar voz a otros estudios con grandes ideas. En nuestro análisis de Under the Waves ya destacamos el excelente uso de la narrativa que nos trajo Spotlight. Ahora Lysfanga llega con una historia más discreta que no se convierte en protagonista. Un gameplay directo e innovador se lleva todo el mérito en un título que se define a sí mismo como un juego táctico estilo hack and slash. ¿Te quedas con nosotros a leer el análisis de Lysfanga The Time Shift Warrior?
Análisis Lysfanga The Time Shift Warrior: todo recae sobre la guardiana del tiempo
El reino de Antala ha vivido en paz durante más de medio milenio. La tranquilidad del reino se aseguraba mediante los guardianes del tiempo (Lysfanga), una figura protectora del tiempo que iba cambiando de generación en generación y que se aseguraba de evitar cualquier tipo de conflicto. Todo cambia cuando Imë y Kehor rompen la tradición, siendo esta vez dos personas (hermanos) a quienes se les encarga el rol de protectores como destino. Las ciudades antiguas vuelven a ser liberadas tras un tiempo de hibernación y la paz del reino se pone en peligro. En nuestro papel de Lysfanga deberemos hacer frente a los Raxes, unos demonios que ahora campana a sus anchas por el reino de Antala. Tendremos que realizar la tarea en solitario, ya que nuestro hermano desaparece sin dejar ningún tipo de rastro.
La historia de Lysfanga no es el elemento protagonista y sin embargo consigue tener cierta relevancia y hacer que su ambientación y su mundo se nos queden en un dulce poso tras terminar la aventura. Imë es un personaje con mucha personalidad, sin embargo no vemos esa genialidad en los villanos. Los golems que iremos conociendo por el camino sí que cuentan con un poco más de trasfondo y nos darán motivos para querer conocerles. Imë contará con ayuda de la diosa del tiempo, un hecho que sucede por primera vez en la historia de los Lysfanga. Su favor nos otorgará poderes que ningún otro guardián del tiempo ha tenido a su disposición. Ese favor será la base jugable sobre la que se sustente todo el videojuego y uno de los grandes motivos para jugar y reocomendar este Lysfanga: The Time Shift Warrior.
¿Qué pasaría si tuviésemos varias versiones de nosotros mismos?
La diosa del tiempo le otorga a la protagonista el poder de retroceder en el tiempo e invocar a clones de si misma que actuarán de la forma en el que lo hizo ella misma en el pasado. Dicho así suena un poco confuso pero a los mandos es una maravilla. Imaginemos que empezamos un combate. A simple vista parece un nivel de un juego de rol táctico, tenemos frente a nosotros diferentes enemigos de varios tipos a los que debemos eliminar para avanzar en nuestro viaje. Cuando tengamos claro como afrontar la situación le damos a un botón y empieza el nivel. Tendremos un tiempo determinado para combatir y el combate tiene tintes de un hack and slash o de un “Hades” si nos permitís el paralelismo. La gran diferencia con el roguelike o el hack and slash es que pasados unos segundos, el tiempo se agota. Y normalmente se agota sin que hayamos logrado eliminar a todos los objetivos.
¿Qué pasa entonces a partir de ese momento? Que con el favor de la diosa podremos crear remanentes o versiones de nosotros mismos para que sigan combatiendo contra los enemigos que siguen en pie. Pongamos otro ejemplo. Al iniciar el combate hemos decidido avanzar hacia la parte izquierda del escenario y hemos logrado eliminar a 5 enemigos. El total de enemigos presentes en la sala es de 10, y el resto están ubicados en la parte derecha. Será al finalizar esa primera acción cuando juguemos ahora de nuevo y vayamos hacia la derecha a eliminar al resto de rivales. Pero mientras nosotros estamos haciendo eso, un remanente (nuestro yo pasado) está eliminando a esos 5 enemigos que ya logramos abatir. Por lo tanto, con dos versiones de la protagonista habremos logrado completar el nivel.
A los mandos las sensaciones son únicas. Nos veremos dándole vueltas a la cabeza para superar los niveles más complejos. No se trata únicamente de matar a todos los Raxes o rivales, sino que nuestras versiones presentes y pasadas pueden entrar en conflicto, ya que sí ya hemos eliminado a un Raxes pero de repente en el presente atacamos a ese enemigo y le llevamos hacia otra parte del escenario, estaremos interviniendo en las acciones de nuestro remanente del pasado, que ya no será capaz de golpear a ese Raxes porque no está situado en el mismo punto. La jugabilidad se va complicando y va añadiendo capas y capas de dificultad. Desde enemigos gemelos conectados a los que tenemos que eliminar al mismo tiempo y están situados uno en cada punta del escenario hasta otros combatientes más rocosos que estarán protegidos por dos y tres cristales de energía. Cada nivel añade un punto de dificultad y en ciertos niveles hemos tenido que intentarlo decenas y decenas de veces hasta dar con la solución.
Lysfanga: A Time Shift Warrior es tan rejugable como nosotros queramos. Si vamos al grano podemos completar una primera vuelta en entre 6 y 10 horas, pero vamos a querer volver a su mundo para repetir una y otra vez cada nivel para lograr superarlo en el tiempo que nos indica el título. Por si eso fuera poco, llegaremos a un punto en la aventura en el que conoceremos a un gólem que nos ofrecerá desafíos de niveles que ya hemos completado pero añadiéndolos otro punto extra de complejidad con enemigos más difíciles o duros de batir. Iremos desbloqueando varios tipos de armas a lo largo de nuestra travesía por Antala y los golems que vamos rescatando nos ayudarán a mejorar nuestros poderes y hacernos más fuerte.
El videojuego consiste la mayor parte del tiempo en combatir, pero también tendremos pequeños espacios para la exploración con caminos alternativos en los que encontraremos pedazos de remanentes (si juntamos varios obtendremos un remanente extra), esferas de energía y documentos que nos darás más información sobre el mundo que se almacenará en un códice que podremos consultar en cualquier momento. Lysfanga cuenta con autoguardado y dispondremos de una base desde la cual podremos entrenar, decorarla o hablar con los golems para cualquier tipo de mejora o desafío.
Los combates contra jefes finales sobresalen sobre el resto y un nivel concreto de uno de los mundos, un Coliseo, nos ha parecido muy original y sin duda lo repetiremos varias veces. Lysfanga es un juego que no dejaremos en la estantería tras completarlo y que querremos exprimir hasta pulverizar todos sus desafíos. En una industria repleta de metroidvanias, roguelikes y juegos como servicio se agradece un soplo de aire fresco que apuesta por traernos algo diferente y que suponga un reto jugable. Quantic Dreams sigue dando con la tecla en su apuesta por lo indie y Sand Door Studio ha demostrado que es un estudio al que deberemos seguirle la pista de cerca. Estaremos atentos también al próximo lanzamiento de Spotlight: Dustborn, en este caso de la mano del estudio Red Thread Games.
La pasión por los detalles marca la diferencia
Lysfanga: The Time Shift Warrior apuesta por unos gráficos 3D con unos gráficos modestos que podrán ser disfrutados en cualquier dispositivo. Hemos podido jugar varias horas a Lysfanga en su versión de Steam Deck y el título siempre ha rendido a un gran nivel. No descartamos que el juego llegue en el futuro a Nintendo Switch ya que es un título que por su jugabilidad invita a ser jugado en una consola portátil. Gráficamente cumple con un buen modelado de los protagonistas, enemigos y villanos. En los diálogos apuesta por el 2D con textos y quizá nos habría encantado ver un Lysfanga con cinemáticas animadas con estética de dibujos animados o anime, pero debemos ser conscientes de que no es un título AAA.
A nivel de ambientación y de construcción de mundo Lysfanga sobresale y es capaz de hacernos sentir dentro de ese reino que se encuentra en total y absoluto peligro por la liberación de un enemigo mortal. La barrera del tiempo se dibuja de forma sobresaliente con las animaciones de la protagonista y sus movimientos cuentan con un nivel de detalle enfermizo. Es en gran parte gracias a su trabajo a nivel técnico y de ambientación cuando sentimos que jugamos y protegemos el avance del tiempo con nuestros remanentes. Su mundo es intrigante y la construcción de esos enigmas es en gran parte gracias a sus escenarios. Nos encontraremos en varias ocasiones admirando las estatuas de sus niveles o sus puestecitos de comida preguntándonos qué sucedió allí en el pasado. Conseguir ese nivel de curiosidad es algo que está al alcance de pocas propuestas jugables.
En su apartado audiovisual nos llega doblado al inglés y traducido al español. La banda sonora es otro de los puntos fuertes de Lysfanga. Sus melodías ambientan a la perfección un gameplay excelente y ya desde el menú nos encontraremos frente a temas épicos que le dan la importancia que tiene a una historia que habla de la responsabilidad de proteger a un reino y al tiempo en sí mismo.
Conclusiones finales
Lysfanga: The Time Shift Warrior es uno de los grandes tapados de 2024 junto a Prince of Persia: The Lost Crown. En un mes de febrero en el que nos llegan propuestas tan interesantes como Banishers: Ghosts of the New Eden, Final Fantasy 7 Rebirth o Persona 3 Reload nuestra cabeza se va irremediablemente hacia el adictivo bucle jugable que nos presenta Sand Door Studio. Un videojuego valiente y diferente que no dejará indiferente a nadie y que recomendamos a cualquier fan de los videojuegos que quiera ponerse a prueba. Con Lysfanga los límites nos los pondremos nosotros mismos.
El juego ha sido analizado en PC.