No soy alguien que haya consumido mucho retro, es más, creo que es de lo que menos he consumido. Pero hay un juego de entre todos, aparte de los ya clásicos, que se queda con la guinda. Ese es Metal Slug. No fue uno de los primeros juegos retro que probé, ni me cambio nada de nada, pero, creo que si me llamo la atención uno de sus aspectos más importantes. El apartado artístico. El pixel art es un arte que es difícil de dominar, como muchos otros. Al ver el apartado artístico que tenía Metal Slug, enseguida me llamo la atención.
Era diferente, no era un pixel art sencillo, había demasiados detalles. No es algo malo, en absoluto, pero en ocasiones sí que te puede sobrepasar y llegar a dejar el mando debido a todos los elementos que aparecen en pantalla. Una de las claves, creo yo, del clásico y famoso Metal Slug, es el arte que lo compone. De nuevo, tiene un nivel de detalle que te puedes quedar embobado bastante tiempo, las mecánicas y sonido acompañan a ese estilo visual y todo fluye en un juego muy redondo. Una gran batalla en el que formas parte de ella y en el que todos y cada uno de los detalles cuentan una historia, aunque no nos demos cuenta.
De nuevo, no soy amante de lo retro, pero el hecho de que un juego que tiene más de 20 años se vea así, es simplemente algo de admirar. Es un gran acierto que hayan hecho la versión de PS4 con la antología de Metal Slug. El hecho de que futuras generaciones puedan acceder y jugar a este juego es una muy buena decisión. Por otro lado, hablando del estilo visual, y de lo fiel que puede ser un juego con los años, podemos hablar del nuevo Okinawa Rush, un gran tributo a las películas y series de los años 90.
Okinawa Rush es un juego de acción scroll lateral en el que hace referencia a todo lo retro. Hace referencia al cine de los 90, y a las películas en las que salían varios ninjas para pegarle al protagonista. Para sorpresa de nadie, ganaba el propio protagonista. Este tipo de cine ya no se suele consumir pero es entretenido ver cómo han reinventado la formula hasta estos años. Con unas peleas diferentes y unos ritmos distintos, pero sin perder la esencia que los hacia tan llamativos.
Este tipo de cine, series e incluso juegos se pueden consumir hoy en día, sí, pero dependiendo de la edad que tengas, puedes o no coger todas las referencias que salgan en pantalla. Okinawa Rush hace este tipo de referencias, y, aunque no las cojas todas, disfrutas mucho viendo como han pasado los años, y como ha podido evolucionar este género. Con esto no digo que Okinawa Rush este desfasado, simplemente es un juego que hace referencia a toda esa época y a ese cine lleno de karatekas.
Ya que estamos hablando de cine, vamos a hablar un poco de la historia. Este tipo de obras no eran dramáticas, ni cómicas, ni siquiera tenían una profundidad como para que hubiese un conflicto interno en los personajes. No daba tiempo a nada de eso, este tipo de obras son historias cortas, con una premisa, un desarrollo y un final. Por lo demás, sigue siendo una trama que no llega más allá de las peleas entre mucha gente. Hay un conflicto que se te presenta al principio, se desarrolla bastante poco y al final el protagonista acaba ganando. Okinawa Rush juega con esto, te lo dice claramente y te lo presenta prácticamente como un set de referencias, pero todo esto, hecho juego.
Las mecánicas principales de Okinawa Rush son muy arcade, en el buen sentido. Son mecánicas que tienes que ir cogiéndole el truco, y que, aunque parezca un machacabotones, no deja de ser tampoco un juego de plataformas y acción. Además, como ya he mencionado, hace referencias a los juegos arcade de los 90. Puntos, créditos para cada partida y una cantidad de vidas limitadas. Todos estos factores se te muestran siempre en pantalla en forma de números y es algo muy representativo de esa época. Una cantidad de información fácil de procesar y que no satura al jugador. Por otro lado, de los aspectos más negativos, aunque puede ser entendible, es la dificultad.
Una dificultad que aunque no sea agobiante sobremanera, ni mucho menos, si tiene una curva de dificultad difícil de procesar. En los primeros niveles, tienes una curva de dificultad muy alta, mientras que en los últimos es prácticamente lo más fácil, menos los jefes claro está. Hay una serie de niveles, cada uno con su jefe, la gente que tienes que salvar, la puntuación, y una calificación.
Cada apartado del juego está pensado para que se haga referencia a todo este cine de los 90, a todos esos años. Okinawa Rush no es un juego redondo, tiene sus fallos y errores técnicos que deberían de solucionar con algún parche. Pero, por lo demás, hace un tributo trabajado a todos estos años ya mencionados. El apartado visual tiene incluso un filtro CRT, haciendo referencia a las televisiones antiguas. Un pixel art visualmente muy bueno, unas mecánicas muy accesibles para todo el mundo, y, sobretodo, un juego muy rejugable. A veces las referencias son buenas, y recordar aquellos años también, lo mejor, disfrutarlo con un juego como el que hemos hablado.