ANÁLISIS ROAD BUILDER – ESTE JUEGO NOS OFRECE LA POSIBILIDAD DE CONSTUIR DIFERENTES CARRETERAS
Hubo un tiempo en el que los juegos más demandados por los jugadores eran aquellos en los que había que resolver puzles. Ese género se fue viniendo a menos a raíz de la adaptación de los videojuegos a los tiempos modernos, donde la tecnología nos permite disfrutar de increíbles gráficos, efectos especiales y controles totalmente inéditos hasta el momento. Sin embargo, muchos, cansados de esta constante montaña rusa de emociones, prefieren volver a lo conocido, a aquellos que nos hizo tan feliz resolviendo problemas. Road Builder nos devuelve a esa época con un juego que nos exprimirá al máximo.
En Road Builder seremos los encargados de realizar diferentes trazados con todo tipo de carreteras y sus modificaciones, con el único objetivo de conseguir desplazar a la máxima cantidad de coches de un punto hacia otro para conseguir las ansiadas tres estrellas de cada desafío. Como lo fuera en el pasado, los niveles estarán divididos ofreciendo cada uno de ellos tres estrellas. Eso sí, hay una gran novedad en este primer apartado del juego, ya que para desplazarnos de un nivel a otro podremos disfrutar de un mundo abierto que atravesaremos con nuestro coche de juguete.
Una carretera cotidiana en nuestro día a día
Pese a querer innovar en diferentes apartados, no todo va a seguir esa tendencia creciente hacia lo desconocido. Es más, nos encontramos de primeras con una jugabilidad bastante conocida, basada en una similitud con el puntero de un ratón del ordenador. De esta manera, nos podremos mover por todo el escenario dentro de cada nivel, seleccionar los objetos que deseamos y poder hacer muchas más cosas. También, hay ciertas mecánicas que estarán sujetas en Nintendo Switch a diferentes botones de nuestros Joy-Con.
Es cierto que de primeras llega a ser un tanto estresante este sistema de movimiento por la interfaz, ya que no es tan preciso como gustaría y muchas veces, nos veremos con la necesidad de tener que volver a elegir el objeto deseado. A medida que vamos jugando esa sensación se va diluyendo, ya que comenzamos a tener mucha más soltura en el juego. Y si hablamos de que es un juego que nos obliga a construir carreteras para llegar a un punto determinado, el pulsor es algo muy importante.
Una de las cosas que no se terminan de entender es la utilidad que tienen las estrellas conseguidas en cada nivel, ya que no hemos observado ningún lugar donde poder cambiarlas por algo, o simplemente cosméticos para modificar el vehículos que utilizaremos en nuestros desplazamientos de un nivel a otro.
Un rompecabezas que te llevará al límite más de una vez
Por otro lado, el inicio del juego no es para nada sencillo. Primero porque si no dominas bien el inglés, puede que te cueste entender diferentes mecánicas, ya que no tiene traducción a nuestro idioma. Segundo, porque la exigencia que te pide a partir del nivel 2 de la aventura no es comparable con lo aprendido en el breve tutorial del principio. Por tanto, la curva de aprendizaje es mucho más grande de lo que podemos imaginar, eso sí, una vez lo dominemos podemos quedarnos mucho más tranquilos, ya que dominaremos todo lo que nos venga por delante.
Y la curva es tan prominente debido a la gran variedad de estructuras que podemos seleccionar para elaborar las diferentes carreteras. Desde simples caminos hasta elaboradas estructuras con semáforos incluidos, por no hablar de los puentes que se podrán realizar una vez avances en la historia lo suficiente como para poder disfrutar de ellos. Esta variedad es tanto un defecto como una virtud, ya que los rompecabezas se podrán solucionar de diferentes maneras, aunque no todas son correctas, ya que si no entra dentro de las posibilidades que el juego determina, no te dejará completar el nivel.
Gráficos al más estilo indie
Si la jugabilidad es un tanto complicada al principio, los gráficos son una de esas partes de las que no podemos hablar en demasía, ya que son acordes a lo que se puede exigir a un juego de estas características. Además, tienen un toque parecido a los juguetes que llega a provocar una sensación de estar jugando con los coches de una película al más estilo Toy Story. No nos podemos esperar un nivel extraordinario pero tampoco desentona con lo que se nos quiere ofrecer en Road Builder. También, tenemos que contar que este análisis lo hemos realizado para Nintendo Switch, por lo que tampoco podríamos tener unos gráficos estratosféricos.
En cuanto al apartado sonoro, es cierto que de primeras nos llega incluso a impactar, ya que la banda encaja a la perfección con los rompecabezas que nos vienen por delante. Sin embargo, nos vamos dando cuenta de que no hay una gran variedad y que al poco tiempo de comenzar a jugar volvemos a disfrutar de la misma canción una y otra vez, llegando a un punto en el que llega a cansar. Es una pena, teniendo una calidad tan alta se podría haber realizado alguna que otra canción más para que no resulte tan repetitivo.
Puntos Positivos
- Rompecabezas y desafíos exigentes
- Gran variedad de estructuras disponibles
Puntos Negativos
- Un tutorial bastante poco útil
- Banda sonora repetitiva
- Cursor con un movimiento poco preciso
En definitiva, Road Builder es un juego que nos quiere poner al límite con una cantidad de rompecabezas que están a la altura de ser un gran videojuego. Sin embargo, todo lo que rodea a esta idea no iguala lo que hemos visto, provocando que no disfrutemos tanto de Road Builder como podríamos hacerlo.