ANÁLISIS THREE MINUTES TO EIGHT PS5 – DARÁ QUE PENSAR ALGUNOS DE SUS FINALES
Como siempre digo hay muchos momentos en los que me alegro de poder escribir sobre videojuegos y más cuando me llegan ciertas sorpresitas como el análisis de Three Minutes to Eight.
Un bucle eterno con diferentes pensamientos
Para no aburriros con la trama y quitaros la sorpresa simplemente deciros que un día os despertáis de vuestra casa y por una extraña circunstancia notas una sensación extraña… algo no está bien a vuestro alrededor pero no sabéis que es salvo que un pesado está llamando al telefonillo para darnos una «tenebrosa» advertencia.
Salís de casa, habláis con todo el mundo y llegado a cierto momento… las 7:57… solo hay dos opciones… obtienes uno de los múltiples finales que nos mostrarán una realidad podría decirse «filosófica» o te mueres directamente de diferentes maneras.
Esto es lo que nos propone Three Minutes to Eight en un ambiente futurista dónde nuestras «carreras» o «vueltas» irán cambiando con el tiempo. En una ocasión nuestra «pareja» será morena o tendrá gafas… el vendedor ambulante nos venderá pollo frito o ramen… o al despertarnos nos encontramos con un doble nuestro.
La historia personalmente, a pesar de que puede ocuparnos unos 20 minutos la vuelta, dependiendo de como toméis las decisiones o si queréis repetir conversaciones. El tiempo simplemente para que lo tengáis en cuenta irá minuto a minuto por cada transición que hagamos entre escenarios. Por ejemplo en nuestro apartamento tenemos el balcón y el salón comedor dónde no pasa el tiempo pero que si vamos a la entrada pasa un minuto y si vamos a la habitación otro…
Por lo tanto a la hora de querer sacar ciertos finales deberemos jugar muy bien con este movimiento temporal, al que debemos añadir que en cada partida tendremos la oportunidad de guardarnos conservar un objeto en el inventario… que nos ayudará y mucho para las siguientes partidas.
Jugablemente, y como digo en todos los point and click, es necesario un ratón
Como he dicho ahora mismo estamos ante un point and click que funciona bastante bien pero al que se le hecha de menos el uso de un ratón debido a que en algunos momentos podremos interactuar con varios elementos del escenario que están pegados.
Por otro lado la toma de decisiones y el acceso al inventario o al diario creo que no han tenido las mejores implementaciones. Se siente bastante incómodo el tener que abrir el diario y que las decisiones que tomamos y que se dividen en Rutas, cueste entenderlas por lo menos a mi parecer.
Han sido muchos momentos de ensayo y error para lograr completar el juego y encontrar varios de los finales llegando a ser un poco frustrante en ocasiones porque tampoco contamos con un registro de los diálogos que tenemos que nos podría ayudar bastante.
Por suerte sus distintos finales me han resultado llamativos colocándonos en ocasiones en situaciones bastante interesantes o que nos pueden llegar a plantearnos ciertas dudas. Si tuviera que poner dos ejemplos que más me han llamado la atención son el Reality y la Prisión… si lo jugáis y lográis obtenerlos pensaréis que es bastante curioso seguramente.
Un pixel art bastante decente
Aquí si que debemos decir que el juego apuesta por un estilo pixel art que llama la atención pero que no hace grandes alardes y que apenas cuenta con una gran variedad de escenarios pero por el propio concepto de que apenas tiene tiempo pero que aún así cuenta con algunos momentos memorables y dónde la Banda Sonora cumple con su cometido.
Conclusión
Three Minutes to Eight ha sido una pequeña sorpresa de final de año para mi y de la que he podido disfrutar en gran medida. No puedo negar que si queréis ser completistas… resulta ser repetitivo sobretodo… porque si tenéis suerte de completar los finales antes de la ruta 50… se os hará larga la espera del platino.
Puntos Positivos:
- Sus diferentes finales
- Su universo cyberpunk
- Hay algunos diálogos bastante interesante
Puntos Negativos:
- La gestión del inventario, diario y la interacción con ciertos elementos al adaptarse al DualSense
- Llega a resultar repetitivo en cierto momento
