Análisis Tiny Terrys Turbo Trip
En esta ocasión nos encontramos ante el análisis de Tiny Terry’s Turbo Trip, un título que ya llegó hace un tiempo para PC pero que ahora lo disponemos en su nueva versión lanzada de Playstation 5. Es sin duda, un videojuego de estilo muy casual, con especial atención a lo absurdo, con el claro objetivo de lograr que el jugador pueda disfrutar a lo largo del tiempo que proporcionará de entretenimiento.
Tiny Terry’s Turbo Trip promete un mapa cargado de diversión, misiones, conducción temeraria y un mensaje bastante claro sobre cómo afrontar aquellas cosas que no queremos ni en pintura. Todo ello con un tono que recuerda muchísimo a Los Simpson: Hit & Run.
Desde el comienzo de la aventura tendremos libertad total para explorar la ciudad y esto puede provocar un sentimiento de estar completamente perdido, ya que no tenemos unas indicaciones muy locas y específicas sobre qué hacer o cómo desarrollar la aventura aparte del deseo de Terry de ir a la luna, pero poco a poco iremos desenmarañando un mapa que funciona increíblemente bien y que, aunque es bastante grande, resulta muy asequible de explorar y de aprenderte de memoria.
En cualquier caso, la primera parada lógica será el taller, que funcionará como el principal detector de progreso de la aventura. Dentro, entenderemos que para llegar a la luna necesitaremos una serie de mejoras para añadir un turbo cada vez más duradero al vehículo de Terry, para lo cuál será imprescindible 150 fragmentos de chatarra por cada mejora, así que ya tenemos las claves del éxito y de cómo avanzar.
La cantidad de actividades que tenemos así como interacciones con el entorno es abismal para un juego tan relativamente humilde en el sentido de su duración, que puede ser entre seis y once horas aproximadas. Para empezar, tenemos un inventario muy útil en el que guardar nuestras herramientas y diferentes objetos de distinta utilidad.
Las herramientas son variadas, empezando por una tubería, pero pudiendo desbloquear una llave inglesa, un hacha de juguete y alguna otra, aunque todas estas hacen lo mismo: golpear a personas y objetos como coches, árboles, cajas, bolsas de basura, etcétera, algo fundamental para ganar dinero o sembrar el caos simplemente. Luego tenemos la pala, que sirve para algo evidente como es cavar en cualquier lugar con tierra, arena o césped en agujeritos marrones muy bien señalados para obtener dinero. La aventura puede durar entre seis y once horas.
También tendremos una red para cazar insectos e incluso recoger planos de gomicachorros, unos compañeros muy divertidos con diseños bastante surrealistas que nos seguirán como si de mascotas se tratase… y que también se guardarán en el inventario.
Existen una gran variedad de actividades en las que podemos decidir participar, como son la de ser partícipe de un crimen, jugar al fútbol con tus amigos, encontrar diferentes tesoros ocultos, ir en parapente, hacer yoga, ligar con una recepcionista o cambiar el menú de un restaurante que tú mismo has ayudado a arruinar.
En conclusión, nos encontramos ante todo un título casual con una duración no muy extensa pero en el que se disfruta con las opciones que nos presenta. El deseo del personaje principal es, sin duda, muy absurdo, pero es por ello por lo que se puede llegar a conseguir esforzándose lo justo y ayudándonos a desconectar durante un rato algo de vital importancia en la actualidad.