Análisis de Dragon Ball Xenoverse 2

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Otro título para la saga, con la exitosa base de su primera entrega, Xenoverse 2 intenta volver a ser un referente en los juegos de lucha, con un plantel enorme y la personalización de tu personaje como puntos clave.
Desde la cinemática de entrada, nos deja totalmente inmersos en el mundo de Akira Toriyama, regalándonos los ojos con unos cortos introductorios que nos hacen retroceder a nuestra juventud y pensar que estamos en el salón de casa con nuestro trozo de pan y unas onzas de chocolate.

Pero a partir de ahí… Un comienzo en el que tenemos que personalizar nuestro personaje a la fuerza, mella la experiencia de juego, puesto que si tuviéramos un menú nada más iniciar el juego podríamos irnos a torneos, batallas, meternos en el online o seguir con nuestra aventura. Pero con su introducción se hace un comienzo tedioso para los jugadores de su anterior entrega, ya que los combos de aporrear el cuadrado y el triángulo siguen siendo los mismos, puesto que se tiene que hacer sí o sí ciertas misiones a modo de tutorial.
Todo hay que decirlo, una vez pasado el comienzo forzado, el juego vuelve a su cauce con un genial abanico de posibilidades: con el lobby abierto, las fallas temporales para elegir qué hacer, la posibilidad de hacer misiones secundarias (tanto online como offline), los torneos o la historia principal.

La historia principal no es nada nuevo, pero con los pequeños cambios que hacen con respecto al anterior, da una experiencia distinta, no original, puesto que esto ya lo hemos jugado antes, pero no de una manera monótona como cabría esperar, lo que hace que sea un punto muy a favor de esta nueva entrega.
Desde el apartado audiovisual no ha cambiado prácticamente nada, salvo la introducción de mejores cinemáticas en el juego, algo que se agradece ya que siempre gusta ver a tus personajes favoritos a esta definición, aunque sigue faltando un poco más de destrucción en los escenarios para darle un empaque más ‘realista’.
La mecánica de combate ha sido mejorada, se nota en su fluidez a la hora de pelear y más aún cuando sube el número de personajes que luchan en el mismo combate, pero no todo es bueno, puesto que el sistema de combos sigue siendo algo en lo que cojea, darle a dos botones sin ton ni son para que Goku y compañía destruyan al enemigo, ellos se merecen más.

La personalización de nuestro personaje también ha subido enteros, tenemos más elementos y sobre todo más transformaciones para las distintas razas, que esto es lo que dejaba un poco de mal sabor de boca, ahora ya podemos ser un gran namekiano, un freezer dorado, un terrícola con su nimbus y su bastón, un buu pura maldad o un super saiyan 3.
Otro de los puntos importantes es la implementación de personajes, desde el Dragon Ball Budokai Tenkaichi 3 los planteles parecen no haber levantado cabeza y aunque en esta entrega no se llega a su número, se superan los 80 personajes (que no está nada mal y encima sin contar los próximos DLC) lo que nos hace creer en una vuelta a las pantallas de selección de personaje interminables de antaño.
En conclusión, un juego que pese a ser muy mejorable, supera con creces a su antecesor y no deja indiferente a nadie, ya sea por su alta jugabilidad, su facilidad de control, sus cinemáticas o por cualquier otro aspecto, te consigue enganchar y hacer que quieras salvar el universo de los malvados de turno una y otra vez.

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