OXIDE ROOM 104 ANÁLISIS PARA PS5
En estas últimas fechas en los mundos de los videojuegos, por no decir ya varios años, el género de terror ha perdido por completo el interés tanto del público general como de los fans más acérrimos de las emociones fuertes. Una falta de nuevas propuestas y de desatención por parte de las grandes compañías que ha hecho que quede relegado totalmente la supervivencia de estos videojuegos a estudios independientes. Unos que en muchas ocasiones han resultado fatales y un auténtico insulto a las obras a las que pretenden homenajear.
Sin embargo aunque no del todo perfecto, hay veces que obtenemos un rayo de esperanza, una luz al final del túnel que nos invita a volver a confiar, a volver a pensar que los videojuegos de terror pueden alcanzar la gloria de antaño. Es por eso que hoy os invito a acompañarme en el análisis de la última obra del estudio español de Wild Sphere y su terrorífico Oxide Room 104 para PS5.
UN MOTEL CON UNA ÚNICA SALIDA; BUENAS NOCHES Y BUENA SUERTE
Oxide Room 104 nos plantea una historia centrada en las paredes de un misterioso motel al que nada más arrancar la aventura un sujeto misterioso al otro lado del teléfono nos invita a abandonar la idea de regresar a aquella instalación. Sin embargo nuestro protagonista Matt hace caso omiso al consejo, dando así lugar al terror que vivirá en sus propias carnes y en su mente. Una bañera, un baño aparentemente normal y una puerta ensangrentada nos dan paso a nuestro único objetivo: escapar del motel.
Respecto al apartado de la trama, considero que Wild Sphere ha hecho un producto sólido dado que en todo momento consigue mantener la intriga de quién nos tiene allí aprisionados, qué esta ocurriendo en ese motel y hasta quién es nuestro protagonista. Además, contamos a lo largo del recorrido con un cuantioso número de documentos que nos permitirá conocer más información sobre el lugar y la historia que hay tras los diferentes personajes que se nos van presentando. No es la octava maravilla pero sinceramente da gusto y se nota cuándo las ideas y lo que se quiere contar está meridianamente claro desde el primer segundo. Una historia digna de la envergadura del proyecto y que me atrevería a decir que incluso se queda corta.
UN REINICIO NO DESEADO
Llegamos al apartado de la jugabilidad donde sin lugar a dudas nos encontramos con las novedades más significativas y lo que la aporta una identidad única al título de Oxide Room 104 y es que el juego se reinicia cada vez que morimos, incrementando su dificultad y el número de enemigos en los cuatro intentos que tenemos antes de volver a reiniciar el bucle de cero. Una idea muy particular e interesante que creo que no acaba de funcionar del todo ya que hace que se pierda por completo el componente de terror y se convierta en un simple juego de memoria que hará que el jugador pueda perder los nervios y querer avanzar lo más rápido posible para recuperar el punto en el que murió en su anterior intento.
Esto sobre todo se acentúa más en que no se produce ningún tipo de alteración de los puzles que aunque sencillos pues están bien dispuestos, no se hacen pesados. Por lo que aunque se produzca el reinicio, nosotros sabremos en todo momento que objetos tenemos qué conseguir, qué habitaciones nos dan cierto elemento y las dos ubicaciones en el exterior que nos dan la pala y la palanca, y los que vayáis a jugar al videojuego entenderéis porque comento estas dos cosas en particular. Creo que la aventura y el recorrido hasta el final tienen la duración suficiente para haber planteado una estructura algo menos innovadora y más clásica ya que completar el videojuego nos llevará entre las dos y tres horas de duración a un ritmo pausado. Así que, ser asesinado en la tercera planta o en las salas comunes no es de mucho agrado y más de uno abandonará su partida llegados ciertos puntos de la aventura.
Sobre todo porque esa celeridad que provoca el reinicio de la partida en el jugador hace que brillen las pocas carencias del videojuego como son sus enemigos y las mecánicas de los mismos. Estos aparecerán con toda probabilidad tras obtener algunas de las llaves de las habitaciones más importantes que nos darán acceso a plantas superiores u objetos importantes. Sin embargo siempre lo harán arrinconándonos contra la pared y haciendo muy ortodoxo el manejo de nuestro revolver el cual casi siempre necesitaremos de dos cargas para acabar con ellos. Pero si recibimos un impacto es prácticamente un insta kill por el hecho de que las heridas nos restan salud de forma progresiva y necesitaremos contar con un botiquín o un antídoto en caso de que esto suceda.
El problema claro está es que estos recursos son limitados como un survival horror, lo que hará que si tenemos mala suerte y no tenemos uno en estos momentos, podemos ir despidiéndonos del intento y dando las buenas noches de nuevo a nuestra querida bañera. Con esta explicación en líneas generales no digo que la idea sea deficiente ni mucho menos, es más, agradezco la originalidad en la propuesta pero creo que este homenaje a Silent Hill en diseño de enemigos y ciertos escenarios contaba con el suficiente peso para haberlo centrado todo en esa ambientación y en esa historia por contar más que en «el pique» que se genera en el jugador de superarse tras cada muerte.
UN HOMENAJE A LOS CLÁSICOS DEL GÉNERO
Vamos poniendo el punto final a este análisis con el apartado gráfico y sonoro donde el resultado es digno de alabanza donde aparte de contar con un tema original que caracteriza al videojuego desde el principio. Los efectos de sonido y los ambientales logran el resultado perfecto que nos requiere la atmosfera en prácticamente todo momento. Lógicamente como he comentado anteriormente, coge muchas referencias de Silent Hill en el diseño de enemigos y ciertas partes, lo que hace que servidor ya se canse un poco de esta continuidad de muestras de afecto a un videojuego que nos marcó a muchos en su momento pero creo que deberíamos aportar nueva sangre y frescura al género en todos los aspectos no solamente a nivel jugable.
Por último como he comentado, se trata de la versión de PS5 pero no os esperéis ningún tipo de mejora palpable ni de rendimiento mejorada en esta versión. El uso del DualSense es inexistente, gráficamente luce igual que en cualquier otro sistema y empiezo a pensar que este tipo de versiones únicamente sirven para que los coleccionistas tengan un juego físico con una banda en blanco en vez de en azul pero ese debate ya lo dejo a interpretación del lector.
UN VIAJE A REPETIR
Como conclusión creo que Wild Sphere nos ha traído una propuesta de terror más que interesante con este Oxide Room 104 que sorprenderá a más de un amante del género con su atrevida propuesta de reinicio y su homenaje a Silent Hill. Una idea que se podría haber desarrollado con una mejor praxis y haber facilitado la tarea al jugador para no perder esa sensación tan deseada de terror pero que creo que ni mucho menos va a malograr el tiempo del jugador y solamente le va a dejar un buen sabor de boca al terminar una aventura que una vez más vuelve a demostrar el increíble talento que tenemos en nuestro país.