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Análisis de Ponpu

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Cada cierto tiempo podemos disfrutar en nuestra PS4 de diversos juegos independientes que luchan por ganarse un puesto en un mercado y una industria cada vez más competitiva y sobre todo con falta de originalidad e ideas. Momentos en los que los desarrolladores son obligados a trabajar por los designios de la demanda y olvidan que al final los videojuegos tienen un claro objetivo: divertir. Ponpu es la nueva propuesta de Purple Tree Studio del cual iniciamos su análisis sin más dilación.

Ponpu no es un juego que destaque por su apartado narrativo ni pretende hacerlo por ello ni mucho menos y eso es algo totalmente acertado. Un juego con reminiscencias claras a la mítica saga Bomberman que nos propone una premisa sencilla, somos un pato que puede hacer uso de huevos bomba para acabar con la amenaza del Dios Pato, si como lo estáis leyendo, está es la extravagante aventura que nos propone en su modo historia.

Este se desarrolla a través de diferentes mundos de temáticas singulares que nos darán en torno a 3 fases de avance corriente vamos a denominarlas, donde deberemos avanzar a través de las diferentes salas para obtener la llave que nos permita proseguir. Todo ello con el objetivo de alcanzar la fase del jefe final donde encontramos una de las mayores virtudes del videojuego con unos rasgos, animaciones, y habilidades muy bien definidas y que al ser corto el modo en si, hace que cada uno de ellos sea memorable y muy divertido. Además el título es consciente de lo limitado que es su modo historia y pretende ofrecernos multitud de modos de juego que no se quedan parcos en entretenimiento.

Por ejemplo podremos jugar en modo multijugador clásico, un modo battle royale o incluso un sistema de juego de dominar el campo con el color de tu pintura al más puro estilo Splatoon. Una gran variedad de modos y múltiples opciones de disfrutarlos tanto en cooperativo local como en su modo multijugador. Se nos presenta Ponpu como un videojuego que pretende que no lo abandonemos por un largo tiempo algo que es muy de agradecer y que hará las delicias de los jugadores.

Porque si hay un factor clave para el éxito de la formula del videojuego es una palabra muy clara: sencillez. El título nos plantea en un corto tutorial el conjunto de movimientos del que podremos hacer uso, entre los cuales simplemente es usar un escudo, un dash o hacer uso de nuestro huevo especial que hayamos seleccionado, tan simple como esto. Esta sencillez ha permitido no solo que funcione en su modo historia la jugabilidad, sino que es tremendamente buena en el resto de modalidades que hemos expuesto, aun siendo estas tan diferentes en su planteamiento, un acierto rotundo por parte del estudio una vez más.

A continuación ya lo único que nos queda es deleitarnos con el frenetismo y el notable diseño de niveles que han planteado desde el estudio. El juego se divide como ya hemos mencionado en diferentes mundos con varias fases dentro de él, las cuales cuenta con una gran variedad en cuanto a enemigos, mecanismos e incluso alguna que otra trampa y sala secreta que nos hará querer investigar cada esquina del mapeado.

Seguramente nos hubiera gustado algún que otro puzle o elemento que fomentara un poco más el backtracking, lo cual habría hecho que el tiempo para superar los niveles hubiera aumentado considerablemente. Porque aunque variado, al final salvo un par de momentos contados, el avance es bastante lineal, algo que no es malo ni mucho menos, pero creemos que se ha quedado muy cerca de alcanzar un nivel sobresaliente en este punto.

Llegamos al apartado de la BSO, la cual no nos vamos a engañar tampoco es el punto que más destaque dada la escasez de temas con los que cuenta. Sin embargo hay que poner a su favor que los pocos que presenta son bastante buenos y le dan una personalidad muy marcada. Además funciona especialmente bien todo el conjunto de efectos de sonido con los que contaremos, como las explosiones por ejemplo, o el ruido que hacemos mientras usamos el dash. Es un desempeño el realizado justo y necesario que permite cumplir con el programa establecido podríamos decir, no pasará a la historia, pero tampoco le podemos recriminar gran cosa en este apartado.

Donde sí que ya sabíamos que nos íbamos a encontrar con algo fresco es con su apartado gráfico el cual se podía dejar entrever con los primeros tráilers mostrados en eventos pasados como en el E3. Es verdad que echamos en falta quizás una mayor libertad de personalización de nuestro Ponpu, el cual contará con 4 modelos predefinidos a escoger.

Pero esto no desmerece en absoluto el trabajo realizado, los niveles presentan temáticas y un apartado artístico único en cada momento y muy diferenciado en ciertas zonas, los jefes se alejan mucho de idea de clon y aburrido, son muy diferentes y el trabajo realizado en la caracterización de los mismos es sobresaliente. Además la fluidez es el punto vital que posee el título y cumple de manera sobrasada, salvo por aspectos bastante nimios como por ejemplo cuando recolectamos el coleccionable de las plumas, el juego sufre una congelación de un par de segundos que es un tanto molesta. Pero no queremos que esto haga saltar las alarmas porque repetimos que el apartado gráfico es más que notable, muy característico y funciona a las mil maravillas en PS4.

En conclusión Ponpu nos ofrece una propuesta gamberra, desenfadada y ante todo divertida. Un videojuego que rememora a grandes clásicos de los videojuegos y sabe aportar un toque de identidad muy especial que lo hace convertirse en una de las mayores sorpresas de estos compases de finales de 2020 para nuestra PS4.

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