FANCINE 2022 IRATI – REC TERROR SIN PAUSA – DÍA 3
Tras haber tenido una jornada anterior algo decepcionante, con obras como ‘Resurrection‘, ‘Vesper‘ y ‘Venus‘, el Festival de Cine Fantástico de Málaga ha recuperado fuerzas con el estreno de ‘Irati‘ y ha ganado a los amantes del cine de terror con el documental ‘REC: Terror sin pausa‘.
Todo lo que tiene nombre existe
Irati era una de las películas más esperadas del Fancine tras su paso por el Festival de Sitges, donde ganó el Premio del Público y de Mejores Efectos Especiales. Además, se trata del segundo largometraje de Paul Urkijo Alijo, quien nos ha cautivado en los últimos años con su película ‘Errementari (El herrero y el diablo)‘ y el cortometraje ‘Dar-Dar‘ (ganador en la pasada edición del Fancine). Y tal como hemos podido comprobar en su estreno, ha sido toda una revelación tanto para crítica como para público.
La película tiene su origen en la mitología vasca e interpreta libremente el cómic ‘El ciclo de Irati‘ de J. Muñoz Otaegui y Juan Luis Landa. Así, nos sitúa en el siglo VIII, momento en el cual el cristianismo ha sustituido a las creencias paganas, las cuales se encuentran en proceso de desaparición. Para hacer frente al ataque del ejército de Carlomagno en los Pirineos, el señor de valle solicita ayuda a una diosa ancestral: Mari. Con ella, realiza un pacto de sangre por el cual da su vida a cambio de derrotar a sus enemigos, haciendo prometer antes a su hijo Eneko que liderará a su pueblo en el futuro.
Un tiempo después, Eneko vuelve para cumplir la promesa que le hizo su padre, para lo cual debe cumplir una misión: recuperar el cuerpo de su padre (enterrado según las creencias paganas) junto al tesoro de Carlomagno. Enfrentando su fe cristiana, busca la ayuda de Irati, una misteriosa joven pagana que le acompañará en su viaje a través de un extraño bosque donde se refugian las creencias destinadas al olvido.
Con este relato, en parte mítico y en parte histórico, Urkijo se propone ofrecernos una película realmente ambiciosa, donde se combina el género histórico, de aventuras, de fantasía e, incluso, de romance. A pesar de tener un presupuesto algo limitado, consigue plasmar todo lo que se propone de manera efectiva, dando lugar a lo que podríamos considerar un blockbuster de autor.
En ella, se combinan elementos algo más convencionales (o más usuales del cine comercial) como la espectacularidad de sus batallas con otros que le dan un carácter único. En este sentido, destaca enormemente la capacidad del autor para crear ambientes mágicos y oníricos donde aquello que ha sido destinado a desaparecer y sobrevive en los márgenes se alza con asombrosa fuerza.
Esta belleza se consigue a través de todos los aspectos de la película. Encontramos una fotografía absolutamente bella donde la luz y la naturaleza contribuyen a crear unos entornos realmente poéticos. En el mismo camino, la banda sonora contribuye a crear ese ambiente fantástico con una música realmente especial y memorable. Además, la introducción a ese mundo es mucho más sólida gracias a las localizaciones, el arte, el vestuario y los efectos especiales, que nos sumergen de lleno en el universo de Irati. Esto se ve reforzado además por el propio lenguaje, ya que el euskera con ese deje antiguo consigue transportarnos a una época pasada y, a la vez, muy mística.
Gracias a esta perfección técnica, Irati consigue trasladar lo particular (lo local de la mitología vasca) a una dimensión universal donde cualquier espectador puede entrar. Esto se ve favorecido por el tratamiento de temas universales como la memoria, el olvido, la muerte, el honor, la fe, el amor y, especialmente, la relación entre la identidad y las raíces y la importancia de preservar aquello que un día existió. Además, se trata de un cine que de verdad trata de crear imágenes icónicas y memorables, más allá de sus texto o de su historia, lo cual muchas veces es difícil de encontrar en las películas actuales.
Por último, destacan igualmente las actuaciones de sus intérpretes en general y particularmente de Eneko Sagardoy y Edurne Azkarate. Sobre todo, me gustaría destacar el trabajo de Azkarate por la relevancia que tienen los personajes femeninos en la película y, especialmente, el personaje de Irati. Ella, como representación de esas creencias paganas olvidadas, nos habla de la relación entre lo pagano y lo femenino, de esas mujeres que han sido rechazadas y olvidadas a lo largo del tiempo por no tener cabida en un sistema no pensado para ellas.
Nunca dejes de grabar
‘REC‘ supuso un antes y un después para el cine de terror, tanto a nivel nacional como internacional. Pese a tener un presupuesto limitado, su forma e historia dieron lugar a todo un fenómeno cinematográfico, que aglutinó a un gran número de espectadores en las salas y recogió un importante reconocimiento a lo largo de todo el mundo. Todo ello llevó a adaptaciones extranjeras (‘Quarantine’), cómics y secuelas (hasta cuatro películas) que consolidaron a REC como un referente para el género.
REC: Terror sin pausa es un documental realizado desde la admiración al género de terror y especialmente a la obra a la que hace referencia como forma de celebrar el 15º aniversario de la película. En este homenaje, se recopilan los testimonios de aquellos que hicieron posible una obra tan arriesgada y original: sus directores, intérpretes y equipo técnico (fotografía, arte, efectos especiales, etc.). A través de ellos, nos acercamos al proceso de creación de la película y, especialmente, su rodaje que marcó el estilo que caracteriza a la película (cámara en mano, planos secuencia, naturalismo…).
En este sentido, este documental resulta bastante informativo tanto para los que ya conocemos los entresijos del cine como para aquellos menos familiarizados. Las personas que han podido participar en la creación de una obra audiovisual podrán ver reflejadas varias situaciones propias, como las dificultades que pueden entrañar una producción.
Por otro lado, también les dará la oportunidad de aprender cómo se hizo una película tan pequeña y, al mismo tiempo, tan grande mediante el trabajo y la pasión de la gente que la hizo posible. En ese sentido, REC: Terror sin pausa funciona como un homenaje al cine, más en concreto al cine de terror y, más en concreto, a las producciones pequeñas que acaban saliendo con mucho trabajo y sufrimiento, pero también con mucho cariño.
Por otra parte, resulta un documental interesante para aquellos que disfrutan del cine como espectadores, ya que les da la oportunidad de conocer muchos detalles menos conocidos del proceso cinematográfico. Además, al igual que lo hacía REC, esta obra combina muy bien los momentos más informativos con los cómicos, a través de las anécdotas o los comentarios que hacen los entrevistados, ganando las risas de los espectadores. Así, nos acerca a entender de qué forma puede nacer, desarrollarse y evolucionar una obra, llegando a ganar una relevancia buscada, pero muchas veces no esperada.
Además, Diego López-Fernández (director del documental) da la palabra a otros directores y creadores como Nacho Vigalondo o Koldo Serra, que reivindican REC como una película necesaria y clave para el mundo del cine. Es una visión que se agradece que esté en el documental, ya que complementa a aquella visión más interna que pueden tener el equipo técnico y artístico y permite comprender mejor dónde está la grandeza de la película.
En ese sentido, REC: Terror sin pausa refleja lo que ocurrió después del estreno de la película: la recepción que tuvo por parte de la crítica (en un inicio negativa) y la reacción tan pasional del público, que acudió en masas a ver la película, dando lugar a un fenómeno fan que propició el desarrollo posterior de la franquicia.
Entre las distintas ideas que lanza el documental, cabe destacar la que mencionan los directores, al entender REC como un videojuego, ya que sirve para enlaza con el mundo que comparten el cine y los videojuegos. Esta idea se sustenta en que la película tiene lugar en una localización con distintos pisos y el desarrollo de la trama es similar al de un juego con distintos niveles, en los que hay que superar diferentes pruebas (como conseguir una llave) y enfrentarse a un boss final (la Niña Medeiros).
Por tanto, a través de este documental, REC se convierte en un ejemplo perfecto de cómo el cine puede aterrar y, al mismo tiempo, conmover al público y también de cómo la pasión de sus creadores se llega a transmitir al propio espectador. Tal y como dice Paco Plaza en un momento del documental, es precioso ver cómo algo que has ideado y creado puede llegar a cambiar la vida a la gente. Esa es una de las metas del cine y es importante recordarlo a través de películas tan fascinantes y arriesgadas como ‘REC’.
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