FANCINE 2022 VENUS – RESURRECTION – VESPER – DÍA 2
Tras haber disfrutado de ‘The Lair’ y, sobre todo, de ‘La jauría’ (probablemente, una de las obras más memorables cuando acabe el festival), ha llegado la tercera jornada con tres platos fuertes que, por desgracia, han supuesto una relativa decepción: ‘Resurrection‘ (sección informativa), ‘Vesper‘ (concurso) y ‘Venus‘ (concurso).
‘Resurrection’ te mueve, pero no te marca
‘Resurrection’ narra la historia de Margaret (Rebecca Hall), una mujer exitosa desde el punto de vista profesional, independiente y madre soltera de Abbie (Grace Kaufman), adolescente a punto de marcharse a la Universidad. Aparentemente, posee un control total sobre todos los aspectos de su vida. Sin embargo, cuando cree ver a David (Tim Roth), una antigua pareja, toda esta estabilidad comienza a desmoronarse salvajemente.
Se inicia así un asfixiante retrato de las dinámicas surgidas en una relación basada en la absoluta dependencia de una parte (femenina) sobre la otra (masculina); todo ello, regado con una situación de grooming (un adulto ganándose la confianza de una joven con un propósito sexual).
Así, ‘Resurrection’ se integra en esa emergente corriente del cine de terror que disecciona los roles de género y los efectos crudos y concretos del patriarcado en una pareja, con ejemplos tan estimulantes como la salvaje ‘Men‘ o la extraordinaria última versión de ‘The Invisible Man‘.
El director y guionista Andrew Semans construye una atmósfera claustrofóbica que se sustenta, por encima de todo, en las descomunales interpretaciones de los citados Rebecca Hall y Tim Roth. Hall lo clava al transmitirnos su incontrolable degradación física y psíquica, tanto en aquellos momentos en los que su personaje se desata, como cuando se apoya en la contención para mostrarnos sutilmente las profundas cicatrices emocionales que lleva consigo. Mención especial merece el escalofriante monólogo de 8 minutos en el que, centrados en su rostro, nos relata los horrores vividos en aquella relación pasada.
Por su parte, Roth nos hiela la sangre desde su primera aparición. Sus miradas y sus sonrisas son suficientes para reflejar una terrorífica capacidad destructiva que, aún siendo eminentemente psicológica, provoca dolorosos golpes en la piel del espectador comprometido con la historia.
Pese a todo esto… ‘Resurrection’ no termina de despegar. Más allá de las interpretaciones de Hall y Roth, echamos de menos la fuerza requerida por una historia tan tremenda como la que se está contando; mayormente, por un trabajo de dirección poco ambicioso y carente de imágenes que se queden grabadas en nuestras retinas.
Esta sensación agridulce no desaparece con un tramo final que rompe bruscamente con el tono de la obra y apuesta por el body horror, así como por elementos más puramente metafóricos. A esas alturas, la película corre el serio riesgo de dejar al espectador desconcertado en lugar de impactado. Una pena.
‘Vesper’ entrega un mundo estupendo al que le faltan emociones
‘Vesper’ sigue a su protagonista del mismo nombre (Raffiella Chapman), una niña de 13 años que lucha por sobrevivir en una Tierra cuyo ecosistema ha colapsado junto a su padre (Richard Brake), un veterano de guerra postrado en su cama que se comunica con ella a través de un dron. Cuando salva la vida de una misteriosa mujer (Rosy McEwen) procedente de una ciudadela (los lugares donde viven las élites) surge la posibilidad de escapar de esa penosa vida gracias a sus magníficas habilidades para el bio-hackeo.
Este título dirigido por Kristina Buozyte y Bruno Samper destaca por un diseño de producción que aprovecha al máximo su ajustado presupuesto para lucir más impresionante que otras obras con presupuestos considerablemente más abultados. Así, el mundo postapocalíptico mostrado se siente real, original y vivo, con ecos de Cronenberg y obras como ‘Aniquilación‘.
La fotografía se adecúa al tono melancólico que impregna toda la cinta, alcanzando su cénit en una persecución final impecablemente filmada en la que el color azul y las luces fantasmagóricas nos sumergen en un escenario peligroso y bellísimo al mismo tiempo.
El momento anterior es el mejor de una película que, pese a las virtudes anteriormente comentadas, nos entrega a través de su guion unos personajes algo planos (villano incluido) que, como consecuencia, no aportan completamente la emotividad necesaria en una película con una marcada pretensión humanista.
Asimismo, nos quedamos con ganas de saber más sobre ciertas realidades sobre las que se pasa de puntillas; es el caso de las ciudadelas y de los llamados «peregrinos«, sugerentes personajes que, quizás, podrían haber contado con un protagonismo mayor sin caer en una sobrexplotación que eliminase todo elemento misterioso.
‘Venus’ llega tarde al lugar que todos esperamos
‘Venus’ nos acerca a Lucía (Ester Expósito), una gogó que roba una bolsa llena de drogas a sus criminales jefes para comenzar una nueva vida. Se refugia en casa de su hermana (Ángela Cremonte) y su sobrina pequeña (Inés Fernández), con quienes ha estado distanciada todo este tiempo. No sabe que el edificio del extrarradio madrileño en el que acaba de entrar esconde un misterio cósmico y peligroso que está a punto de resurgir.
Esta nueva obra de Balagueró se lanza a mezclar el terror con el thriller criminal, pero no termina de hacer especial ninguna de estas dos vertientes con un guion francamente predecible. El espectador espera pacientemente la llegada de esa escena que le hiele los huesos, pero durante dos tercios solo recibe una muestra de estimable suspense y horror, considerablemente alejada de las expectativas depositadas sobre el nuevo trabajo de uno de los directores de la legendaria ‘Rec‘.
En el último tramo, llega la película que todo el mundo esperaba. Un fragmento de acción terrorífica y alucinada que, sin llegar a ser perfecto, da lugar a los momentos más icónicos de la cinta. La fotografía, tras haber estado dominada por una oscuridad sin demasiada personalidad, entrega aquí ciertas imágenes en las que la luz se une a la fiesta para brindar más personalidad al conjunto.
Lamentablemente, la diversión aparece tarde y se va en un suspiro. Sí contribuye a la coronación de Ester Expósito como una gran final girl que se adapta muy eficazmente a lo que pide la historia en cada momento. Toda idea prejuiciosa sobre ella debería quedar en el olvido tras este papel.
Por el camino, Venus no explota la sugerente localización en la que se desarrolla (algo que sí lograba la estupenda Verónica con Vallecas) ni determinadas ideas interesantes (esa monstruosidad que se alimenta de los dolores de un edificio situado en un barrio de clase obrera).
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