Festival de Malaga Matria
Como ya sabéis, mi compañera Laura Carnicer Santos y yo estamos siguiendo el 26 Festival de Málaga. En esta ocasión, me toca hablar de ‘Matria‘ y ‘Bajo terapia‘, ambas pertenecientes a la Sección Oficial.
Las invisibles
‘Matria’ sigue a Ramona (María Vázquez), una mujer de cuarenta años que encadena trabajos precarios en un pueblo de la costa gallega para sobrevivir y dar un futuro mejor a su hija Estrella (Soraya Luaces) mientras continúa en una relación moribunda con Andrés (Santi Prego).
María Vázquez es el principal motor de la historia. Desprende una fuerza, una rabia y una fragilidad que danzan durante 99 minutos para sumergir al espectador en una especie de thriller donde el asesino es la inseguridad laboral y económica. A Ken Loach le agradaría lo mostrado en pantalla.
Por ello, pese al hecho de que la fotografía se pueda calificar como naturalista, el ritmo del montaje y los movimientos de cámara imprimen un nervio que refleja la odisea de la protagonista. Este no es un ejemplo de cine de autor contemplativo que requiere un esfuerzo considerable por parte del público. ‘Matria’ es muy entretenida y puede ser disfrutada sin necesidad de comprender sesudos códigos estéticos o narrativos.
Dicho esto, no todo reluce en esta obra. Ciertos diálogos o situaciones no cuentan con un nivel máximo de organicidad o naturalidad. En este punto, resulta justo recordar que Álvaro Gago, director de la película, encontró su principal fuente de inspiración en Francisca Iglesias, quien cuidó de su abuelo en sus últimos años y protagonizó el cortometraje homónimo que precedió a este largometraje en 2017. Teniendo esto en cuenta, puede justificarse que ciertas situaciones no estén completamente refinadas, pues Gago no las ha vivido. No obstante, esto no resta méritos a su labor, cimentada en una palpable capacidad de empatía, observación y escucha.
Así, ‘Matria’ te inyecta adrenalina e ira, pero también admiración por todas aquellas mujeres que construyen nación con su trabajo invisibilizado. No sería extraño que alguna Biznaga viajara a Galicia. Si fuera a manos de María Vázquez, pocos reparos podrían ponerse.
Las grietas a simple vista
‘Bajo terapia’ gira alrededor de tres parejas forzadas por su terapeuta a participar en una sesión conjunta. Quizás haya quien espera una comedia ligera protagonizada por actores y actrices solventes como Malena Alterio, Alexandra Jiménez, Fele Martínez, Antonio Pagudo, Eva Ugarte y Juan Carlos Vellido.
Sin embargo, Gerardo Herrero, su director, se guarda un giro final (probablemente, presente en la obra de teatro original) cuyo propósito es cambiar todo lo visto hasta ese momento. Es este el elemento más polémico e interesante de la película. Algún espectador puede pensar que se trata de un movimiento maestro, mientras que es posible que otro entienda que no es más que una tomadura de pelo.
¿Cuál es mi postura? No la tengo claro. Por un lado, no puedo negar que me causó una honda impresión cuando aparecieron los créditos finales. Empezaron a cobrar sentido algunas decisiones referentes a una dirección de actores diferenciada en función de los intérpretes, una elección de planos que provocan una malestar inconsciente en su conjunción con determinados discursos y la realización de movimientos internos y externos de cámara que se acercan a un estilo casi documental.
Asimismo, apareció la idea de que acababa de ver una farsa cuyos objetivos son esas comedias españolas algo rancias que se pasean por las carteleras españolas cada cierto tiempo, ideal para «cazar» a aquellos que se ríen de, por ejemplo, chistes misóginos sin que esto despierte ningún tipo de alarma ética en sus conciencias.
Ahora bien, ¿y si estoy sobrevalorando las ambiciones ideológicas de Gerardo Herrero? Quizás estoy ante otra de esas comedias trasnochadas que he mencionado justo en el párrafo anterior, cuya revelación final no es más que un intento desesperado y tramposo de subirse al carro de la lucha contra una de las peores lacras de nuestra sociedad para hacerse acreedora de un prestigio que no merece.
Dejo la respuesta a todo aquel que se vaya acercando a esta película, no sin antes señalar el conseguido trabajo de los intérpretes anteriormente citados; especialmente el de una Malena Alterio que, al igual que los y las mejores de su gremio, no necesita palabras para desarbolar a quien la ve. Ojalá pueda disfrutar de todos los papeles importantes que se merece.
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