ANALISIS ROMANCING SAGA 2 – REVENGE OF THE SEVEN
Mañana 24 de octubre se pone a la venta Romancing Saga 2 Revenge of the Seven, uno de los tantos titulazos que llegan este mes, pero que en muchas medidas es de los más necesarios de todos. Y es que Square Enix ha vuelto a apostar como nunca en sus viejas sagas de rol, siendo este, un remake centrado en SaGa.
Para ello, han decidido modernizar sin romper con las claves del original, mejorando enormemente el apartado gráfico, pero manteniendo la jugabilidad clásica por turnos. Esta cuenta con nuevas mejoras, y por supuesto el juego ha recibido muchos más incentivos, que se traducen en más horas de juego.
De todo esto y mucho más tenemos que hablaros en nuestro análisis, donde detallamos porque como comunidad fanática de JRPGs y sobre todo, como comunidad española, debemos apoyar el que sin duda es, la primera entrega de esta saga en perfecto español.
Una historia que recordaremos durante generaciones
Antiguamente los siete grandes héroes lucharon por salvar la humanidad. Sin embargo, el paso de los años los ha dejado en mal lugar, y ahora son considerados una maldición temida y poderosa quedando finalmente desterrados.
Sin embargo, cuando regresan de su largo exilio, lo hacen corrompidos y en pos de venganza sobre aquellos que salvaron una vez. En este momento, encarnaremos al emperador de Avalon, quien decide dar caza al primero de estos enemigos que se adentra en sus tierras, corrompiendo todo a su paso.
Su poder, podría no ser suficiente para vencerlos, y para ello, deberá delegar en sus descendientes, quienes heredarán su poder en lo que se traduce como una mecánica propia de un sistema de rol por turnos nunca visto hasta su llegada en 1993.
Y es que cada personaje, cuenta con un número limitad de vidas que son irrecuperables. En torno a 14 o 17 por personaje, que aunque pueda parecer un número alto, irá descendiendo cada vez que caigan en batalla, por lo que en un juego de rol (largo) caerá inevitablemente.
Sin embargo, las características y habilidades podrán ser heredadas por la siguiente generación, que continuará el periplo tal y como lo dejó el anterior. Un sistema que pese a no parecer muy sorprendente, consigue lo que se propone, y es que tengamos máximo cuidado en cada batalla para evitar perder miembros del grupo.
Por otra parte, el juego cuenta con un excelente balance de dificultad, por lo que a poco que busquemos algo de riesgo, encontraremos que es desafiante, incluso en dificultades más bajas.
Combates de rol por turno con un excelente sistema de progresión
Como os decíamos, el juego mantiene el sistema de combate por turnos de la entrega original. Aquí, cada personaje ataca en su turno, donde la velocidad decidirá el orden de ataque, ya que el equipo que llevemos equipado, nos hará más pesados, y nos relentizará.
De este modo, el juego busca que seamos también elocuentes con las piezas de armadura que usemos, invitándonos a pensar que no siempre debemos acudir lo que mejor estadísticas aporte, sino que nos favorezca en otros apartados del combate.
Por otra parte, el sistema de progresión de los personajes no es por niveles, sino por estadísticas. Con cada combate ganaremos experiencia que aumentará las estadísticas de los personajes propias como la vitalidad, el ataque o los puntos de habilidades (con los que realizamos artes y magias).
El principal atractivo no viene aquí, sino en como aprendemos las habilidades. Cada técnica o magia tiene su propia rama de progresión, donde a base de usarlo (y con una probabilidad aleatoria) podremos aprender nuevas técnicas de dicha rama.
Por otra parte, hay otros factores que también influyen a la hora de aprender habilidades, como por ejemplo, que el enemigo sea fuerte o un combate contra jefes (que son muy abundantes y desafiantes). Cuando un personaje está cerca de aprender una habilidad, aparece un icono con forma de bombillita al lado de la técnica, lo que sirve de preaviso que de seguir usándola, aprenderemos una más poderosa.
De este modo, el juego nos incentiva a buscar combates difíciles a la par de que usemos técnicas diferentes, algo muy motivador que se traduce en un sistema de progresión que me ha encantado.
30 clases para practicar e ideal mil estrategias diferentes
A este sistema de combate que ya de por si parece bastante bien elaborado, vamos a darle un incentivo más alto, las clases. Hay más de 30 diferentes, cada una con habilidades y armas distintas, por lo que la variedad es enorme (aunque quizás algunas se parecen demasiado entre sí).
A esto vamos a sumarle que podemos formar nuestro grupo a nuestro grupo, por lo que las opciones de personajes son muy variadas, lo que se traduce en muchas estrategias distintas para afrontar los combates.
Respecto a los enemigos, hay que saber aprovechar muy bien las debilidades elementales de los monstruos. De este modo, también hay que ser sabios a la hora de formar grupos, ya que no controlar las debilidades (que por cierto, heredan algunos elementos de Octopath Traveler) no conseguiremos ganar la partida.
Escenarios muy disfrutables de explorar
Otro elemento muy importante de la jugabilidad, la conforman los escenarios, donde pese a su estructura lineal, están llenos de desvíos y bifurcaciones que aumentan la exploración. Las recompensas que encontramos en los cofres merecen enormemente la pena. Pero vamos a sumarle también que cuenta con coleccionables que expanden la historia anterior a los hechos del juego, por tanto muy importante para los finales del juego.
Si bien es cierto, echamos de menos que los escenarios sean solo un mero camino por el que avanzar, y le habría venido bien algún puzle para darle profundidad y variedad. Aunque en contrapartida, los escenarios son muy bellos y bien conectados mediante atajos, por lo que explorarlos merece la pena totalmente.
Por cierto, algunos tendremos que revisitarlos en varias ocasiones, ya que muchas misiones secundarias nos mandarán de nuevo para completar algún encargo. Estos son algo repetitivos y abusan de ser de recaderos. Sin embargo, algunos son importantes para comprender la historia, dando formas distintas de avanzar en la trama o jugosas recompensas como clases nuevas.
Las ciudades también cobran mucha importancia respecto al original, ya que ahora podemos construir edificios nuevos y mejorarlos. Esto no es ninguna novedad en el género, pero si es un buen añadido, ya que las fortificaciones que mandemos a mejorar tardarán un espacio de tiempo que se acorta combatiendo o pasando a la siguiente generación.
Además, mejorar la ciudad, influye directamente en la condición de nuestro equipo, por lo que es un incentivo más que da el juego para que no nos centremos únicamente en la trama, sino que le saquemos el máximo partido.
Técnicamente precioso, lleno de fantasía y color, pero con altibajos
A nivel gráfico el juego abandona el estilo pixelado de 16-bits de la entrega original para dar paso a unos coloridos escenarios 3D. Además, estos están impulsados con un estilo anime que recuerda en gran medida a otros trabajos de la compañía como Dragon Quest XI o incluso a Visions of Mana, pero con peros.
Y es que el nivel de detalle es bastante inferior, tanto en modelados de personajes como en escenarios. Esto también se nota a nivel de efectos y de animaciones faciales, y aunque en consolas como PlayStation 5 el juego va como un tiro, se nota que le faltan detalles gráficos.
Esto puede deberse a que estamos ante un título multiplataforma que llega a consolas menos potentes como Switch, pero esto nos pone en cierta tesitura, y es que quizás, un apartado gráfico que respetara al original y consiguiera un acabado como el de Star Ocean 2 R o Octopath Traveler quizás habría sido más acertado.
La parte positiva, es que contamos con voces en inglés y japonés, y la sincronización labial es acertada en ambos casos. Cero pegas también a la banda sonora, que nos permite jugar con la original tanto como con la arreglada, que cuenta con temas épicos hace 30 años y en la actualidad. A esto vamos a sumarle, que por primera vez en la historia de la saga, el juego llega con textos en castellano.
Conclusiones finales: Análisis de Romancing SaGa 2 Revenge of the Seven
La franquicia de SaGa está más viva que nunca, y pese a lanzamientos recientes tan acertados como SaGa: Emerald Beyond o algunos futuros como la remasterización en castellano de Minstrel Song, sus creadores parecen dispuestas a mantener su fórmula jugable tan característica.
Combates por turnos, un sistema de progresión única e historias muy buenas con japonesadas es solo una parte de todo lo que tienen que ofrecernos. Juegos muy divertidos y que parecen evolucionar con un absoluto remake que mejora por completo al trabajo original.
Por sacarle solo una pega, echamos de menos un mayor acabado gráfico así como una trama más centrada en los personajes, que quedan en un segundo plano pero con motivos más que justificados. Aún así, es una compra asegurada para cualquier amante del género, que además debe aprovechar que por primera vez en la historia, esta saga llega en español.
