ANÁLISIS THE BEASTS OF BURDEN – VOICE OF CARDS – YOKO TARO
Hace ya casi un año cuando Square-Enix volvía a innovar en el género de los JRPG anunciando la primera entrega de Voice of Cards, que fue concebido bajo el seño del director creativo Yoko Taro a quien todos recordaremos por NieR/Drakengard.
Lo que nadie se esperaba, es que en un periodo de tiempo tan corto se publicaran no dos, sino hasta tres entregas, siendo la última de ellas la que venimos a tratar hoy: The Beasts of Burden.
Y es que aunque recoge con acierto varios elementos de sus antecesores -algunos buenos, otros no tanto-, también introduce mejoras jugables en la saga, y en NextGame queríamos tomar cartas en el asunto.
Humanos contra monstruos, la humanidad al borde de la extinción
El argumento de esta tercera entrega -la cual insistimos, se puede jugar de forma independiente respecto a los anteriores-, es ya todo un cliché en el universo de Yoko Taro, pues la humanidad una vez más se encuentra al borde de la extinción en su lucha contra los monstruos, que ha obligado a la población a vivir dividida en y constante lucha.
Aquí nos pondremos en la piel de una joven chica que pierde su hogar a mano de estas feroces criaturas, y más allá de su deseo de venganza, sueña con ver el cielo estrellado en un mundo donde nunca anochece.
Al igual que el resto de entregas, su duración está repartida en unas 25 horas como máximo y completando la mayoría de las tareas secundarias por el camino. También, y es como es muy habitual en el creativo, hay muchos giros en la trama, por lo que nada es lo que parece en un principio.
Este hecho gustará de manera muy grata a los fans de Taro, pues el juego respira su ambientación y oscuridad más incluso que las anteriores entregas, llegando a encontrar algunos hechos que en cierto modo conectan con la historia de NieR.
Hazte con todos los monstruos
Así pues, descubriremos que tenemos el poder de de convertir a los monstruos en cartas, lo que nos permite usar su poder en combate, y aunque este dato tiene un fuerte componente en la trama que afecta a todo lo largo de la historia, también es su principal novedad jugable.
Del mismo modo que la segunda entrega difería de la primera en que podíamos elegir a los miembros de nuestro grupo por parejas, permitiendo estrategias de combate muy diversas, en esta ocasión han dado un paso más en este aspecto.
Ahora las técnicas de nuestros cuatro aliados no se aprenden conforme subimos de nivel, sino que a medida que atrapamos criaturas, podemos equiparnos hasta un máximo de 5 por personaje, eligiendo entre las casi sesenta que hay disponibles.
Además, a base de repetir combates y suerte, podemos mejorar estas técnicas/cartas, lo que alarga considerablemente el tiempo de farmeo, pero nos permite prepararnos mejor para los combates.
Respecto a esto, podemos decir que nos ha parecido la entrega más fácil de todas, pero también la que más preparación previa al combate nos ha dejado, así como la que más variedad de estrategia ofrece, siendo una entrega muy abierta en este aspecto, y que gustará a los amantes del género.
Un mundo precioso, pero demasiado lineal
Si algo nos gustó de la segunda entrega, es que desde casi el comienzo podíamos explorar el ancho mar y ofrecía más libertad que nunca en su mundo abierto. Esto se ha perdido por completo en esta entrega, y aunque disponemos de mapa mundo, la trama se desvelará casi en línea recta.
Como recordaréis, para revelar el mapa tendremos que movernos a través de cartas, algo que se ha mantenido intacto -incluso muchas animaciones-, pero debemos asegurar que en la exploración de las mazmorras nos hemos sentido mucho más cómodos.
Y es que ya no son solo salas grandes esperando que las revelamos, sino que hay algún que otro minijuego así como acertijo, lo cual aporta algo de diversión sin tener que gastar demasiada masa gris.
Audiovisualmente está a la altura de la saga
También la variedad de escenarios y enemigos nos ha parecido la más completa, aunque sus misiones secundarias se limitan básicamente a capturar monstruos, siendo mucho más limitadas las side-quest y echando bastante de menos el Coliseo de la segunda entrega.
A nivel de gráficos, y como ya hemos dicho, repiten muchos escenarios de las anteriores entregas, pero a su vez, es la que más aporta nuevos, dejando una mazmorra final que supondrá un tiro en la frente para los amantes de Taro.
Si tenemos que buscar una pega en este sentido, es que el juego ha perdido gran parte de su frescura, que pese a ser muy original en los inicios, se vuelve repetitivo y algo lento en el avance -y más si llevamos tres entregas en menos de un año-.
Conclusiones
Square-Enix repite originalidad con la tercera parte de su saga de rol más discreta hasta el momento. The Beasts of Burden nos resulta la entrega más completa y divertida que hay, pero peca en algunos errores de las anteriores entregas que aún no han sido resueltos.
Hablamos de elementos como la lentitud en batalla o la exploración; en cuanto asumes que estás ante un juego de rol clásico solo que diseñado con cartas, pierde el encanto y se hace algo lento, por lo que echamos de menos opciones de personalización que nos permita saltar efectos.
Por lo demás, el sistema de combate ha sido mejorado una vez más para ofrecer más opciones y estrategias que encantarán a los amantes del género, y que los fans de sagas como NieR o Drakengard no deberían perderse… por si acaso.
Puntos positivos:
- Su mezcla entre JRPG y rol con naipes sigue siendo divertido.
- El sistema de captura de monstruos para usarlos en combate es un paso adelante en la saga.
- La historia huele a Yoko Taro por los cuatro costados.
Puntos negativos:
- Algo lento en batallas y animaciones.
- Pierde frescura si ya has jugado a las anteriores entregas.
- Los personajes pierden personalidad por como está contada la trama.
Hemos realizado el análisis de Voice of Cards: The Beast of Burden con una copia ofrecida por Koch Media para PlayStation 4.