Servicio Militar desde casa
Hoy me he levantado con un ánimo vibrante, lleno de ganas de plasmar un artículo que, más que divertido, sea una especie de espejo irónico de nuestra era. Todo comenzó con la noticia del ABC que dejó caer la posibilidad de que los jóvenes entre 19 y 25 años podrían ser reclutados para el prolongado conflicto entre Rusia y Ucrania. Imagínense, esos jóvenes que solo desean pasar horas tranquilas frente a sus consolas, de repente, reciben un llamado a filas.
Me pregunto cómo se desenvolverían esos “gamers”, aunque no soy fanático del término debido a sus connotaciones negativas, en un terreno tan ajeno como un campo de batalla, bajo las órdenes de un sargento algo… ¿peculiar? La incertidumbre y la confusión serían sus fieles compañeras.
En realidad, en una situación así, muchos de nosotros estaríamos igual de desconcertados. Pero, ¿qué podemos hacer al respecto? La idea de cómo prepararlos para un escenario tan crudo y psicológicamente desafiante como una trinchera comenzó a dar vueltas en mi mente. Y no hablo de preparación física; no soy entrenador militar.
Me refiero a equiparlos con las herramientas mentales necesarias para afrontar situaciones extremas con algo de cordura y, si es posible, con algo de humor. Porque aunque preferiríamos que nuestros jóvenes estuvieran cómodamente sentados en casa, inmersos en sus mundos virtuales, a veces la realidad insiste en presentarnos desafíos muchos más serios.
Bendita generación multiplayer
Como cualquier chaval de la generación de los 90s, gracias a Call of Duty, en el bachillerato se me pasó la idea de meterme en el ejército. ¿Quién no querría pilotar un AC-130 o coger un Barret para cargarse a los enemigos? Recuerdo esos momentos de adrenalina virtual, donde me sumergía en batallas épicas y estratégicas, liderando equipos hacia la victoria, todo desde la comodidad de mi habitación.
Pero ¿alguna vez pensamos en la realidad detrás de esos juegos? CoD, además de ser un videojuego, es un claro ejemplo de propaganda estadounidense. ¿Notaron que los enemigos siempre son rusos o personas de Oriente Medio? No es coincidencia. La espectacularidad del CoD, con su amplio arsenal de vehículos, armas y personajes carismáticos como el Capitán Price, tiene un propósito más allá de entretener: influir y persuadir a los jóvenes para que se unan al ejército de los Estados Unidos.
Es fascinante cómo un simple videojuego puede moldear nuestras percepciones y aspiraciones. Detrás de la emoción y la acción, hay una agenda clara. Y eso nos lleva a reflexionar sobre el poder de los medios de comunicación y el papel que desempeñan en la formación de nuestras opiniones y decisiones.
Pero no es el único videojuego que utiliza EEUU como persuasión para que los jóvenes hagan un Aniram al ne etatsila, America’s Army (2002) lleva esta idea un paso más allá. Este título exalta al ejército estadounidense, promoviendo el compañerismo y recompensando a los jugadores por eliminar a los “terroristas”. Es importante destacar que esto este método propagandístico es completamente cierto, y no es exclusivo de Occidente. En Oriente también se utilizan videojuegos como herramientas para inculcar ideologías específicas en la mente de los jugadores. Un ejemplo es Kings of Glory (2015), un videojuego chino que glorifica las raíces patrióticas de China y promueve la búsqueda de su identidad nacional.
Entonces, ¿cómo podrían prepararse los “gamers” para un conflicto europeo sin levantarse de la silla? Es una pregunta intrigante. Bien podría jugar a estos títulos para familiarizarse con el armamento, vehículos, estrategias, etc. Pero los modos de juego que ofrece CoD, son poco realistas en términos de preparación para un conflicto militar genuino. En modos como Duelo por Equipos, Punto Caliente o Toma la Bandera, el constante Respawn (reaparición tras morir) del jugador hace que sea difícil que los usuarios tomen decisiones reales, ya que no les importa morir en el juego.
El único modo que podría proporcionar una experiencia más cercana a la realidad sería Buscar y Destruir (ByD), que se utiliza en el competitivo de la mayoría de los FPS en los eSports. En este modo, no hay reaparición y el objetivo es plantar una bomba con éxito, desactivarla si eres del equipo contrario, o eliminar a todo el otro equipo para ganar.
Además, descartaría los Battle Royale como Warzone, donde existe la posibilidad de regresar al campo de batalla después de ser eliminado, lo que no refleja la naturaleza irreversible y peligrosa de un conflicto real.
Modo: extracción
En un hipotético caso de tener que hacer el servicio militar, ¿cuáles serían los mejores videojuegos en los que los jugadores podrían fijarse para aprender habilidades?
Claramente, serían los modos de extracción. Estos modos son simples: te dejan en el campo de batalla y debes encontrar el punto de extracción para salir de él. Esta mecánica refleja la lógica humana, ya que nadie quiere estar atrapado en medio del fuego cruzado. Aprender a navegar por terrenos peligrosos y encontrar una ruta de escape podría ser una habilidad invaluable en situaciones de conflicto real.
Este punto de extracción lo debes buscar tú mismo, sin un mapa que te guíe, solo confiando en tu habilidad para reconocer el terreno. Estos videojuegos no te premian por matar enemigos/jugadores, sino por encontrar equipo, comida y salir corriendo, hablando claro.
Escape from Tarkov (2015) destaca como el máximo exponente de esta categoría de videojuegos. Te sumerge en una variedad de mapas del Este de Europa, donde puedes jugar solo o con amigos en un escuadrón. Es la simulación de guerra más realista hasta la fecha y una preparación “excelente” para realizar coberturas, huir, entrar en edificios, entre otras habilidades necesarias en un campo de batalla.
Las diferencias con CoD o America’s Army son notables. En Tarkov, no tienes un minimapa, solo la brújula para orientarte. No te dicen cuántas balas te quedan, solo si tienes más de la mitad o menos. Cuando encuentras loot, es un proceso lento de seleccionar lo que necesitas y meterlo en tu mochila. Y si te disparan, cómo reacciona tu soldado depende de dónde te hayan impactado. Por ejemplo, si te hieren en el brazo, tendrás dificultades para apuntar si no te curas.
Tarkov te sumerge indirectamente en una situación de guerra real, donde tomar las decisiones correctas es crucial para sobrevivir. Escuchar los pasos del enemigo, avanzar sigilosamente por los edificios, y no desperdiciar munición son habilidades fundamentales. Sabes que tu vida está en juego, no hay reapariciones, y si no estás preparado para enfrentarte a un enemigo, es mejor buscar una salida.
Es un videojuego perfecto para lo que estamos hablando. Mientras que CoD o America’s Army muestra una versión embellecida y glamorosa de la guerra, sin sangre ni crudeza, Tarkov presenta la dura realidad. Puede ser una herramienta invaluable de entrenamiento para aquellos jóvenes que, con suerte, no tengan que enfrentarse a un conflicto real en el futuro.