Cuando mis compañeros de redacción hablaron de hacer un especial acerca de Kingdom Hearts no dudé en apuntarme, bueno en realidad fue un tiempo después porque al principio no me enteré, y es que esta saga siempre ha sido muy especial en mi vida y voy a contaros, si me lo permitís, una historia de mi vida muy relacionada con esta saga y, en especial con las dos primeras entregas principales. Allá voy:
Corría el año 2005, puesto que a Europa el videojuego tardó más en llegar, y yo ni tan siquiera tenía una Playstation 2 porque ya llevaba un tiempo en el que no me interesaban tanto aunque si me gustaban. Entre las muchas visitas que hacía a casa de un muy querido familiar mío él me hizo descubrir un juego que, sin llegar a saberlo en un principio, me cambiará la forma de ver a los videojuegos.
La primera aventura de la saga no la tuve, al menos en su versión original, y logré terminarla gracias a este familiar, pues nos íbamos cambiando el mando por cada vez que moríamos. Era la primera vez que un videojuego me hacía tener ganas de jugarlo pese a considerarlo un juego difícil, ya que no dejaba de morir, sin embargo ahí estaba mi familiar para animarme y motivarme con la historia y con ese final que tanto me marcó.
Pasaron los años y llegó la primera vez que tuve hype, un término que por aquel entonces no conocía, cuando me enteré que Kingdom Hearts 2 llegaría a la misma consola que yo ya me había comprado. Pese a eso no pude tenerlo, pero ahí estaba mi familiar para motivarme con ese comienzo de la historia, tanto que hasta nos preguntábamos que estaba ocurriendo y porque llevábamos a otro personaje (aunque con el tiempo descubrí que mi familiar ya conocía eso puesto que lo había empezado a jugar, aunque lo volvió a empezar conmigo y supo transmitirme esa emoción).
Todo esto acabó provocando algo que tenía que ocurrir. Y es que los reyes magos (ay que sería de mi sin ese 6 de Enero) tuvieron a bien regalarme esa segunda parte y logró trasmitirme esas ganas, esa alegría, que me hizo engancharme a los videojuegos y fue la primera vez que no quise soltar la consola puesto que yo no sentía que jugaba, sino que vivía la aventura al igual que Sora. Y aquí comenzó toda una historia de amor por los videojuegos que aún a día de hoy perdura y, para recordarlo, siempre conservaré en un lugar visible esa caja tan especial de Kingdom Hearts 2.
Kingdom Hearts es una saga con mucha magia pero, en mi caso, su mayor logro fue ser capaz de llevarme a su historia, de divertirme, de hacerme reir y de ilusionarme con todo lo que había detrás de los juegos. Siempre tendrá un hueco muy importante para mi porque en Kingdom Hearts hay mucha luz y nunca dejará de ser la saga que me hizo volver a los videojuegos.