ANÁLISIS DAWNFOLK PARA PC
Seguimos trayéndoos los mejores análisis de todos los videojuegos que se lanzan al mercado. Y como siempre decimos, no solo de triples A vive la industria, así que hoy toca analizar una de esas pequeñas propuestas indies que nos llegan y que pueden ser muy interesantes. Seguid leyendo para saber que nos ha parecido Dawnfolk.
El juego ha sido desarrollado por el solo-dev Darenn Keller y lo edita Astra Logical. Lleva disponible en PC desde el pasado 13 de febrero, siendo ésta la única plataforma en la que está disponible. ¿Y que nos propone el juego? Pues bien, en teoria Dawnfolk es un juego de estrategia en el que construyes ciudades. Por ello, deberemos ampliar tu ciudad asegurándote de que tienes suficientes materiales y comida para seguir adelante. Pero también tendrás que protegerte de las amenazas que lleguen. El giro aquí está en que Dawnfolk tiene un enfoque minimalista en todo lo que haces. Es por ello que es mucho más accesible y entretenido que la mayoría de los demás constructores de ciudades.
Como decimos, lo que le hace “especial” o el aspecto que quiere encontrar el creador es hacer uso de mecánicas familiares y un diseño visual fácilmente comprensible para crear un juego de construcción y supervivencia que sigue siendo difícil, pero no tan inabordable.
El juego recomienda jugar con un gamepad, cosa totalmente coherente ya que aprovecha al máximo el esquema de control y es muy fácil de manejar.
Empezaremos por el modo historia, que no deja de ser una sucesión de escenarios. Resultan muy entretenidos y la verdad que no sean el típico caso de escenarios interminables en los que te puedes pasar horas y horas en un mismo mapa. Aquí se ha apostado por un ritmo más ágil y algo más fresco y breve.
En cuanto a la jugabilidad propiamente dicha, lo que tenemos en Dawnfolk es una combinación de gestión de recursos y exploración. Tendremos tres recursos principales: población, comida e industria. Tendremos algo de vibes de Civilization, por la forma en que cada casilla influye en la producción de las adyacentes. Por ejemplo, una granja te ofrecerá más comida cuantos más campos de trigo la rodeen, una cabaña te dará más producción cuantos más bosques toque, etc. Pero como decíamos, Dawnfolk es más fresco que sus similares, al ofrecer más versatilidad pudiendo destruir y rehacer tus edificios sin esfuerzo. A eso se le añade que también podrás terraformar cada casilla en función de tus necesidades.
A estos 3 “materiales”, se le añade el recurso de la luz, con la que podrás iluminar las casillas ocultas del mapa. Pero es que además será tu principal defensa contra el gran enemigo del juego: la invasión de la oscuridad. Tocará esforzarse por encontrar un equilibrio entre cuánto gastas para expandir y mejorar tu reino y cuánto necesitas mantener en reserva para emergencias extremas.
Por todo lo comentado, creo que la jugabilidad de Dawnfolk es de aquellas que engancha y que, al ser mucho más fresco que sus competidores, no te dará la sensación de haber echado muchas horas cuando realmente llevas más de las que crees.
En cuanto a su diseño artístico, se enfatiza el uso de su paleta de colores basada en el verde oscuro y azul. Además la sensación de más luz dentro de la oscuridad a medida que avanzas me ha resultado muy gratificante.
En lo técnico no hemos encontrado ningún error grave. Sí que se podrían añadir algunas mejoras de calidad de vida, pero creo que con la propuesta que tenemos encima de la mesa es más que suficiente.
Así pues, y como conclusión, creo que Dawnfolk es una muy buena puerta de entrada a aquellos jugadores que no se han atrevido a entrar en los constructores de ciudades porque se sienten intimidados por su propuesta. Si no te animas a dar el paso con juegos como por ejemplo Frostpunk o Civilization, creo que Dawnfolk puede ser un inicio muy sugerente y divertido.
PUNTOS FUERTES:
- Su diseño minimalista
- Lo fresco y ágil que se siente dentro del género
PUNTOS DÉBILES:
- No deja de ser un juego de un género muy específico y para un nicho de jugadores
- Se echa en falta alguna mejora de calidad de vida