Análisis de Super Bomberman R 2
La que fuera la mascota de Hudson Soft tiene una historia personal en mi vida. Bomberman ha sido una franquicia ligada a mi trayectoria videojueguil, una saga fantástica que combinaba el alma arcade y la acción estratégica con una sencilla mecánica: las bombas. Desde el glorioso Neo Bomberman de Neo Geo, pasando por las aventuras más abiertas con Bomberman Hero o Bomberman 64; entregas que pertenecen exclusivamente a Nintendo 64, la franquicia ha pasado por muchísimos altibajos.
Super Bomberman R 2 es el segundo regreso del personaje tras su primera entrega en 2017 -sin contar esa versión en dispositivos iOs- con suficientes novedades como para hacer destacar el número dos en el título. La primera entrega era más que cumplidora, con diferentes modos de juego; una función online disfrutable y en definitiva, un buen título de la saga. La secuela es más y mejor… pero con algún que otro aspecto negativo que detallaremos a continuación.
Y es que tampoco quiero descuartizar con maldad su modo historia, de verdad; tiene cierto encanto retro y con diferentes mecánicas que mejoran en su totalidad con la previa del juego anterior. Eso sí, hay un añadido que no llega a convencer y es el «Modo Castillo». En el modo historia, durante el transcurso de la exploración del mapa, el enemigo atacará nuestra base… o nosotros seremos el que de el primer paso.
En cualquier de los dos bandos, el objetivo del equipo atacante será el de conseguir una de las llaves esparcidas por el mapa y luego llegar a la base del equipo contrario que defenderá a capa y espada el lugar. Cuando nos toque defender podremos personalizar «nuestra base» y complicar el ataque del enemigo. Sinceramente, no me parece nada divertido y como añadido creo que pasará como una breve anécdota en esta entrega… o eso espero.
Quitando de lado el modo historia, donde nuestro protagonista y su familia tendrán la misión de salvar a unos seres que se llaman Elons, nos encontramos con una entrega llena de contenido; personalización y diferentes modos en línea y en local. Además del citado «Modo Castillo» que podremos jugar con amigos, también estará disponible el clásico estándar de toda la vida; Grand Prix -o Gran Premio- que estará centrado en combates de equipo y el Modo Batalla 64, que ya vimos en el anterior juego.
Junto a todas esas horas de diversión, la recompensa por jugar es un ataque a la nostalgia, con personajes, canciones y demás guiños sacados de toda la historia de Konami; desde personajes de Metal Gear Solid, Suikoden, Castlevania o incluso el Pyramid Head de Silent Hill 2. Lo bueno; la monetización no es dura y todo el contenido del juego se podrá conseguir perfectamente jugando y consiguiendo monedas.
De la jugabilidad y del sonido poco hay que decir; para bien. Han añadido habilidades y demases parafernalias pero sigue siendo el Bomberman más ágil y clásico, con esas estupendas subidas de nivel conforme lanzamos bombas a los escombros y los «trucos» de toda la vida. La música, variada y con buena variación de melodías junto a un buen doblaje al inglés y japonés.
El rendimiento en PlayStation 5 es bastante bueno, los 60fps constante en todos los modos y sin apenas caídas de frames. Si que es cierto que el juego cojea en potencia gráfica y animada pero tampoco es un apartado que necesite resaltar, pues premia más la diversión asegurada y la agilidad jugable.
Tal vez y sin querer terminar tan negativamente el análisis de Super Bomberman R 2, a los veteranos veamos la mecha corta si lo comparamos con el ya citado Neo Bomberman o los títulos clásicos; pero tampoco nos engañemos, estamos ante un gran título de la franquicia de la extinta Hudson. De lo mejorcito para jugar con amigos en línea o en modo local y esperemos que todavía quede bomba para repartir durante muchos años.