ANÁLISIS GHOSTRUNNER 2
Ya está a la venta Ghostrunner 2, el juego de acción en primera persona que nos pone en la piel de un cyber ninja. Y es que con esta premisa no hay quien se resista a un título cuya primera entrega ronda ya los tres millones de copias vendidas.
Solo el tiempo dirá si esta secuela igual o supera al original, aunque en NextGame ya tenemos un veredicto. Estamos ante uno de los títulos de acción del año, un juego que sin llegar a las pretensiones de un AAA, sorprenderá y gustará a los amantes del género.
Y es que tenemos ninjas, katanas y mucho… mucho parry. Nada puede salir mal con este cóctel y vamos a dar paso a nuestro análisis antes de que se desate la matanza.
El cyberninja que nunca descansa, tras los pasos de una secta
La historia toma el relevo justo donde terminaba la primera entrega, tras la caída de la Maestra de las Llaves, la tirana que gobernaba la Torre Dharma, último refugio de la humanidad. Jack ha vuelto para enfrentarse a la violenta secta de IA que se ha congregado fuera de la Torre Dharma y dar forma al futuro de la humanidad.
Y es que la ciudad nunca estará libre de pecado, por lo que aún quedarán entuertos por resolver. Lo que nos llevará a enfrentarnos a enemigos robóticos, mutantes y por supuesto, otros ciberninjas.
En definitiva, podríamos decir que la historia es solo un pretexto para volver al mundo de Ghostrunner, sin grandes motivaciones jugables, intentando darle más importancia a la trama que en la primera entrega, pero sin grandes logros.
Por supuesto, hay algún momento importante e impactante, que nos mantendrá pegados a la pantalla, además de algún giro de guion. Pero por desgracia, a excepción de nuestro héroe, el resto de personajes se permanecen bastante planos, por lo que a algunas conversaciones que tienen lugar durante la acción, no llegamos ni prestarle atención.
Aún así, consideramos que argumentalmente cumple bastante mejor que la primera entrega.
La tensión del combate, se decide con un simple golpe
Unas de las claves que hicieron famosa esta IP, estará de vuelta, se trata del hecho de que todos los personajes, incluidos nosotros mismos, caen con un solo golpe. Esto hace del parry nuestro mejor amigo. La capacidad de bloquear en el momento justo implica tener reflejos de acero, pero también se abre a la estrategia.
De esta manera, los combates son muy tensos, pero también se resuelven en poco tiempo. Eso sí, en varias ocasiones las contiendas se decidirán a modo de prueba y error, por lo que tendremos que morir para dar con una ruta que de más rápidamente a acabar con los adversarios.
Hay que estudiarlos con determinación, y acordar primero cual es la vía más accesible para cumplir nuestro objetivo. Para ello disponemos de nuestra katana, a la que esta vez le sumamos otros artilugios como shuriken. Pero lo mejor de todo, nos lo dará el aprovechamiento del escenario: paredes que se pueden tumbar, barriles explosivos… es la forma más satisfactoria para acabar con los rivales, y además nos permite matar varios de una sola.
En pocas palabras, el sistema de combate es una delicia, muy inteligente en como están colocados todos sobre el plano, y haciendo que combinemos agilidad con estrategia.
Además, hay también movimientos definitivos, lo que en más de una ocasión nos sacarán de un apuro. Su uso es totalmente opcional, por lo que no nos sentiremos obligados a usarlos si buscamos un reto.
Plataformeo por todas partes, be scene, my friend
Tenemos historia, tenemos dosis de acción, pero nunca podría faltar las dosis de saltos por una ciudad tan bien construida. Estos no son casuales, y algunos están colocados con mucho acierto. Por supuesto, aquí estamos también ante retos de prueba y error y por supuesto vamos a caer muchas veces.
Además, esta parte no dependerá únicamente de nuestra habilidad saltando, en muchas ocasiones se combinará con pequeños puzles. Aunque en la mayoría de las ocasiones resultan muy sencillos, son un eslabón importante de la aventura, que servirá para relajarnos -o estresarnos- de la acción.
Eso sí, no excluye que en ocasiones se mezcle con los combates, por lo que estos se volverán más tensos y rebuscados, haciendo por otra parte que sean menos monótonos.
Jefes finales y puntos de control
Uno de los principales problemas que se les atacaba a muchos jugadores de la primera entrega, eran los escasos puntos de control. Su ausencia, nos obligaba a repetir gran parte del escenario al caer, algo que es relativamente fácil en esta clase de títulos.
Aquí se han vuelto bastante más frecuentes, lo que aumenta en gran medida que la fase se vuelva más sencilla, e incluso de la sensación de que el juego es más corto.
De hecho, están también presentes en los combates contra los jefes, que aunque no son muy comunes, si resultan muy brutales. Estos requieren muchísima más precisión que los combates normales, por lo que agradecemos que tengan tantos puntos de control -en nuestra fuero interno cobarde-.
También cuentan con varias fases, aunque no hay cambios significativos entre una y otra nos permite tomar algo de aire.
En definitiva, la unión entre combates normales y contra jefes, hacen de la jugabilidad la parte más jugosa del título, y lo han conseguido de buena manera.
Yo quiero mi moto
Una de las principales novedades del juego, es que incluye elementos y pinceladas de mundo abierto, y para que este sea más viable, se ha incorporado una moto.
Nuevamente estamos ante fases de prueba y error, donde habrá que esquivar obstáculos y por supuesto, seguiremos muriendo de un golpe. Eso sí, posiblemente los escenarios abiertos sean los que menos atractivo generen al jugador, y es que algunos elementos como los enemigos y saltos, quedan diluidos, demostrándose además, que tampoco ha sido el tema principal durante el desarrollo.
Incluso visualmente es menos atractivo en este apartado, ya que pasamos de una ciudad moderna y repleta de luces, a un escenario más postapocalíptico pero carente de detalles.
La parte positiva es que de esta manera alarga en parte la duración del juego, aunque tampoco es algo que sea del agrado de todo el mundo. En total el juego nos ha durado alrededor de 12 horas. Aunque hay un buen número de coleccionables (muchos de ellos estéticos, como las katanas) se siente algo vacío de contenido. De hecho, no cuenta con postgame, y se siente algo vacio una vez llegamos al final.
La verdadera clave para cogerle el gusto es la rejugabilidad, el juego invita a ser completado de nuevo para superar nuestro propio récord. Además, podemos activar un contador de muertes, que hará las delicias de quienes busquen superar su propio récord o streamear el juego.
Técnicamente atrapa por su estética
Desde un primer momento se nota que el juego está enfocado a la nueva generación de consolas, haciendo pleno uso de la capacidad del SSD de ambas consolas y en PC. Aunque donde más rápidamente nos daremos cuenta de ello es en los efectos: trazados de rayos, buena iluminación, físicas impecables, y unos detalles gráficos muy a la altura de los lanzamientos actuales.
A esto le sumamos que artísticamente es precioso (al menos en las fases de la ciudad) y queda un título que además de tener buenas bases jugables, es muy visual.
Por echarle algo en cara, diríamos que es una pena que no cuente con doblaje en español. En un título que depende tanto de la acción y los reflejos, que de repente aparezcan textos en pantalla y que sea obligatorio leerlos para enterarnos de la historia va a hacer que fracasemos estrepitosamente u omitamos la conversación.
Respecto a lo sonoro, la banda sonora cuenta con buenos temas synthwave, y una buena baza se efectos sonoros, creando muy buena inmersión en su mundo, pero sin nada más que decir.
Conclusiones finales | Análisis Ghostrunner 2
Ghostrunner 2 mejora con creces las bases jugables de su antecesor que ya de por sí eran buenas. Mejorando además otros apartado como la historia, que siguen sin queda para el olvido pero queda como un mero trámite para meternos de lleno en la acción.
Mucha rejugabilidad, prueba y error y otras fórmulas que lo dejan a medio camino entre un roguelite y un juego con mucha acción y parry.
Por otra parte, el añadido de las motos nos ha encantado, aunque no nos deja la misma sensación en sus fases de mundo semiabierto. Sin embargo, contamos con una buena baza de jefes finales que entrarán por los ojos en lo visual, al igual que las fases de salto que aportan variedad a un título completo.
Si bien es cierto, echamos de menos algo de postgame o misiones secundarias, se queda en unas 12 horas muy disfrutables.
Lo que más nos ha gustado:
- La variedad entre acción, plataformas y motos, está todo muy bien balanceado.
- Gráficamente impecable, muy visual y una atmósfera muy absorbente.
- La mezcla entre acción y estrategia y las posibilidades que ofrece para abarcar los combates.
Lo que menos nos ha gustado:
- Poco contenido al margen del modo historia.
- La fase de mundo abierto no se siente tan inspirada y es la más decepcionante.
- Que no tenga doblaje en español en un título en primera persona con tanta acción…