Análisis Lovecraft’s Untold Stories 2
Hacer una secuela tiene su dificultad. Es decir, creo que si enumeras tu nuevo proyecto con un «2» o un «3» puedes tener cierta libertad en lo que a continuidad jugable y narrativa se refiere al menos. No es que esté escrito en un manual, pero la comunidad hemos adoptado este mantra tan perverso y ridículo. El problema radica cuando haces una secuela que, no solamente es un mal videojuego… es una mala secuela y hoy tristemente tenemos que hablar de Lovecraft’s Untold Stories 2.
Da rabia empezar siendo tan tajante, pero quiero dejar claro que he podido probar la precuela, un título con ideas interesantes y con un potencial oculto. Lovecraft’s Untold Stories 2 ni tiene potencial ni su acercamiento al Roguelike -el primero era un Roguelite- parece haber acertado con la formula del terror lovecraftiano.
Contaremos con seis personajes diferentes con los que empezar la partida. tres de ellos provienen del Lovecraft’s Untold Stories original y otros tres se suman al elenco del juego principal: El detective, la bruja; el profesor; la médium; el veterano y el alienista. Cada uno tendrá sus variaciones de armas y habilidades.
La jugabilidad es caótica y esto es un gran palo ya que nos encontraremos con alguna horda que nos hará sufrir mientras intentamos esquivar o dispararles. Movernos por el escenario también parece que cuesta y si la jugabilidad falla en un videojuego donde la mayor parte la pasamos intentando no morir pues… el fracaso ya es sonado y no parece que pueda arreglarse.
El apartado sonoro es inexistente y la traducción al castellano es de agradecer, el problema es que no está del todo bien integrada, colándose muchos de los textos del bocadillo fuera de él. En general es que hay muy poco cuidado, casi a la par que la jugabilidad y ésto denota en la desgana en la que el equipo de desarrollo ha tenido con Lovecraft’s Untold Stories 2.
Lovecraft’s Untold Stories 2 pasará a la historia como un juego olvidado. Sin cariño, sin nada que resaltar y con un mal sabor de boca para los fans de su anterior entrega. Estas cosas pueden pasar cuando se desarrolla un videojuego con desgana y aquí hay mucha. Es cierto que es muy vistoso pero el pixel art que tenía el primero daba la sensación de ser más «videojuego».
Por ésto, hacer una secuela no es nada fácil, pero también hacer una mala secuela es bastante difícil. No hay nada que resaltar e incluso el recomendar el juego a los fans del original es difícil. Tal vez, en otra ocasión, los desarrolladores deberían mirar con lupa todo aquello que hizo bueno a su trabajo y con ello saber por donde tirar.