Análisis Monster Jam Showdown
La desarrolladora Milestone es actualmente todo un referente de los juegos de carreras. Tras años despuntando en el género de la simulación con ‘MotoGP’ o ‘Ride’, el estudio ha seguido haciendo sus pinitos en un formato mucho más arcade (‘Hot Wheels Unleashed’, ‘Monster Energy Supercross’…), una evolución que nos lleva hasta el actual ‘Monster Jam Showdown’, título a analizar en su versión para Playstation 5.
En Showdown nos encontramos ante un juego de velocidad todoterreno frenético y con numerosos modos de juego, incluido un divertido multijugador. Para los fans del motor, la compañía se basa en la licencia Monster Jam, por lo que tendremos acceso a toda una gama de monster trucks de marca reales que poder conducir (‘El Toro Loco’, ‘Grave Digger’, ‘Zombie’, ‘Pirate’s Curse’…). A costa, eso sí, de un deseable modo de personalización. El diseño de los camiones es uno de los puntos fuertes del título: cuentan con un gran nivel de detalle y lucen, sobre todo, una vez entran en carrera.
Para todos aquellos que estén acostumbrados a la suavidad y precisión del control en simuladores se toparán aquí con algo totalmente diferente. Al ser vehículos con muy poca carga aerodinámica, el control por la pista de los camiones se torna obtuso: da la sensación de que estamos deslizándonos constantemente por la tierra para evitar chocarnos con los demás bólidos y obstáculos. Para más inri, la opción de controlar las ruedas traseras añade una capa extra de dificultad a la hora de dominar las curvas cerradas; esto, sumado al giro normal y al derrape con freno de mano, hace que los trazados más complejos se vuelvan infernales. Sin duda, nos encontramos ante un título que requiere de un período de adaptación algo mayor que otros videojuegos de estilo arcade; nada que ver, por ejemplo, con la fluidez y animada barrera de entrada de los ‘Need for Speed’ o los ‘Burnout’.
No solo se vive de carreras al raso en este tipo de juegos, así que toca aprender a manejarse por vía aérea: los Monster Truck están para dar saltos y volteretas sobre rampas empinadas. De ahí que Monster Jam aplique un sistema de trucos para sumar puntuación, como si de un ‘Tony Hawk’s’ se tratase. Bajo el uso de los dos analógicos, tanto el izquierdo como el derecho, se nos permite hacer girar a nuestro coche por el aire (cual trompo) tras un buen salto. Controlar bien las piruetas nos llevará un buen rato en el modo entrenamiento, sobre todo a los menos duchos en estos lares, algo que puede llegar a frustrar a los menos expertos o, quizás, que se lleguen a perder ciertos detalles importantes de la jugabilidad. Otra barrera de inicio con la que nos toparemos será el sistema de colisiones entre coches: aquí no lidiamos con repentinas explosiones y recuperaciones como ocurría en los ‘MotorStorm’, sino que tocará enfrentarnos a las gigantescas ruedas de nuestros adversarios. La conducción, sobre todo al inicio de la carrera y durante al menos la primera vuelta, será verdaderamente incómoda a los mandos.
Milestone también nos ofrece aquí una buena variedad de biomas por recorrer: la zona montañosa de Colorado, cargada de pistas de tierra y peligrosas curvas; Death Valley, de un clima más árido con circuitos plagados de obstáculos; o Alaska, donde priman las trazadas bajo hielo. Las localizaciones resultan muy diferentes entre sí, pero al final la conducción no varía gran cosa entre ellas y las mecánicas se mantienen independientemente del terreno sobre el que se ejecuten, por lo que se acaba sintiendo un poco desaprovechado en ese aspecto.
En definitiva, en esta ocasión nos encontramos ante un videojuego que nos ofrece varias horas de diversión, especialmente dirigido para todos aquellos amantes del motor y del estilo en concreto. Y, quizás, está ahí su punto mas fuerte y flojo a la vez, y es que puede llegar a pecar de ser repetitivo para el usuario promedio.
PUNTOS FUERTES
- Una jugabilidad exigente
- Diversidad de biomas
- Multijugador divertido
PUNTOS DÉBILES
- Puede llegar a ser repetitivo
- Su exigencia puede llegar a jugar malas pasadas