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Análisis de Pacific Drive: protege tu coche como si te fuese la vida en ello

Acelera un poco más

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Pacific Drive es uno de esos videojuegos que llega casi sin avisar y que propone una fórmula diferente dentro de un género que ya se está convirtiendo en uno de los más populares del género de los videojuegos. Innovar en la fórmula roguelite o roguelike se está convirtiendo en una tarea muy difícil y ya prácticamente hemos visto todas las variantes posibles. ¿Pero realmente hemos vivido una experiencia roguelite en el que debamos conducir y sobrevivir?

Ironwood Studios busca sorprender con su nueva propuesta tras sólo 4 años desde su apertura y lo hace de una forma en la que a veces sólo pueden hacerlo los juegos de corte indie: con una idea diferente.

Análisis Pacific Drive: móntate en tu coche y huye

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Nada más empezar la aventura nos daremos cuenta de la importancia que va a tener el coche durante todo el videojuego. La conducción será uno de los elementos centrales de nuestro viaje y una de las acciones que hará que la historia de Pacific Drive avance. Pero no viviremos únicamente la experiencia de conducción sino que también tendremos que andar, correr e ir recopilando piezas que sirvan para que nuestro vehículo pueda huir más rápido de la amenaza que se cierne sobre nosotros.

En Pacific Drive se nos enmarca en la región Pacific Northwest y concretamente la Zona de Exclusión Olímpica, que fue cerrada tras unos acontecimientos que pusieron en jaque al país. Esa zona quedó sellada por muros y prohibido su acceso para cualquier persona. Nosotros seremos ese conductor que de repente ya está dentro de esa zona sin razón aparente y que ahora deberá salir de la mejor forma que pueda.

Todo sería más fácil si simplemente tuviésemos que huir de la zona y averiguar la forma de flanquear su altos muros. Sin embargo nos daremos cuenta a los pocos minutos de juego de que algo raro está pasando. El suelo no para de moverse y todos los elementos de nuestro alrededor aparecen, desaparecen y empezamos a ver unas luces y un ambiente muy extraño en el aire. Y es también al inicio de la partida (tras estar conduciendo durante unos pocos minutos) cuando perderemos de forma irremediable a nuestro coche y tendremos que seguir a pie por ese inquietante paisaje. Este inicio ya nos habla de lo diferente que va a ser Pacific Drive y desde ese momento nos mantendrá enganchados a la pantalla queriendo saber más. Mientras realizábamos este análisis teníamos una copia sin desprecintar de un gigante como Final Fantasy VII Remake y decidimos seguir jugando durante unas horas antes de iniciar el viaje de Cloud y compañía. Eso también habla muy bien de Pacific Drive.

Pero nuestro viaje no terminará con la pérdida de nuestro coche, sino que a partir de ese momento encontraremos otro “coche” antiguo de los años 70 que, pese a no ser un Ferrari precisamente, conseguirá ser un fiel compañero de fatigas tras unos pequeños (grandes arreglos) y nos permitirá huir de esa anomalía que nos persigue y que quiere vernos morir antes de salir de la Zona de Exclusión.

No estaremos completamente sólos en este viaje de supervivencia, sino que será una superviviente de la Zona quien nos ayudará y actuará como esa voz que salía de la radio en otros juegos como Firewatch. Será nuestra guía en esta solitaria aventura que viviremos de principio a fin con nuestro nuevo e inseparable coche.

Un delicioso bucle jugable

El taller al que llegaremos tras completar el tutorial de Pacific Drive será el lugar desde el cual iremos planificando nuestras rutas de conducción o runs con el objetivo de salir vivos de la zona. Nuestro objetivo será afrontar una run y conseguir mejoras para sobrevivir a la siguiente. Mantiene por tanto la fórmula original del roguelike pero incluye sutiles diferencias que le hacen una propuesta totalmente diferente.

En el taller podremos reparar y mejorar nuestro coche con piezas que hayamos ido obteniendo a lo largo de cada una de las runs. Cada una de esas mejoras será manual y sentiremos el peso y la responsabilidad de cada uno de las acciones. Aquí no hay procesos automatizados o la opción de darle a dos botones para mejorar cualquier parte del vehículo como en un Gran Turismo por ejemplo. Aquí tendremos que ganarnos esas mejoras y de esa forma también se consigue ir mejorando la afinidad con nuestro vehículo para generar esa sensación de vínculo y de unión. Si queremos cambiar una rueda tendremos que ir a por la rueda, cogerla, cargarla e introducirla en el espacio vacío que le corresponde. Lo mismo con las reparaciones de la carrocería, no bastará con darle a un botón sino que tendremos que ir rodeando todas las partes del coche para repararlas una a una.

Pero las piezas y recursos no caen del cielo sino que seremos nosotros quienes tendremos que jugarnos la vida para buscarlos y poder seguir mejorando las opciones de nuestro coche. A eso tenemos que añadirla otra capa extra de profundidad. Y es que como todo buen juego de supervivencia que se precie el desgaste está a la orden del día. Algo que hayamos reparado hoy ya no será operativo tras un par de runs y tendremos que volver a repararlo, con todo lo que ello conlleva. Preocuparnos por el estado de nuestro vehículo será el día a día de Pacific Drive y por rutinario que parezca consigue tener toda nuestra atención y generar la necesidad de tener que jugar unos minutitos más.

Un punto a tener en cuenta y que no ha gustado por igual a toda la comunidad de jugadores es que, una vez iniciada la run, no podremos guardar hasta no haberla completado y estar de vuelta en el taller. Es un tema que ha generado polémica en el pasado con otros juegos como Returnal (Housemarque realizó cambios para contentar a las voces críticas) pero que consideramos que es un punto asociado al género que no se debería desvincular. ¿Y es que alguien se ha planteado alguna vez guardar a mitad de una partida de otros juegos como Hades?

Avanza y sobrevive

Conforme vayamos avanzando y pasando por las diferentes zonas de Pacific Drive también lo hará su narrativa. Nuevos lugares y acontecimientos se irán abriendo ante nosotros gracias a carreteras de salida o portales de transporte. No obstante siempre podremos volver a la base o taller si queremos asegurar los recursos obtenidos aunque no hayamos superado esa zona. Para poder hacerlo necesitaremos energía que podremos recopilar en puntos específicos del mapa. Podremos activar un portal de regreso siempre que reunamos todas las condiciones para ello, pero en cuanto lo hagamos una tormenta se desencadenará y tendremos que conducir por nuestra vida y cruzarlo antes de morir en el intento. En estas carrera por conservar la vida podremos fallar. No será realmente la muerte lo que encontremos, pero casi lo habríamos preferido. Regresaremos al taller con un coche casi inservible y las manos vacías.

Conduce, lootea, vuelve a la base y vuelve a empezar. Pacific Drive quiere que salgamos de la Zona pero también pone sobre la mesa su componente de supervivencia. Nuestro inventario será limitado y no podremos cargar con todos los objetos que nos gustaría. Tendremos espacios limitados organizados por cuadrículas de una forma similar a la ya vista en la saga Resident Evil. En el maletero de nuestro coche también podremos recurrir al almacenaje pero correremos el riesgo de perderlo todo.

Conducir no será un camino de rosas y esas constantes tormentas y anomalías querrán impedir nuestro avance. Si llegamos a nuestro objetivo todavía no habremos hecho nada sino que tendremos que cumplir el objetivo de esa run de la historia para poder seguir conociendo más sobre su inquietante trama.

Pacific Drive incluso se atreve a introducir alguna mecánica “rolera” como la asignación de habilidades para el coche como el derrape. Jugablemente ofrece una gran variedad de opciones y situaciones y consigue realmente innovar en un género en el que pensábamos que ya lo habíamos visto todo.

Completar Pacific Drive nos puede llevar entre unas 15 y 20 horas de juego dependiendo de lo habilidosos que seamos superando cada una de las diferentes runs de la historia que plantea.

Técnicamente a la altura

Pacific Drive logra sorprender también con su apartado gráfico e incluso logra funcionar a un muy buen nivel en la consola portátil de Valve, la Steam Deck. El nivel de detalle que ha conseguido alcanzar el estudio en la ambientación es muy alto y logra hacernos sentir parte el entorno y transmitir una sensación de desamparo y peligro.

Las tormentas y anomalías de Pacific Drive saben hacer un perfecto uso de la iluminación que sobresale gracias a unos destacables efectos de sonido que hacen todavía más envolvente una experiencia que consigue transmitirnos terror por momentos pese a utilizar únicamente el escenario como “enemigo”.

El título no llega traducido al castellano y este sera un hándicap para todas aquellas personas que no tengan acostumbrado el oído al idioma inglés, ya que tendremos que realizar acciones mientras se nos están dando instrucciones, ya sea conducir o reparar nuestro coche e incluso buscar recursos en plena anomalía. Nos perderemos parte de su historia si no tenemos un buen nivel oral de inglés.

Conclusiones finales

Pacific Drive es un juego diferente que mezcla el roguelite con la conducción y supervivencia. Una experiencia totalmente original que le da un soplo de aire fresco al género y que gustará a amantes del género y a cualquier persona interesada en historias inquietantes. Una propuesta que aporta nuevas ideas y consigue rendir de forma notable en varios de sus apartados. 2024 sigue siendo un gran año para disfrutar de los videojuegos.

El juego ha sido analizado en PC.

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