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Análisis The Last Spell, una mezcla adictiva entre entre tower defender y rol táctico

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ANÁLISIS THE LAST SPELL

A menudo, los títulos indies resultan un experimento donde los desarrolladores liberal al máximo su creatividad. De este modo, surgen nuevos tipos de jugabilidad, dando lugar a otros géneros del que sorprendentemente salen magníficas obras.

Este podría ser el caso de The Last Spell, la última propuesta de Ishtar Games, donde nos meten de lleno en un tower defender mezclado con otros géneros muy dispares pero con un resultado muy adictivo.

Una propuesta desafiante, con un apartado técnico que podemos calificar de original y que en NextGame ya hemos analizado en profundidad. Coged asiento porque estamos ante un título muy exigente, no apto para todos los públicos, pero si para los maestros de la estrategia por tiempos y los combates de rol táctico… si es que tiene de todo.

Difícil, adictivo y muy profundo, así es The Last Spell

Intentaremos ser lo más directos posibles para no entrar en confusiones, el juego consiste simplemente en defender a nuestra aldea, como si de un tower defender se tratase. Para ello, tendremos que poner a trabajar a nuestro brujo en un hechizo letal para las bestias que nos asolan.

Pero tan potente es su magia, que el hechizo tardará varios días en estar preparado, por ello es que nuestros héroes tendrán que defender la ciudad como si en ello les fuera la vida.

Mientras que por el día prepararemos nuestros recursos en restaurar los daños y preparar unidades y trampas y ya puestos desarrollar la ciudad, por las noches dará lugar a una compleja contienda donde nos enfrentaremos sin parar a varias oleadas de enemigos.

Análisis The Last Spell
Dependiendo del momento del día tendremos que dedicarnos a una cosa u otra.

Hasta aquí su planteamiento es simple y poco novedoso, pero es en su complejidad y mezcla de elementos donde reluce su autenticidad. De hecho, las primeras partidas nos parecerán todo un reto pese a estar repleto de tutoriales.

Y es que a medida que avancemos por los menús comprobaremos que defender la ciudad no es tareas fácil. Por ejemplo, con las unidades tendremos no solo que crear nuevas, también desplazarlas, equiparlas y hacer que se enfrenten a los rivales.

A esto hay que sumarle el hecho de que estamos ante un RPG táctico, por lo que sufrimos las limitaciones de los combates por turnos. Esto no solo añade dificultad al juego, sino que además hacen que el ritmo de la batalla sea mucho más lento.

Por supuesto, la práctica hace al maestro, a medida que nos familiaricemos con el completo sistema de combate, más rápidamente haremos que este se desenvuelva. Aún así, se hace algo pesado que pese a ser combates tan intensos, tengamos que pasar por varios procesos antes de ejecutar la acción que deseamos.

A veces la información en pantalla puede resultar demasiado apabullante.

Un mundo único por dominar

Como ya hemos mencionado, no solo tenemos que prestar especial atención al sistema de combate, pues muchos de los resultados que obtendremos en este, dependerá de nuestra gestión con la aldea.

Y es que nuevamente requiere cierto aprendizaje antes de poder pasar a una acción más fluida. Pese a los tutoriales, cada edificación tiene un propósito distinto, y tendremos no solo que aprender a que va destinado, sino a diferenciar cuando debe ser mejorado o empleado.

Por poner un ejemplo al que nos haya recordado, diremos la primera vez que jugamos a Age of Empire, uno de los títulos de estrategia más completos que existe y que además requiere de bastante aprendizaje previo a dominarlo.

Y aquí es donde empieza uno de sus puntos fuertes, el reto que supone lo desconocido, ya que en este título estará muy presente. Por supuesto, a quienes buscan algo diferente y desafiante; donde no podemos despegarnos de la pantalla en ningún momento, les maravillará hasta el punto de resultar adictivo.

Pero ojo, por mucho que domines las mecánicas jugables, sigue siendo algo desafiante, por lo que la batalla puede torcerse en cuestión de segundos, aumentando la tensión dadas lo largas que pueden resultar las partidas.

En lo referente a los combates, es un rpg táctico bastante decente.

Su estilo pixel-art no pasa desapercibido

Donde si nos hemos sentido ubicados desde el principio ha sido en su apartado técnico, un estilo pixel art que hace honores de sus combates por turnos a la vez que nos mete de lleno en su oscuro mundo.

Una atmósfera casi única que recuerda en gran medida a la saga Diablo, no solo en la inmensidad de los escenarios, sino también por sus menús. Sin embargo, aunque nos encanta este gesto, aquí hemos encontrado otro gran pero, la cantidad tan abrumadora de texto.

Tanto en explicaciones como en descripciones, la cantidad de palabras que aparecen en pantalla puede ser apabullante desde un principio. Esto no solo será una gran distracción, sino que en un primer plano hará que nos sintamos agobiados, al igual que con sus mecánicas.

Esto por supuesto también tiene un lado positivo, y es que cuanto más inmensos nos sintamos, más eganchados estaremos, y habrá ocasiones en la que no podremos despegarnos del mando.

Para completar el apartado artístico, solo diremos que nos ha encantado sus animaciones, por ejemplo los hechizos son muy vistosos y desprenden simpatía por lo detallados que están, toda una proeza su apartado visual.

Pese a llegar traducido al español, tiene demasiado texto sobre el que estar pendiente continuamente.

Conclusiones

The Last Spell nos ha parecido la mezcla perfecta entre tres estilos muy diferenciados entre sí: RPG táctico, tower defender y city builder. Más allá de tocar de pasada cada uno de estos, profundiza en ellos haciendo que sea complejo en cada uno de sus apartados jugables.

Un título desafiante -pese a contar con varios modos de dificultad- pero que además requiere de cierto aprendizaje previo, siendo esta su baza más atractiva para los jugadores más experimentados y exigentes.

Un juego muy entretenido, que nos obliga a estar siempre pegados a la pantalla, resultando tan adictivo como original, por no hablar de las delicias de su apartado gráfico.

Por supuesto, no está exento de errores, y no es para todos los públicos, pero sin duda estamos ante una propuesta más que adecuada para los amantes del género y los títulos indies.

Puntos a favor:
  • Su simplicidad argumental pero su profundidad jugable lo hacen más adictivo.
  • Una vez que lo dominas es bastante divertido y nos tiene atentos.
  • Su apartado visual único.
Puntos en contra:
  • Su aprendizaje previo puede resultar apabullante y no para todos los púbicos.
  • Demasiado texto en pantalla constantemente.
  • Algunos elementos de su dificultad echarán para atrás a más de un jugador.

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