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Análisis Edge of Eternity para PlayStation 5

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EDGE OF ETERNITY ANÁLISIS EN PS5

¿Qué me diríais si os dijera que un grupo de tan solo 9 personas ha desarrollado uno de los JRPG más ambiciosos de las últimas fechas? Y si además os añado que se trata de un videojuego claramente inspirado por franquicias tan míticas dentro del género como Final Fantasy y Xenoblade. Pues seguramente muchos de vosotros estaréis arrojando la cartera al monitor y esperando que os cuenta de que título se trata, pues no se ponga nervioso el personal porque me pongo mis mejores galas para hablar de esta propuesta indie con aspiraciones de triple A desarrollada por Midgar Studio para PlayStation 5, Edge of Eternity.

UN FUTURO CORRUPTO POR LA CORROSIÓN

Edge of Eternity está ambientado en un futuro distópico en el que tras años de colaboración y paz entre los humanos y una nueva raza altamente desarrollada todo se derrumba tras la traición de estos últimos. Tras un largo tiempo aguantando las embestidas y las terribles cruzadas de sus antiguos camaradas llegaría el momento más aterrador y el que significaría el final de una guerra que nunca tuvo una alternativa en la victoria, la aparición de un arma biológica capaz de erradicar cualquier forma de vida existente: la Corrosión.

Es en este punto donde se nos presenta a Daryon, el protagonista de esta historia y un soldado que lucha por poner fin a una guerra que no parece desembocar en un final feliz. A través de las más de 30 horas de duración de su campaña principal la trama sabe desenvolverse y encontrar su hueco en los momentos en los que quiere brillar pero el largo camino hasta alcanzar los señalados giros de guion es algo más que tedioso. Esto hace que queramos seguir jugando en todo momento, lo cual es algo bastante positivo pero que en ciertos tramos de la aventura sintamos cierta sensación de pesadez y de no saber muy bien el rumbo que está tomando la historia.

Algo que se acentúa con un grupo de personajes protagonistas que no me ha acabado de convencer ni me ha generado una empatía suficiente que hiciera que estas lagunas a lo largo de la trama me fueran más livianas. Y por supuesto el contenido de las misiones principales y las interacciones entre los personajes están bien pensadas y parten de una premisa prometedora pero no quita al jugador la sensación de haber vivido ya esa situación, de conocer como va a reaccionar ese personaje ante una respuesta concreta o de cuál va a ser la conclusión de la siguiente misión.

En ese intento por emular e inspirarse en sagas tan representativas del género es donde Midgar Studio ha cometido su mayor error y ha perdido la frescura y originalidad que prometían en un principio. Hasta tal punto de que haciendo honor a la referencia de donde sacan el nombre de la compañía se acompañan una serie de fallos en la traducción así como errores ortográficos que hacen que el contenido de las conversaciones sea todavía menos inmersivo y perdamos la atención.

Entonces si juntamos una historia predecible con unas misiones secundarias que sinceramente prefiero no mencionar por lo ridículas que son dado que se limitan a cacerías o a hacer recados, y le añadimos para rematar el coctel unos personajes principales carentes de alma, hacen un resultado a nivel narrativo que quizás consiga mantener vuestro interés hasta el final como a servidor pero que puede provocar también que muchos jugadores abandonen por el camino.

¿JUGAMOS ALGO DIFERENTE?

Midgar Studio ha buscado sin lugar a duda poner su sello de identidad en la jugabilidad de Edge of Eternity con un sistema táctico que resulta muy curioso pero que va cuesta abajo y sin frenos en detrimento de la diversión. El videojuego nos presenta un campo de batalla donde tendremos diferentes paneles a través de los cuales podremos desplazar a nuestros personajes gastando su turno pertinente. Mientras tanto para conseguir una victoria deberemos elegir de forma inteligente nuestros ataques alternando entre lo que sería un ataque tradicional y las magias de las que dispongamos en un combate por turnos que se regirá por unas barras de acción; cuando se rellenen habrá llegado nuestro momento de actuar y lo mismo ocurre para el enemigo.

Todas estas habilidades y mejoras pasivas las conseguiremos a través del sistema de cristales y mejorando nuestro equipo crafteando nuevas armas. Un sistema que resulta innovador en cierta manera pero que al carecer de profundidad hace que el devenir de las horas no juegue para nada en su favor y se acabe quedando muy vacío y lento en las etapas finales del juego sobre todo. Si a eso le sumamos unos problemas de cámara importantes y unos jefes que tampoco cuentan con mecánicas muy distintas de las de un enemigo normal, hará que tengamos el modo de velocidad al máximo esperando que la tortura finalice lo más rápido posible. No me siento cómodo criticando un aspecto con esta dureza pero resulta difícil resaltar virtudes de un sistema de combate que en definitiva NO es divertido.

Su mapeado y sistema de exploración tiene unas claras reminiscencias a la saga Xenoblade donde nos encontraremos con los enemigos de forma visible por mapas de extensión moderada donde encontraremos algún que otro enemigo especial de nivel superior que estará ahí para causar pavor en el jugador. Un modelo que funciona para la buena gente de Monolith Soft pero que Edge of Eternity no consigue ajustar a la escala y envergadura de su proyecto.

¡CON LA BOCA ABIERTA!

Llegamos por último al apartado gráfico donde el increíble apartado artístico que se gasta el título en muchos puntos de la aventura no es suficiente para compensar todas las deficiencias técnicas que presenta el videojuego. Soy consciente del reducido número de trabajadores que hay detrás del título pero la ambición debe ser medida y si te arriesgas a realizar un proyecto de semejantes características tienes que verte expuesto a este tipo de críticas.

Durante los momentos de exploración y combate son perdonables dado que bueno una falta de texturas por doquier, enemigos que desaparecen y aparecen, un poco de pop-in o cosas por el estilo es algo a lo que por desgracia estamos acostumbrados incluso en proyectos con millones de euros como sustento. Lo que no se puede pasar por alto es el nefasto trabajo que se ha realizado en el apartado de las capturas de movimientos, lo cual hace que las animaciones faciales sobre todo sean horrendas y saquen al jugador por completo de la aventura.

Sin embargo en la banda sonora el videojuego si que cumple con un estándar de calidad notable y más cuando cuenta con la colaboración del genial Yasunori Mitsuda (Xenoblade, Chrono Trigger). No es un resultado que nos vaya a dejar con la boca abierta pero si que cuenta con un par de composiciones muy pegadizas y sobre todo que el tono en conjunto sabe acompañar en todo momento a las situaciones y los distintos parajes que nos presenta el videojuego.

LA AMBICIÓN DE UN NIÑO

En conclusión Edge of Eternity nos presenta una propuesta muy interesante como homenaje a grandes sagas de los JRGP que pretende labrarse su propio sello de identidad y un hueco dentro de la industria. Sin embargo su ambición desmedida, sus deficiencias técnicas y una falta de personalidad en muchos aspectos hace que acabe siendo una aventura que no será difícil de olvidar.

-Puntos Positivos:

  • Una historia interesante que mantendrá vuestra atención.
  • Ambientación y estilo artístico notable.
  • Una banda sonora a la altura del género.

-Puntos Negativos:

  • Unos personajes faltos de carisma.
  • Exploración y planteamiento demasiado ambiciosos.
  • Jugabilidad poco profunda y desarrollada.
Reseña
Historia
6
Jugabilidad
5
Gráficos
5
Sonido
8
Innovación
4
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Con una llave espada bajo el brazo desde que tengo uso de razón. Desde entonces amante de los videojuegos y de los JRPG sobre todo.
edge-of-eternity-analisisEn conclusión Edge of Eternity nos presenta una propuesta muy interesante como homenaje a grandes sagas de los JRGP que pretende labrarse su propio sello de identidad y un hueco dentro de la industria. Sin embargo su ambición desmedida, sus deficiencias técnicas y una falta de personalidad en muchos aspectos hace que acabe siendo una aventura que no será difícil de olvidar.

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