Hellstuck Rage with your Friends Análisis – Nintendo Switch
En el día de hoy, nos adentramos en uno de esos títulos que nos harán sudar de lo lindo y poner al límite nuestras mayores habilidades como jugadores. Hellstuck: Rage with your Friends no es uno de esos títulos estándar que busca que pasemos un rato agradable en solitario o en compañía sino más bien todo lo contrario y eso es precisamente lo que os vengo a contar en este especial análisis para Nintendo Switch.
El planteamiento inicial del videojuego es sencillo, contralamos a un simpático demonio el cual tiene que escapar de las diferentes mazmorras que van apareciendo a su paso, con una peculiaridad muy llamativa, y es que nunca dejaremos de saltar. Con esta divertida y dañina mecánica, deberemos desplazarnos en vertical al más puro estilo plataformeo esquivando enemigos, trampas y todo tipo de sutilezas por parte del estudio creador que nos harán perder los nervios en más de una ocasión.
Gracias a ello el diseño de niveles se adapta para que cada salto y cada movimiento pueda ser más único que el anterior y en el que tengamos que aplicar todo lo aprendido en el proceso de aprendizaje. Sin embargo, considero que la penalización por fallo es demasiado grande y aunque puede ser el tipo de jugador que están buscando desde el equipo de desarrollo, tengo que matizar que claramente estamos ante un juego difícil e injusto en ocasiones por lo que no se puede recomendar a todo tipo de jugadores sin conocimiento previo del sistema de juego.
Un juego sencillo que aparte de esta mecánica, destaca para bien en su apartado sonoro y artístico y aunque si que es cierto que he echado en falta algo más de variedad en un cómputo general, el resultado general es satisfactorio. Un estilo pixel art que le sienta muy bien y evoca a grandes clásicos de generaciones de antaño que también se caracterizaban por ese grado de dificultad extra sobre la media.
Hellstuck: Rage with your Friends es un videojuego que sorprende y reta al jugador a dominarlo a la perfección convirtiéndolo en un título de plataformas muy apto y disfrutable tanto en solitario como en compañía, que solo será digno de los más osados y atrevidos.