Un hipster en la España vacia Critica
Son numerosas las comedias francesas que en los últimos años han tenido un éxito asombroso. Algunas establecen una contraposición entre personajes chapados a la antigua y un mundo nuevo que no entienden, destacando en este sentido ‘Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?‘ y sus dos secuelas. Detrás de un supuesto humor blanco, familiar e integrador, suele esconderse un punto de vista conservador que resta honestidad al pretendido mensaje conciliador de la obra. En España, las comedias de Santiago Segura y otras protagonizadas por Leo Harlem (‘Como Dios manda’, ‘La familia Benetón‘…) constituyen buenos ejemplos de lo expuesto. Por desgracia, ‘Un hipster en la España vacía‘, además de ser fallida en muchos aspectos, se suma a la lista descrita.
El progre se va de marcha
Esta nueva comedia de Emilio Martínez-Lázaro (‘Ocho apellidos vascos’, ‘El otro lado de la cama’…), estrenada el pasado 27 de marzo en Prime Video y basada en el libro de Daniel Gascón, sigue a Quique (Lalo Tenorio), a quien su partido político (una especie de Más País) manda a un pueblo perdido de Teruel para liderar la política de la ‘España Vacía‘. Sus propuestas no son bien recibidas por unos vecinos que se dedican a tomarle el pelo. Por si fuera poco, descubre que su novia (Macarena García) y el líder de su partido (Paco León) aprovechan su ausencia para enrollarse. Lourdes (Berta Vázquez), la camarera del bar del pueblo, le echará una mano para que deje de hacer el ridículo, pues necesita aprender a escuchar a la gente que desea ayudar.
El principal problema de ‘Un hipster en la España vacía’ es que su humor no funciona. Su comicidad se basa en lugares comunes que explotan el choque entre dos visiones estereotipadas del mundo rural y de las políticas progresistas. Los habitantes del pueblo son mostrados como personas alérgicas a las ocurrencias de los urbanitas, pues estos últimos no se preocupan de sus auténticos problemas. Por su parte, el partido de Quique es caracterizado como una organización política de progres cuya visión caricaturizada de la vida llega al extremo de hablar sobre cabras no binarias y racializadas. Tampoco debe olvidarse que aparecen unos catalanes que roban una obra de arte de la iglesia. Probablemente, ahora se entiende mejor lo expuesto en el primer párrafo.
Un protagonista perdido
Asimismo, el conjunto se resiente ostensiblemente por la labor de un Lalo Tenorio incapaz de compensar sus limitaciones como actor con su carisma, pues se encuentra constantemente desubicado y su falta de chispa no encuentra justificación en el hecho de que su personaje sea poco espabilado. En lo que respecta al resto del reparto, destacan Berta Vázquez, quien saca el mayor provecho posible de su personaje con una solidez admirable, y Paco León, cuya gracia natural resulta refrescante cada vez que aparece.
En cuanto a otros aspectos como la dirección de fotografía o el diseño sonoro, se ha optado por un enfoque funcional que no aporta ningún valor añadido especial a la película. Ahora bien, hay una serie de cortes en el montaje francamente desconcertantes desde el punto de vista de la emoción y el ritmo de las escenas en las que se producen.
Se puede aspirar a más
En definitiva, ‘Un hipster en la España vacía‘ se va desarrollando con giros de guion previsibles y sin levantar demasiado el vuelo. De esta manera, su humor añejo, su mensaje no sofisticado, su protagonista poco inspirado y su puesta en escena plana se revelan como una losa imposible de levantar.
España ha sido un territorio fértil para el humor, incluido el terreno cinematográfico, en el que Luis García Berlanga es su máximo exponente. Es posible y deseable aspirar a unos mayores estándares de calidad, los cuales son compatibles con el buen funcionamiento en taquilla. Todos (creadores, críticos, espectadores y productoras) debemos ser más exigentes.
Puntos positivos:
- Berta Vázquez y Paco León.
Puntos negativos:
- Humor pasado de moda.
- Mensaje simplista.
- Protagonista poco inspirado.
