La polémica de la violencia y los videojuegos en EEUU sigue en auge tras el tiroteo acontecido recientemente en un centro escolar. Hoy, el Presidente Donald Trump va a reunirse con varios representantes de la industria del videojuego para hablar sobre el tema. La IGDA (International Game Developers Association) ha publicado a través de sus redes sociales su rechazo hacia el trato que se está dando a este asunto, y teme que los videojuegos «sean la cabeza de turco del debate sobre las armas«.
«Los videojuegos no serán usados como cabeza de turco. Los hechos son muy claros: ningún estudio ha mostrado ninguna relación causal entre videojuegos y violencia. […] El estereotipo de que el jugador es un adolescente marginado es, simplemente, falso. El 41% de los más de 150.000.000 de jugadores de EEUU son mujeres, y son más las mujeres de 35 años que juegan a videojuegos que chicos de 18″.
«En Estados Unidos se juega al mismo tipo de videojuegos que en el resto del mundo, pero somos los únicos con el problema de la violencia con armas de fuego. […] Hacer de los videojuegos, o de cualquier otro medio, la cabeza de turco por insistir sistemáticamente en rechazar las restricciones razonables de acceso a las armas que los estadounidenses quieren y desean no engaña a nadie«.
Hace unos años, la Asociación Nacional del Rifle (NRA) calificó a la industria del videojuego como una «industria oscura, corrupta y cruel que vende violencia contra nuestra gente«. Los intereses políticos, y lo arraigado que está en la cultura estadounidense la posesión de armas de fuego, son un impedimento a la hora de hacer frente al problema real.