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Yo soy del terror de los 90 y tu eres del terror de los 2000

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La esencia del terror y los 90

La década de los 90 y los videojuegos de terror, un binomio prácticamente irrepetible que nos brindó la mejor de las épocas para los amantes del género; un catálogo de obras que pasaron a la historia del sector, algunas como obras maestras, otras como auténticas obras de culto. En definitiva, se ganaron el cariño de los fans y un hueco en nuestra memoria. Pero ¿qué era lo que hacía tan especial a todos estos videojuegos con respecto a la actualidad?
Antes de empezar me gustaría recalcar un punto que quizás es uno de los más relevantes, y es que en estos años las diferentes compañías optaban por el género de terror a la hora de enfocar sus grandes superproducciones, lideradas por estudios como “Capcom” y “Konami”, no escatimaban en recursos para llevar a cabo sus dos franquicias más míticas como son Resident Evil y Silent Hill respectivamente, y como suele ocurrir en la mayoría de situaciones en la vida, el dinero no lo es todo, pero no nos vamos a engañar, influencia tiene en el resultado final.
Terror
Las propuestas planteadas y los presupuestos destinados está claro que funcionaron bien. Se puede apreciar en cada uno de los títulos en cuanto jugamos las primeras horas y descubrimos las que son en mi opinión, algunas de las mejores historias que he tenido el placer de disfrutar como jugador. Porque estas no solamente buscan ese clímax final sin ningún sentido para dejarte fuera de juego durante un par de días (que también lo hacen en muchos casos ojo), sino que van construyendo la trama lentamente con una cantidad de elementos y una riqueza que fascinaría a cualquier cineasta de Hollywood. Creo que en esto estaremos la mayoría de acuerdo, porque, aunque estuvieras pasando el peor de los ratos con la tensión y el terror de ver que te iba a mostrar la siguiente esquina con esas endiabladas cámaras fijas; seguíamos enganchados hasta altas horas de la madrugada queriendo saber más. Aquí un servidor podía estar con ganas de no volver a ver oscuridad, pero querer seguir queriendo dedicar más horas a uno de los fundadores del género como es Clock Tower; también podía estar temblando ante la idea de encontrarme un par de dinosaurios que me acorralaran en una esquina en Dino Crisis, pero seguir queriendo conocer como narices escapar de aquella maldita base.
La prueba de esto que comento es una realidad como un templo, al ver que las grandes entregas de los 90 que se han presentado, han llegado a conformar grandes sagas compuestas por numerosos títulos, llegando algunos incluso a la reciente actualidad, como sucede con Resident Evil o como sucedió con un Alone in the Dark del que «Atari» no parece estar en condiciones óptimas de volver a resucitarlo.

Pero la historia para algunos jugadores como yo, es algo fundamental para enamorarse de un videojuego, pero quizás hay un elemento que es todavía más fundamental en el género de terror, ya lo sabéis todos verdad, la ambientación, un apartado que cada uno de los títulos de los 90 cumple a la perfección. Parajes y escenarios que a día de hoy y por siempre jamás, serán reconocibles, y es que incluso personas que no son muy asiduas a los videojuegos cuando amanecen en un día con mucha niebla, seguramente hagan la broma de que esta viviendo en Silent Hill, o al visitar el Museo de Historia Natural de Nueva York recordar los primeros pasos de Aya en Parasite Eve; o por último, quien al ver una comisaría de policía no le ha venido a la mente la mítica de Raccoon City de Resident Evil.
Esto es lo que más quería recalcar, cada uno de estos títulos, aunque cogieron referencias de unos de otros, eran capaces de consolidar una identidad y personalidad propia tan fuerte, que, aun perteneciendo al mismo género y época, hacían de cada una de estas entregas un símbolo representativo e independiente. Y sino, recordemos la maravilla de universo cyberpunk que introdujo el a veces desconocido System Shock, así que solo con echarle un vistazo te sumergirás en su mundo; si hasta los polígonos de Alone in the Dark tiene una personalidad tan grande como una catedral por favor.

Pero todo esto podría quedar en nada si no fuera por las maravillosas bandas sonoras que nos acompañan en muchos de estos títulos, y aquí si me permitís, me voy a decantar por dos obras, y esas son el primer Silent Hill y Parasite Eve. Porque nunca podre quitarme esas composiciones de “Akira Yamaoka” dentro de aquel hospital o bajo la niebla; o una maravilla más de Yoko Shimomura” bajo la batuta de Parasite Eve. Y para el deleite de vuestros oídos, os dejo mi tema favorito de cada una de estas entregas.
https://youtu.be/WL7_sBRE0T4

 
Y una vez llegados a este punto voy a utilizar el apartado de la jugabilidad para iniciar el contrapunto deseado con los 2000. Porque a lo mejor soy solo yo y me estoy equivocando, pero quizás este no era uno de los apartados que más impresión me causarán o que le viera con mayor importancia en la mayoría de títulos. Es decir, yo me pasaba en Silent Hill 1 la mayor parte del tiempo repartiendo mamporros con la barra de hierro y poco más, apenas usaba las armas salvo en jefes finales; en Resident Evil la verdad es que optaba más por correr. Es verdad que en títulos como Parasite Eve o Alone in the Dark si que se le otorga un mayor protagonismo, pero lo que quiero transmitir, es que en los juegos de los 90, la jugabilidad no es lo que me motiva a pasar las noches en vela en la actualidad descubriendo estas joyas.

El terror en el nuevo siglo

La etapa de los 2000 se inicia todavía con reminiscencias de estos títulos que venían de la década anterior, dejándonos la presentación de auténticas joyas como Silent Hill 2, quien para mi fue el título que dio fin a ese concepto de terror de los 90, junto con Project Zero, quien da comienzo y el pistoletazo de salida al género de terror que concebimos en la actualidad.

Por qué digo esto es preguntareis, pues básicamente por el cambio en cuanto a estructuración de estos proyectos, porque estoy seguro de que si os pregunto grandes juegos de terror que recomendaríais, os vendrían a la mente más juegos independientes que los famosos triple A. Ya que ahí tenemos los Outlast, Layers of Fear, Amnesia, Soma y muchos otros más. No me malinterpretéis, evidentemente no lo considero como algo negativo, pero si que me desilusiona un poco ver como proyectos como P.T se quedan en la estacada por suponer un gran riesgo económico, o lo que le ha costado a Capcom volver a llevar la franquicia de Resident Evil al survival horror.
Todo esto quería comentarlo para hacer referencia al modo de contar las historias, donde solamente encuentro esos recuerdos de los títulos de la anterior década precisamente en estos títulos independientes, donde encuentro las propuestas más arriesgadas e ingeniosas. Mientras que en el resto de títulos como puede ser Resident Evil 4, The Evil Within o Dead Space, encuentro historias interesantes, por supuesto, pero van enfocadas al concepto que quiero destacar de la acción, abandonan el misticismo para enfocarlo más a una sensación de agobio y acción constante que está muy bien, pero difiere bastante de los orígenes del género; y es por eso por lo que quería recalcar a Silent Hill 2 como la obra de transición entre ambas etapas.

Lo único que se intenta mantener en común con los 90, son las ambientaciones proporcionadas por ciertas entregas, entre las que destacare Dead Space y Bioshock, creando escenarios y universos con vida e identidad propia, porque de Rapture tened por seguro que por lo menos un servidor nunca se olvidará; o también el toque que aportan los juegos de la saga Amnesia. Pero por el contrario, esta vez si que tenemos entregas que aunque distintas en su conjunto, si que parece que parte de la misma esencia, y esto es algo que se ve cuando juegas Resident Evil sus entregas de la 4 a la 6, y luego pruebas The Evil Within o los títulos de la saga F.E.A.R, que sigo diciendo que no es algo malo, pero entendedme que piense que de esta última saga todos nos acabaremos olvidando seguramente, mientras que en 15 años seguiremos pidiendo un remake de Dino Crisis o de Parasite Eve.
Quizás esto se debe a que en los 2000 si que se intenta hacer un mayor uso del apartado de la jugabilidad, buscan empezar a introducir esta idea poco a poco en sus títulos y esto es algo que aprecio con la entrega que comente al principio como es Project Zero al hacer de la cámara uno de los elementos fundamentales sobre los cuales gira el desarrollo del título. Porque las armas de Dead Space, los plásmidos de Bioshock, la cámara de Outlast y me podría pasar así hasta mañana. Estos títulos han buscado su esencia no tanto en la historia, sino más en la jugabilidad, porque yo me acuerdo mas de la forma de cortar extremidades, que de la historia de la mujer, me acuerdo más de correr como un descosido con la luz de la cámara que la historia de esos campos de Arizona, y sí, me encanta Bioshock y su ¿quieres?, pero de lo que más me acuerdo de su primera entrega es de lo que molaba usar los plásmidos, mientras que en Silent Hill 2 os puedo asegurar que mis mejores momentos no era cuando hacia uso de la barra de hierro.

Estos ligeros, pero notables cambios, también se notan en la banda sonora y es que en esta ocasión no tengo ningún tema verdaderamente original para destacar, y no tiene porque ser algo malo optar más por los silencios y un sonido ambiente; porque si no hay necesidad no hay porque utilizarlo, pero si que es algo que me apena porque personalmente suelo dar mucha importancia a este apartado en los videojuegos.
Un género con contrapuntos no hay dudas, dos etapas iguales y cercanas, pero a la vez tan diferentes. Distintos tipos de jugadores a los mandos, pero un mismo sentimiento de amor y aprecio por el maravilloso género de terror, del que unos pensará que tiene un futuro apasionante y otros que está muerto pero una cosa siempre nos quedará segura a todos…

¡Seguiremos dando la lata a Konami para que resucite Silent Hill!

 
 

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